Infografía de la Estación orbital china Tiangong • Paco Arnau / Ciudad futura
[Fuentes: Xiunhua/CCTV/Diario del Pueblo]
Medios oficiales de la República Popular China como la Agencia Xinhua, la cadena pública CCTV o el Diario del Pueblo (Renmín Ribao, órgano del CC del Partido Comunista de China) han confirmado recientemente la puesta a punto, ya en una fase final previa al primer lanzamiento, del primer programa de estaciones orbitales tripuladas de la superpotencia asiática, denominado Tiangong [«Palacio celeste»]. ••• La noticia coincide con el hecho de que la otra superpotencia, Estados Unidos, suspenderá sine die su programa de vuelos tripulados al espacio en junio del próximo año, cuando sea lanzado por última vez un transbordador Shuttle de la NASA (misión STS-135 del Atlantis) con destino a la ISS, aunque aún está pendiente la imprescindible asignación presupuestaria por parte del Senado de EEUU para esta expedición que podríamos titular con el cinematográfico nombre de Misión final. ••• Así, a partir del segundo semestre de 2011, China y Rusia serán los dos únicos países con capacidad para enviar cosmonautas al espacio y —a partir de ese momento— los vuelos tripulados hacia y desde la Estación Espacial Internacional dependerán sólo de las veteranas y fiables naves de diseño soviético Soyuz. ••• El ocaso americano y el amanecer chino (el Sol sale por Oriente y se pone en Occidente) nos ofrecen un nuevo panorama espacial ciertamente diferente al del último medio siglo que tiene mucho que ver con el devenir de estos tiempos y con posibles nuevas perspectivas para el futuro.
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Módulo habitable (presurizado) del laboratorio orbital Tiangong en lo que parece ser una sala de su planta de montaje según imágenes emitidas por los informativos de la cadena pública china CCTV. Pueden verse en primer plano los sistemas de cita espacial y de acoplamiento de naves, similar este último al APAS-89 de diseño soviético.
Los laboratorios orbitales Tiangong estarán equipados para recibir a naves Shenzhou dotadas del correspondiente sistema de acoplamiento complementario. Las Shenzhou son una especie de versión china de las Soyuz de diseño soviético (aún en servicio) aunque con algunos elementos desarrollados con medios propios: más espacio y mejoras en los controles del Módulo de Mando-descenso (el elemento de forma acampanada de la parte central de la ilustración) y un Módulo Orbital de mayor volumen que el de las actuales naves rusas de la ISS (el módulo cilíndrico de la parte superior). Para comparar ambas naves, véase en Ciudad futura: Ilustración e infografía de la nave Soyuz TMA
Representación de un proyecto de estación espacial multimodular china cuya puesta en marcha estaría prevista para los próximos años, no mucho más allá de 2020. Está basado en un módulo central de más de 20 toneladas dotado con seis puertos de atraque (cinco en la ‘proa’ y uno en la ‘popa’) muy similar —al menos por su aspecto— al Módulo Base de la Estación soviética Mir o al Módulo Zvezda de la ISS. Este complejo orbital tripulado y multimodular chino podría tener unas características y dimensiones parecidas al complejo espacial soviético-ruso Mir que con tan magníficos resultados orbitó la Tierra entre 1986 y 2001 [véase al respecto en Ciudad futura: Dossier Mir].
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Textos: Paco Arnau / Ciudad futura
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Desfile en Pekín en el 60º aniversario de la República Popular China (maqueta de la nave Shenzhou)
Ilustración e infografía de la nave Soyuz TMA
Dossier Mir
Durante este año o a principios de 2011 China pondrá en órbita la mini-estación espacial Tiangong 1 por medio de su cohete Larga Marcha CZ-2F, el mismo que utiliza para las naves tripuladas Shenzhou pero con modificaciones en su última etapa para adaptarlo al Tiangong, un ingenio espacial más voluminoso que las Shenzhou pues tiene, al parecer, un metro más de diámetro máximo. Tras su puesta en órbita por medios automáticos está previsto que en este primer vuelo se pongan a prueba los sistemas de cita espacial y acoplamiento de la mini-estación con el atraque de una nave Shenzhou (la 8) no tripulada.
A partir de ahí se ha confirmado que China lanzará a lo largo de 2011 la estación Tiangong 2, de características similares a la primera, pero esta vez se espera que con algún vuelo tripulado para su acoplamiento (misión Shenzhou 9 y/ó 10) que sería el cuarto del programa espacial chino desde que el primer taikonauta, Yang Liwei, orbitara 14 veces nuestro planeta a bordo de la Shenzhou 5 en 2003. El actual programa espacial tripulado chino tiene ciertas similitudes con los primeros años del de la URSS, aunque se desarrolla de forma más lenta y menos audaz debido a que el emergente potencial económico chino no es aún equiparable a la economía de escala global que representaba la superpotencia soviética en las décadas de 1960 y 1970.
OBJETIVOS DE LOS TIANGONG
Este primer programa de estaciones orbitales chinas tiene como objetivos principales establecer una presencia prolongada en el espacio más allá de eventuales vuelos de naves tripuladas que retornan a los pocos días, poner a prueba la eficiencia de los sistemas de cita y atraque espacial en órbita y desarrollar su programa de investigación espacial por medio de laboratorios científicos permanentes. En este sentido, el Tiangong es básicamente un mini-laboratorio orbital autopropulsado de 3,5 m de diámetro máximo, unos 8 m de longitud y una masa de unas 8 toneladas compuesto de dos módulos: (a) un módulo laboratorio o de experimentos presurizado —y por tanto habitable— que dispone de un puerto de atraque para naves Shenzhou con un mecanismo de acoplamiento «andrógino» de tipo APAS-89 similar al que se diseñara para el módulo soviético Kristall de la Mir y (b) un módulo de servicio y propulsión no habitable en el que se ubican motores, depósitos, equipos de navegación y baterías, así como (fijados en el exterior) dos juegos de paneles solares fotovoltaicos desplegables para dotar de potencia eléctrica a los equipos del laboratorio y a los sistemas de soporte vital de la mini-estación.
SIGUIENTES PASOS
Tras el programa Tiangong y con la prudencia que caracteriza a su particular carrera espacial carente de contrincantes y de prisas (pero sin pausa), en torno a 2020 China tiene previsto implementar una Estación Espacial multimodular comparable a la Mir en cuanto a diseño y dimensiones que aseguraría al menos durante una década misiones prolongadas en un complejo orbital digno de tal nombre. Esta sería una condición previa a dar el salto hacia objetivos más ambiciosos y más allá de nuestra órbita cercana, con misiones tripuladas a la Luna que, teniendo en cuenta la idiosincrasia del pujante sistema económico del gigante asiático, deberían tener mucha relación con la explotación de recursos en nuestro satélite. Aunque esto queda un poco lejos aún, no es menos cierto que si no se desarrollan nuevos programas de colaboración espacial internacional dotados de fondos suficientes, va a ser la República Popular China —a menor o mayor plazo— la única nación del mundo que cuente con recursos propios para poner en marcha programas tripulados que sobrepasen nuestra órbita cercana.
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Me parece muy normal. China debiera superar a los EE.UU. en PIB (corregido por poder paritario de compra, GDP(PPP) en inglés) antes del final de la década. Por tanto es normal que lo supere poco a poco también en tecnologías claves como la astronáutica. Además, mientras los EE.UU. se gasta el presupuesto en despachar «legiones» y flotas a casi todos los rincones del planeta, China actúa de manera muy diferente.
Lo que me parece sorprendente es que sea la tecnología ex-soviética (ahora rusa por herencia que no por otra cosa) la que provea en este momento la espina dorsal de los viajes tripulados (con especial importancia para la ISS). Rusia después de todo ahora ya no es tan rica y poderosa (está a la escala de Francia o así en los parámetros de GDP(PPP)). La persistente eficiencia de la tecnología soviética es por tanto un reconocimiento póstumo a la eficiencia sin adornos del «socialismo real».
También me parece sorprendente hasta cierto punto que los EE.UU. estén abandonando aspectos claves de la tecnología espacial, cuya importancia geoestratégica no puede ser subestimada. Es una clara señal de decadencia y de políticas equivocadas en mi opinión.
Así es, Maju.
La tecnología soviética (¿por qué decir «ex-soviética»?) ha sobrevivido a la URSS y hoy sigue siendo la base —muy firme, por cierto— sobre la que se asienta la presencia humana en el espacio y aun otras tecnologías punta, como la aeronaútica en muchos aspectos. Esto es un síntoma de dos cosas: a) la URSS era un país mucho más avanzado de lo que a este lado del muro nos hacían creer los medios y b) el progreso tecnocientífico global, evidente en campos como la informática y las telecomunicaciones, está estancado en otros ámbitos desde que a principios de la década de 1990 desapareció el área socialista europea (dicho sea entre paréntesis, en los años 70 un avión de línea supersónico franco-británico Concorde o un Tupolev Tu-144 de Aeroflot podía cruzar el Atlántico en algo más de tres horas… ¿cuál es la cifra ahora?: los registros han retrocedido —y mucho— por primera vez en toda la historia de la aviación).
No sólo la actual Rusia, un país considerado actualmente potencia emergente pero que no creo que llegue ni a la mitad del PIB de la URSS en 1990, sino también China (tampoco aún equiparable a la URSS) siguen beneficiándose de los réditos de tecnologías soviéticas de los años 60, como las Soyuz, o de décadas posteriores (estaciones Salyut en los 70 o Mir en los 80). Sobre EEUU, ya lo vemos: muy pronto tendrán que pagar pasaje a la Agencia Cosmonaútica Rusa si quieren que sigan trabajando en la ISS sus astronautas de la NASA. El programa de transbordadores, una tecnología de los años 80 basada en subcontratas privadas (1.500 millones de dólares ‘del ala’ por misión) toca a su fin mientras las Soyuz diseñadas en los 60 siguen vivas y coleando… y de qué manera. (Otro paréntesis: «De los 19 astronautas y cosmonautas muertos en vuelo a lo largo de toda la historia, quince son norteamericanos. Catorce de ellos murieron a bordo de un transbordador espacial: tres cuartas partes de todas las personas perdidas en el cosmos»). http://lapizarradeyuri.blogspot.com/2009/08/obviously-major-malfunction-el.html. ‘Voilà’ todo un ejemplo de «eficiencia» del capitalismo frente al socialismo y de los beneficios que reporta la competencia privada [¡!].
Otro dato: el presupuesto militar de EEUU con el «San Obama» de los progres asciende a 700.000 millones de dólares; el mayor de la historia, superando con creces al de Bush. Divídelo por diez y obtendremos la cifra en dólares del presupuesto de Defensa aprobado por la ANP de la RP China en mayo de este año… Una de las justificaciones de este presupuesto para su aprobación por el Congreso de EEUU ha sido que China emerge como nueva superpotencia global desde el punto de vista militar. Como si China fuera equiparable a la URSS; que no lo es… de momento. Patrañas: tienen que financiar sus guerras para controlar los recursos energéticos de Oriente Medio y Asia Central, como bien apuntas.
Gracias por el comentario, estimado Maju.
despues del abandono del proyecto orion para el desarrollo de una nave capaz de poner astronautas en la luna y marte por parte de EE.UU , China se convertirà en muy poco tiempo en la potencia capaz de llegar a la luna por el codiciado helio3 y posteriormente a Marte un planeta tan enigmatico y misterioso pero al que el hombre tiene que visitar.El gran problema para EE.UU siempre seràn los fondos para el desarrollo espacial,con un congreso cada vez mas reacio a financiar planes de Nasa.
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