Dando un repaso a la lista de bitácoras de WordPress de crecimiento más veloz, en el puesto cuarto encontramos el blog «Referéndum sobre la reforma de la Diagonal de Barcelona». Resulta que el gobierno municipal de la Ciudad Condal, integrado por una coalición de partidos catalanistas encabezada por el PSC, tuvo la brillante idea de someter a referéndum de sus ciudadanos una decisión que debería tomar el propio Ayuntamiento en el ejercicio de sus competencias, la reforma de la Avenida Diagonal. La idea inicial era que los barceloneses decidieran sobre dos opciones alternativas a la hora de acometer una gran obra cuyo presupuesto total sobrepasaba los 290 millones de euros: las así llamadas «Opción A» y «Opción B». Pero como ya se sabe que en BCN y alrededores es importante ser progre-guay, los próceres municipales añadieron una testimonial «Opción C»: no hacer ninguna reforma y dejar las cosas como están. El pasado día 15 de mayo se conocieron los resultados de la consulta y, contra todo pronóstico, los barceloneses que votaron (muy pocos, por cierto) se inclinaron de forma aplastante por la Opción C (casi un 80%). La inesperada victoria de la opción déjennos en paz, que supone el rechazo de los ciudadanos al «proyecto estrella» de esta legislatura municipal, ha abierto una profunda crisis en el equipo de gobierno. Crisis que un creativo Jordi Hereu, el señor alcalde, ha atajado forzando la dimisión de su número dos, el primer teniente-alcalde. Todo un hombre de recursos este Jordi.
Tras varias pesquisas adicionales sobre este asunto recalamos en radikalinfografic, pilotado por el brillante ilustrador infográfico Jaime Serra, y ahí nos enteramos de que el referéndum de marras ha tenido un coste para las arcas municipales de dos millones y pico de euros —»el pico es lo de menos en estas cifras»— en el marco incomparable de una crisis económica sin precedentes en nuestro país.
El diario barcelonés La Vanguardia, en el que colabora el amigo Jaime Serra, ha publicado en su edición del pasado 16 de mayo una infografía realmente curiosa en relación con este derroche plebiscitario barcelonés que desmiente tópicos sobre el carácter poco dado a dispendios de los catalanes, dicho sea de forma un tanto eufemística.
La propuesta de «arte conceptual» es que, en vez de gastar esos dos millones (y pico) de euros en el fallido referéndum, el Ayuntamiento podría haber optado por una acción mucho más vanguardista: peatonalizar la Avenida Diagonal con una alfombra azul compuesta de billetes de cinco euros «por donde pasearnos a reflexionar». ¿Sería posible, en la práctica, hacer esto? La respuesta es sí, sería posible alfombrar el tramo principal de la Diagonal desde la Plaza de Joan Carles I hasta la de Francesc Macià (paradójico inicio y final) con los dos millones de euros invertidos en la consulta. Un peatonal mileurista común pisaría cada dos pasos (~1,2 m) el valor de un salario digno (1.850 euros en 370 billetes de cinco) a través de un euro-carril de 2,3 metros de ancho. Al final de un trayecto de casi 1,3 kilómetros, el privilegiado mileurista común podría ser agasajado por la Corporación Municipal en pleno con una merecida jarra de cerveza subvencionada con el pico de euros sobrantes.

Vecinos de Madrid pasan un día inolvidable solazándose sobre la moqueta instalada el 15 de mayo por su Ayuntamiento en la Gran Vía. Obsérvese que el azul del cielo de Madrid, a pesar de haber sido photoshopeado por nosotros, palidece ante el gran tapete municipal.
(Foto original: Cristóbal Manuel)
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En la otra gran metrópolis de las Españas (en la ribera del Manzanares Medio) Gallardón I, idolatrado por la casta de los grandes constructores y colosal amigo de los banqueros a los que tanto deben los madrileños —y sus hijos y sus nietos en los próximas décadas—, ha dado un paso más allá del arte conceptual con una faraónica instalación. Recientemente, con motivo de los fastos municipales de conmemoración del centenario de la Gran Vía, el Ayuntamiento de la Villa y Corte del Faraón decidió, al mismo tiempo que reducir el salario de sus trabajadores, alfombrar completamente esta avenida con una enorme moqueta de 30.000 m² de color aún más azul que el famoso cielo de Madrid o los billetes de cinco euros. El coste de este performance lo desconocemos. Pero en el caso de Madrid no hay lugar para controversias si se trata de papel moneda, ya se sabe que los madrileños —de vuelta con los tópicos— son así de espléndidos… «Este performance lo pago yo y no hay más que hablar».

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