El spam telefónico, tambien llamado telemarketing, son esas llamadas de publicidad no solicitada (ni deseada) que recibimos en nuestras casas con engañosas y falaces ofertas. Todo ello a pesar de que —al parecer— dicen que existen nuevas normativas aprobadas por el Parlamento español que pretenden poner coto a esta práctica tan molesta como generalizada por parte de determinadas empresas así como a la utilización abusiva, con fines lucrativos ajenos, de bases con datos personales de todos y cada uno de nosotros.
El spam telefónico es una práctica habitual de las multinacionales que integran el oligopolio privado de telecomunicaciones que se hizo dueño y señor de este sector público estratégico tras su privatización a instancias de la Unión Europea allá por la época de los gobiernos socialistas [curiosa denominación] de hace dos décadas. Pues bien, esta práctica del spam telefónico parece que, incluso, se ha recrudecido últimamente, con leyes o sin leyes… Algo que no nos sorprende a aquéllos que pensamos que ninguna ley ni ningún parlamento tienen potestad real sobre los verdaderos depositarios de la soberanía en este tinglado del capitalismo absoluto, que imponen a su antojo sus propias leyes selváticas y que sitúan a los ciudadanos en un estado de indefensión.
Huelga decir que los trabajadores del sector —muchos de ellos con salarios miserables y jornadas medievales— no son los responsables de esta «estrategia comercial» tan engañosa como molesta para los ciudadanos, que muchas veces descargan su ira contra contra ellos ante la imposibilidad de hacerlo contra los amos de esos tele-calabozos. Estos sujetos, mientras tanto, disfrutan de las vistas desde sus despachos situados 20 ó 30 plantas más arriba (o a miles de kilómetros de distancia) mientras se descojonan de todos nosotros (teleoperadores y clientes) con un vaso de whisky en la mano.
Robafone, Timofónica, Vomistar, ¡Oh!NO, Luego.com, Plasstel, Limonge…
El vídeo que os mostramos a continuación quizá no sea la solución definitiva frente al spam telefónico de ese oligopolio rampante de las telecomunicaciones pero, al menos, nos ofrece la posibilidad de pasar un rato divertido a costa de esos guiones dignos de trileros de feria que obligan a transmitir a los teleoperadores: líneas ADSL con par de cobre «a 40 megas de velocidad» que desafían las leyes de la física, engañosas ofertas de rebaja del precio de la «competencia» que pasados los tres primeros meses sufren mutaciones en forma de facturas abusivas, supuestos «nuevos contratos» que el cliente nunca tiene oportunidad de ver ni de firmar… En fin, la ley de la selva.
••• Mientras veíamos el vídeo nos aparecieron varios anuncios de algunas de estas malditas compañías insertados por Google. Está visto que no hay forma de librarse de ellos.
Rectificamos: Se nos acaban de ocurrir unas cuantas formas de librarnos de ellos que por prudencia no reproduciremos aquí. Para ver la segunda parte y más vídeos relacionados del mismo autor podéis visitar el canal de YouTube de Locarta.
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