#TwitterBlackout: Twitter, la censura selectiva y la libertad de expresión

“Twitter ha dejado muy claro cuáles serán sus políticas […] Twitter ha sido directo sobre lo que está haciendo. Tendremos que ver cómo funciona”.

Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado de EEUU, sobre la censura de contenidos en Twitter.

Los últimos días han estado plenos de eventos que afectan al ejercicio en la red Internet de uno de los derechos fundamentales de las personas, la libertad de expresión, independientemente del país en que vivan. 

La ratificación por parte del nuevo gobierno español del PP de la llamada Ley Sinde del anterior gabinete del PSOE, un controvertido reglamento que pone en cuestión el derecho a la libertad de expresión en aras del interés de las multinacionales de la industria del cine o de la música de una determinada potencia, EEUU, cuya Embajada en Madrid dictó las bases de la citada ley, como así han demostrado los documentos filtrados por Wikileaks.

El cierre al tráfico en la Red de más de un 4% de sus contenidos —caso Megaupload—, incluída una ingente cantidad de archivos personales de decenas de millones usuarios que pasan a manos del FBI y otras agencias de EEUU. Para ejecutar este atropello no ha sido necesaria la aprobación o aplicación de nuevas leyes regresivas tipo Sinde (SOPA, ACTA…). Por la vía de los hechos, EEUU ha perpretrado el ataque con celeridad inusitada y ha puesto a sus pies los aparatos policiales de sus satélites para proceder a incautación de servidores y detenciones casi instantáneas. Un hecho sin precedentes por su masividad y celeridad, también en aras de la defensa de los intereses de la industria audiovisual multinacional estadounidense.

Cuando un propietario intenta acceder a sus fotos, trabajos o documentos personales archivados en Megaupload se encuentra este aviso de una potencia extranjera (si no es súbdito de EEUU)

Internet como escenario de guerra

Anteriormente, el gobierno mundial de facto de EEUU había requerido a gigantes de la Red como Google y Facebook que fueran puestos a su disposición información y datos personales de los usuarios de las citadas compañías globales y, en el mismo sentido, se daba a conocer a la opinión pública la “monitorización” (vigilancia) masiva de los mensajes en las redes sociales por parte de las agencias competentes; a saber: CIA, FBI, Seguridad Nacional y Cibercomando del Pentágono (Ministerio de Defensa de EEUU). Es decir, tras la dotación en 2010 de grandes fondos para el “escenario de guerra” en Internet por parte del gobierno de Obama (una parte del presupuesto de guerra más elevado de la historia que superó con creces al de la anterior administración de Bush II), EEUU se ha tomado muy en serio la importancia bélica del teatro de operaciones de la Red de redes.

A todo esto, parecía que Twitter —una red social que se alimenta y por tanto vive de los contenidos (tweets, imágenes o enlaces) aportados por los propios usuarios— seguía siendo un especie de islote ajeno a interferencias del poder global o de los gobiernos locales. No parece que así sea en realidad: esta semana que acaba, Twitter anunciaba oficialmente que “cuando sea requerida [la compañía], eliminará contenidos de los internautas” en función de “las diferentes legislaciones sobre la libertad de expresión que existen en el mundo” y “razones históricas y culturales (sic)” para “retirar contenido de usuarios en un país específico, manteniéndolo disponible en el resto de países” [véase en Público.es: Twitter se rinde a la censura].

Al margen de este anuncio reciente de Twitter tan calculadamente ambiguo como preocupante, es evidente que hasta ahora se había venido aplicando censura en Twitter. Baste recordar que en alguna ocasión ha sido manipulado el algoritmo de los “Temas del momento” (TT) cuando estos eran especialmente sensibles para EEUU en función sus leyes o de su política exterior (como es el caso del bloqueo a Cuba). No olvidemos que Twitter es una empresa radicada en EEUU. Recientemente, el ‘hashtag’ #DerechosdeCuba fue bloqueado en España a pesar de haber tenido mucho mayor volumen de menciones que otros que no sufrieron la misma triste suerte, como así fue demostrado con datos de tráfico real. Asimismo, Twitter ha cerrado cuentas de forma arbitraria sin denuncia ni decisión judicial previa (ni siquiera requerimiento policial) por motivos políticos que afectan a la libertad de expresión. Éste fue el caso de algunos perfiles humorísticos que parodiaban a personajes del régimen español como Rubalcaba (PSOE) o algún caso similar de cierre de cuentas en Facebook de perfiles paródicos de Mariano Rajoy u otros líderes del PP. Mientras tanto, el cierre de cuentas que fomentan actos delictivos o atentan contra la salud pública casi nunca se hace efectivo por parte de Twitter aduciéndose que se requiere para ello el preceptivo mandato judicial correspondiente. Un curioso doble rasero.

#CensuraTwitter y #TwitterBlackout

Frente a la conspiranoia y la candidez embobada está la visión global de las cosas. ¿Alguien puede creer que no existe una cierta concatenación en los hechos hasta ahora relatados?, ¿acaso son independientes?, ¿no hay relación causa-efecto entre ellos?, ¿Twitter es una realidad paralela ajena al mundo y a los tiempos que vivimos? Pensamos que no.

La denuncia de muchos usuarios de Twitter a este anuncio de la compañía de establecer límites a la libertad de expresión en función de donde se ejerce, no se hizo esperar. El viernes 27 de enero, miles de mensajes de quienes hacen día a día los contenidos de esta red social mostraban su desacuerdo incluyendo #CensuraTwitter (en el mundo hispanohablante) y a nivel internacional se convocó a una huelga de contenidos de 24 horas para el día siguiente, sábado 28 de enero, día sin tweets o #TwitterBlackout (que llegó a ser TT absoluto mundial y en España y muchos países también).

Las reacciones contrarias no se hicieron esperar tampoco. Podemos poner un ejemplo: En los informativos del mediodía de la cadena SER del 27 de enero, en un cara a cara entre el periodista Antón Losada e Ícaro Moyano (exdirectivo de Tuenti y actual jefe de redes de PRISA, multinacional a la que pertenecen SER y el diario madrileño El País), Moyano defendía la decisión de Twitter y la necesidad de censurar sus contenidos. Como principal argumento de “autoridad” citaba que Ricardo Galli (empresario de ‘Menéame‘) compartía esa posición. Por su parte, Losada manifestó que era contraproducente cualquier tipo de actividad censora en una red como Twitter por sus propias características, algo basado en que cada cual opine lo que quiera independientemente de donde sea [vino a decir, pues cito de memoria]. Viniendo de quienes vienen, las posiciones favorables de Moyano y Galli a la aplicación «selectiva» de la censura en Twitter no resultan sorprendentes. PRISA y sus medios se caracterizan desde hace mucho tiempo por manipular o censurar noticias “sensibles”, especialmente si éstas proceden del ámbito latinoamericano y en particular si proceden de gobiernos de izquierda o progresistas del subcontinente. Del empresario de ‘Menéame’ y su compañía diremos que su posicionamiento es estrictamente coherente con la defensa de sus propios intereses y trayectoria. Vamos a dejarlo ahí… ejemplos de censura “de oficio” en ‘Menéame’ de noticias procedentes de medios digitales progresistas de amplio impacto son de sobra conocidos. Por no hablar de la panoplia de censores trasnochados y masa enfurecida que desde hace años cohabitan en ese “ecosistema” hostil al debate racional de ideas.

Por lo demás, el seguimiento a la huelga de contenidos de los que hacen los contenidos (eso es, ni más ni menos el #TwitterBlackout) se puede y se debe calificar como masivo sin entrar en guerras de cifras; porque, entre otras cosas, aquí sí hay Patronal pero no hay sindicatos —ni «piquetes» [¿!], como afirmaban algunos adictos al orden establecido escandalizados por la iniciativa. La repercusión en España y Latinoamérica ha sido más que notable, así como en diversos medios de comunicación que han citado la iniciativa y a sus promotores (El País ha incidido de forma manipuladora y torticera en que ha sido una iniciativa de «Anonymous» y nada más lejos de la realidad, #TwitterBlackOut se ha difundido a cara descubierta). La repercusión mundial también ha sido evidente si a los TT nos remitimos, teniendo en cuenta además que la gran mayoría de los mensajes de #TwitterBlackOut eran favorables a la iniciativa.

Entre los contrarios a la huelga, los principales argumentos contra el #TwitterBlackOut han sido, muy resumidamente, dos:

  • “No servirá para nada” (poco que añadir a esto puesto que es recurrente a modo autojustificativo ante cualquier tipo de movilización por parte de los reacios a comprometerse o los “equidistantes” de turno) y
  • “No hay tal censura puesto que Twitter ha dicho que la censura se hará por países y no para todo el mundo”. Sobre esto último sí nos detendremos a reflexionar pues nos parece un argumento, además de paradójico y extraño desde el punto de vista de la lógica racional, especialmente perverso. ¿La libertad de expresión es un derecho parcelable por países, culturas o etnias y no un derecho universal independientemente de donde vivas? Radicalmente, no. Esa visión parcial de una libertad de expresión territorializada nos lleva a la arbitrariedad pura y dura, al doble rasero en su aplicación en función de si ésta favorece o no a aliados y a supuestos enemigos. Y ya sabemos bajo qué criterio se establecen alianzas y guerras en la actualidad: el interés económico y geoestratégico de una superpotencia que campa a sus anchas también en Internet. Que se pudiera aplicar en función de leyes antifascistas en determinados países es la coartada «democrática». En el mundo y en el tiempo en que vivimos parece obvio que se aplicaría la censura más bien en función de leyes anticomunistas o con fines bélicos de forma selectiva (no olvidemos el importante papel de las redes sociales para la propaganda de guerra a favor de la OTAN y sus rebeldes en Libia o en los más recientes casos de Siria e Irán a favor del tándem EEUU-Israel).

Ante la sinrazón de la fuerza por la vía de los hechos, algo que vemos o que sufrimos a diario en la Red y fuera de ella, bienvenida sea cualquer iniciativa que ponga en valor la fuerza de la razón democrática sin fronteras y además la demuestre con efectividad y resolución. Cuando está en juego la libertad de expresión no caben titubeos ni falsas equidistancias. Twitter es una compañía que no cobra por el uso de sus servidores, al igual que quienes aportamos sus contenidos tampoco cobramos por ello. Si no estamos de acuerdo con algo tan importante como que lo que escribimos pueda ser censurado —ya sea local o globalmente— “preventivamente” o de forma “retroactiva”, como han afirmado portavoces de la compañía, tenemos perfecto derecho a no aportar contenidos durante 24 horas como medida de protesta «preventiva» y efectiva para que tomen nota de que muchos, más de los que creen como se ha podido comprobar con el #TwitterBlackout, no comulgamos con ruedas de molino en algo tan básico como la libertad de expresión, un derecho universal inalienable.

Texto: Paco Arnau
ciudad-futura.net@ciudadfutura en Twitter

¿Sueñan los robots con ovejas eléctricas?: «La ‘democracia 4.0’ frente a la realidad»

Nuestro amigo Iván Rivera [@brucknerite] ha publicado recientemente en su magnífico blog un texto cuya lectura recomendamos vivamente: «La ‘democracia 4.0’ frente a la realidad». Es extenso (3.000 palabras) pero sin duda merece una atenta lectura. En estos tiempos oscuros existe una tendencia por parte de algunos a la ocurrencia espontaneísta, a inventar «cosas nuevas» frente a la dura realidad sociopolítica y económica del capitalismo absoluto actual que casi nunca se concretan en qué son, en qué consisten o cómo se aplican… Y que tampoco llegan siquiera a arañar el barniz del poder establecido. Palabrería hueca habitualmente o súbitos «descubrimientos» —producto de un serio déficit del cultura política y de rigor— de propuestas y/o realidades históricas incluso recientes; eso sí, convenientemente despolitizadas y edulcoradas (pensamiento blando). Pero cuando se concretan algunas de esas propuestas «innovadoras», como la de la llamada «Democracia 4.0» (o «cibervoto»), puede ser peor aún si cabe. Los sueños «innovadores» a veces producen monstruos.

Venimos criticando tal propuesta, promovida en las redes por un par de abogados sevillanos, apoyada por alguna entidad y difundida por ciertos medios como el diario madrileño de tirada nacional El Mundo, desde el mismo momento de su aparición. No tanto por una declaración de intenciones que parcialmente podríamos compartir (más participación ciudadana en la toma de decisiones políticas), sino más bien por las nefastas consecuencias que supondría para el ejercicio de derechos democráticos desde el compromiso con la lucha colectiva por una verdadera democracia real, valga la redundancia. Es decir, perversión de la Política transformadora con mayúsculas disfrazada de propuesta rompedora, vanguardista y novedosa.

¿Sueñan los robots con ovejas eléctricas?

La propuesta de «Democracia 4.0» ignora las relaciones económicas y de poder existentes asi como sus poderosos y casi omnipresentes medios de falsificación de la realidad o mass media (punto de partida erróneo para llegar a conclusiones falsas), privatizaría el ejercicio de derechos democráticos en manos de oligopolios privados o monopolios en manos del Estado (teleoperadoras), favorecería la aparición de «cibermandarinatos» o lobbys digitales, obvia la brecha digital de la mitad de los ciudadanos (que se convertirían en un nuevo lumpen sin medios o conexiones digitales de calidad accesibles), generaría más desmovilización social (justo lo que faltaba) al individualizar el proceso democrático (jugar a la política «desde el sofá» de cada uno y aislados del resto, con su receptor individual de propaganda del poder y emisor de voto en un mismo aparato tecnológico controlado por los mismos intereses privados o estatales que detentan el poder económico, pantallas orwelianas de la novela 1984)… y además es impracticable técnicamente de forma rigurosa por la ausencia de soluciones técnicas y operativas verosímiles para implementar tal propuesta. Todo ello sin olvidar un principio básico de la democracia y que olvida esa propuesta de «democracia 4.0»: O es el pueblo soberano quien protagoniza los procesos de votación, referéndum y elección (mesas, presidencia, firma y elevación de actas, interventores) o el proceso democrático propiamente dicho simplemente no existe porque es pervertido [véase atentamente la ilustración de cabecera, es muy sugerente].

Podríamos decir muchas más cosas pero nos extenderemos más. Rondaba por aquí la idea de escribir una crítica extensa —más razonada y fundamentada— a la llamada «Democracia 4.0» pero no ha lugar… Recomendamos el texto de Iván Rivera (experto en redes y tecnologías digitales), porque seguramente no se puede hacer mejor. ‘Voilà’…

La ‘democracia 4.0’ frente a la realidad

Ilustración: «New capitalism pyramid» (Vía: brothersoft.com)
Texto en ‘Ciudad futura’: Paco Arnau

El Golpe

La ministra de Economía Elena Salgado ha declarado con motivo de la reforma constitucional en ciernes que apoyan PSOE y PP que se trata, fundamentalmente, de un mensaje claro a los inversores en el sentido de que las reformas económicas en España van en serio y de que el déficit público no aumentará en el futuro. La reforma constitucional (propuesta por un agónico gobierno del PSOE cuyo presidente ni siquiera se presenta a la reelección) es la primera de gran calado desde la aprobación de la vigente Constitución Española en 1978 (en 1992 se modificó el artículo 13.2 para otorgar derecho a voto a los residentes extranjeros en elecciones locales a propuesta de todos los grupos parlamentarios y en votación unánime) y pretende introducir en su texto un techo de endeudamiento para el conjunto de las administraciones públicas del Estado español… 

Precisamente un precepto legal similar, el llamado «techo de la deuda», ha sido una de las causas por la que Estados Unidos ha estado recientemente al borde del colapso económico con un Estado federal en el límite de la suspensión de pagos durante varias semanas del mes de agosto de este año en un país, EEUU, con una mortalidad infantil muy superior a la de Cuba y con decenas de millones de súbditos sobreviviendo gracias a los cupones alimenticios. La ministra de Economía ha añadido que limitando el techo del déficit del Estado español, los inversores (léase los “socios capitalistas” que compran deuda estatal) son situados en un rango legal de primer nivel, el constitucional.

Esta reforma, cuyos defensores en la derecha del espectro político —ya sea desde el gobierno o desde su “oposición”— nos venden también como una especie de designio fatal del los tiempos que corren (una imposición de la Unión Europea o de su eje franco-alemán), confirma algo que ya venían avanzando lo más destacados economistas de izquierdas desde el estallido de la burbuja financiera-especulativa en EEUU en 2008: que esta crisis implica en realidad un golpe del poder económico capitalista en Occidente cuyo fin es eliminar los últimos restos del Estado del bienestar surgido en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial, para así dar rienda suelta a un capitalismo especulativo desbocado desde el momento histórico que dio inicio a la actual etapa: la disolución de la URSS hace dos décadas. Un acontecimiento que —de seguir así las cosas, esperemos que no— podría ser definido por los historiadores del futuro como el principio del fin de la Edad de los derechos del hombre y del ciudadano que se inició en 1789 con la Toma de la Bastilla de París. 

El golpe constitucional

Si algo define esta segunda legislatura del PSOE con gobiernos formados en torno a Zapatero es el desmantelamiento de las últimas bases del Estado del bienestar en España: drástica disminución de la renta de la clase trabajadora en forma de recortes de salarios y pensiones, ataque a la negociación colectiva con una reforma tendente a su supresión en la práctica (la “línea de flotación” del movimento obrero organizado en las empresas y sectores productivos) y la eliminación de todo rastro garantista para los trabajadores en la legislación laboral española (ya de por sí una de las menos garantistas de Europa) bajo la coartada de una mayor “flexibilidad” en la contratación y en los despidos para los empresarios (en un país con una de las legislaciones ya de por sí más flexibles en su entorno). Todo ello ha venido siendo acompañado con una serie de medidas económicas cuyos fines no han sido otros que inyectar dinero público a la banca privada y proseguir un proceso de concentración del capital (capitalismo monopolista privado) en beneficio de la Gran Patronal representada por la CEOE y en detrimento de las pequeñas y medianas empresas.

La reforma constitucional —hurtando la posibilidad de refrendo popular— que se anuncia por parte de un gobierno que ha promovido a su vez la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, es más importante de lo que a simple vista pudiera parecer. Algunos ya han comparado este “golpe constitucional” con el intento de Golpe de Estado de utraderecha de 1981. El objetivo es el mismo: acabar con preceptos básicos que establece una Constitución que fue fruto de un pacto que establecía cesiones tanto por parte de la derecha como de la izquierda. Algunos de quienes aún consideran de izquierdas al PSOE —lo que es mucho considerar a estas alturas del partido— han definido esta reforma constitucional como “un suicidio político de la izquierda”. 

Volviendo a las declaraciones de la señora Salgado, principal valedora y fuerza de choque de las políticas de derecha extrema que viene aplicando el gobierno de ZP, efectivamente esta reforma sitúa al capital especulativo en el primer rango legal, el constitucional, y ataría de pies y manos cualquier iniciativa parlamentaria tendente a asegurar el llamado “gasto social” (inversiones públicas redistributivas de la riqueza y el bienestar) ya sea en tiempos de crecimento o de crisis, poniendo en primer plano la estabilidad de los mercados especulativos sobre las necesidades inversoras estatales (centrales o autonómicas) en Sanidad, Educación o infraestructuras… e incluso la posibilidad de renacionalizar sectores estratégicos como la banca, la energía o las telecomunicaciones de forma constitucional, por mucho que en su articulado y espíritu la Constitución actual establezca la primacía del interés público sobre el privado.

No se trata, por tanto, sólo de una cesión de soberanía nacional bajo el diktat de Alemania o Francia. En el plano interno esta reforma supone en la práctica ceder la soberanía del pueblo al capital especulativo y a los oligopolios privados locales, que son quienes —en última instancia— marcan los ritmos de las reformas y las decisiones de los gobiernos y oposiciones de turno desde los inicios del régimen bipartidista actual en 1982. La llegada al gobierno del PSOE poco tiempo después del Golpe de 1981 tuvo su letra pequeña y ahora la estamos leyendo con trazos muy gruesos. Tan gruesos que ese mismo partido, con el apoyo de su alter ego bipartidista, está proponiendo ahora culminar su legislatura con la ruptura del pacto constitucional de 1978, la base de la llamada “paz social” durante más de tres décadas.

‘Negras tormentas agitan los aires’… 

En estas condiciones, indignarse soñando con rebeliones de clases medias que ni lo fueron ni lo serán (la clase media es un concepto tan metafísico como el centro político) o jugar a ser diana de la represión policial con repetitivas convocatorias minoritarias e insuficientemente preparadas o con debates paralizantes en los que nos dedicamos a “descubrir el Mediterráneo” de forma sucesiva ya no basta. Hay que pasar de la indignación a la acción masiva, consciente y organizada por todos los medios al alcance de la mayoría social. En justicia algunos podrían proponer que rueden cabezas, depurar responsabilidades políticas, pero eso sería irreal sin capacidad para llevarlo a cabo. En realidad tenemos ante nosotros un horizonte de sucesos mucho más amplio frente al poder real, que no es otro que el económico: reconstruir el movimiento obrero (cautivo y desarmado en la actualidad), transformar el clamor popular contra las políticas de derecha extrema en voto útil, consciente y organizado y, al mismo tiempo (sólo votando no se alcanzan objetivos plenos), proseguir en la construcción de un movimiento de oposición real por medio de asambleas de base territorial realmente representativas de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, único camino para asegurar la continuidad del movimiento y su incidencia real en los acontecimientos para detener el avance del único contendiente —hasta ahora— en esta lucha de clases que nos arrastra porque todos estamos inmersos en ella.

Sólo un 10% de diputados de izquierdas podría haber impuesto la celebración de un referéndum sobre esta reforma constitucional que muy posiblemente hubiera sido rechazada en tal caso. No ha sido así porque no hay un 10% de diputados de izquierdas en el Parlamento español. Llegados a este punto, la izquierda no debe seguir considerándose comprometida con el pacto social que dio lugar al régimen actual por el sencillo motivo de que lo han roto sus dos principales facciones políticas; de la misma forma que quienes voten al PSOE o al PP o aseguren sus hasta ahora amplias mayorías absteniéndose, blanqueando o anulando su voto forman parte del problema, no de su solución.

Texto: Paco Arnau / Ciudad futura

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La palabra elegida el Día-E de 2011 es «vergüenza»

Lo único bueno del actual régimen español es que se ha quitado las caretas y ya sólo puede engañar a los que únicamente tienen a la televisión (ya sea pública o privada) como único medio de «información». El año pasado, tras una rocambolesca historia protagonizada por Carmen Caffarel (directora del Instituto Cervantes) a cuenta de la votación libre y abierta de los internautas, que decidieron «república» fuera la palabra ganadora del Día del Español 2010, en 2011 han optado por una «ingeniosa» solución para evitar a toda costa subversivos veredictos inesperados del pueblo soberano que den al traste con sus verdaderas intenciones.

Este año han preseleccionado una serie de términos para que sean votados (una votación «precocinada» o patrocinada), utilizando como sponsors de las palabras propuestas a figuras del famoseo, el artisteo, el fútbol y hasta de la gran banca. Emilio Botín, presidente del gobierno español de facto (recientemente imputado por la Fiscalía por delitos contra la Hacienda pública y evasión fiscal), acumula ahora también el cargo de «spammer» honorífico del peculiar concurso, proponiendo la palabra «Santander». La intelectual cantante colombiana Shakira propone la autorreferente palabra «meliflua» (dulzura y amabilidad falsa e impostada en una de sus acepciones). El conocido «prócer» de la lengua de Cervantes Alejandro Sanz ha propuesto «flamenco» (dudamos si en referencia a su música o a los oriundos de los Países Bajos o del Flandes belga). Vicente del Bosque, míster de la Selección Nacional de Fútbol propuso —suponemos que después de una larga reflexión— «fútbol». Uno de los pocos que se desmarcan por la banda es el jugador uruguayo del Atlético de Madrid Diego Forlán, que propone «solidaridad». Nada que ver con el ínclito representante de la crema (o espuma) de la intelectualidad española deconstruída, el globalmente laureado cocinero catalán Ferrán Adrià, que presentó la candidatura de «alma». El tuitero @argnzalezcal nos propuso una muy plausible interpretación al respecto de esta propuesta: Adrià propone «alma» porque ésta tiene un peso equivalente a la «comida» que pone en sus platos. Por su parte, un Raphael muy en línea consigo mismo y con el histrionismo que lo caracteriza, dice simplemente «gracias» a su querido público. Y así sucesivamente…

Lo que queda meridianamente claro es que el «incidente» lingüístico republicano de 2010, provocado por el voto libre, no se podía repetir en 2011. El vergonzoso espectáculo con tongo incluído del año pasado ha sido ampliamente superado con un peripatético certamen de palabras preseleccionadas el Día E de 2011. El poder y sus medios siguen abusando de una anodadante «creatividad» a la hora de utilizar el lenguaje, dejando al Propagandaleiter Goebbels a la altura de un principiante; por ejemplo, «intervención humanitaria» por bombardeos de la OTAN que matan civiles a diario o el más recientemente anunciado despliegue sin precedentes de antidisturbios en Madrid para el 19 de junio al objeto «proteger y asegurar el derecho de manifestación» [¡?]. Pero ya pueden decir misa; lo único que vemos al final es la pura y dura realidad, sin caretas: el careto de su amo...

[youtube http://youtu.be/4_85UBWk5DY]

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Los violentos tienen cara y placa

Barcelona, hoy mismo. Manifestación de ciudadanos indignados. Provocadores infiltrados que no pueden negar quiénes son y de dónde vienen… dónde van a acabar no lo saben ni ellos. Es lo que tiene ser un esbirro del poder en tiempos de agitación y tribulaciones para el sistema imperante. El vídeo representa la viva imagen del fascismo subyacente en este régimen travestido de democrático y de derecho. Lo que veremos es un Estado al servicio de la banca y los grandes empresarios en plena acción, provocando y generando violencia de forma injustificada haciendo uso del lumpen, la tradicional fuerza de choque de la clase social dominante en el capitalismo. Esta violencia provocada por el Estado y sus cancerberos servirá de carnaza a los medios mercenarios que faltan a la verdad un día sí y otro también. Que tampoco nos distraigan con ellos. El vídeo no representa nada nuevo; ya vimos imágenes muy similares, años atrás, con motivo de las movilizaciones contra la globalización capitalista también en Barcelona, sin ir más lejos. O en Madrid, en muchas de las manifestaciones contra la guerra de Iraq… Y nos podríamos retrotraer a los infames «incontrolados» policiales y parapoliciales del régimen franquista, asesinos a sueldo de la misma clase social que sigue dirigiendo hoy nuestros destinos, vidas y haciendas, pero de la que pocos se acuerdan a la hora de volcar su indignación. Pero dejemos que las imágenes hablen por sí solas. Los subtítulos están en catalán pero todo se entiende muy bien. Se entiende todo perfectamente…

[youtube http://youtu.be/gL7QbfIU5IA&rel=0]

La ‘Ley Mordaza’ de Pajín

Tras la aprobación por parte del Gobierno del anteproyecto de la ‘Ley de igualdad de trato’ a iniciativa de la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, la polémica en la Red está servida. Determinados contenidos de este anteproyecto de Ley, que algunos han calificado como contradictorio y hasta caótico en su redactado, podrían servir para abundar aún más en los efectos perversos de la llamada Ley Sinde en relación con la libertad de expresión en los blogs y webs de Internet. No se trata, en este caso, de regular las llamadas «descargas ilegales» y sus enlaces en función de intereses económicos impuestos desde fuera, sino de establecer una serie de nuevas normas que podrían suponer, en función de la lectura que se dé al articulado, un ataque en toda regla a la libertad de publicación y de opinión en la Red.

La que se ha dado en llamar ‘Ley Mordaza de Pajín’, partiendo de unas supuestas buenas intenciones (defender la igualdad de trato e impedir la discriminación por diversos y amplios motivos), contiene una serie de preceptos que ponen en peligro la libertad de publicación y de expresión al dejar en manos de una «Autoridad para la Igualdad de Trato y la No Discriminación”, nombrada por quien tenga la mayoría de turno por Real Decreto (Artículos 37 y 38), qué es publicable o no y en consecuencia punible en un blog o web (siendo objeto incluso de elevadas multas). El texto de la Ley es tan ambiguo que casi cualquier cosa que aparezca publicada (incluídos comentarios) podría ser considerado —a criterio discrecional de esa Autoridad inquisitoria— discriminatorio y suponer, por tanto, censura de contenidos y acarrear las correspondientes sanciones a los autores o administradores de un blog o web. En este caso, además, se invierte la carga de la prueba y será el «acusado» quien deberá demostrar su inocencia, algo claramente anticonstitucional pero ninguna novedad si tenemos en cuenta otras leyes claramente no garantistas aprobadas por el Gobierno del PSOE y sus aliados parlamentarios de turno en esta legislatura que está llegando a su final.

Broche de hojalata

La ministra Pajín quiere poner su «broche de hojalata» (como su pulsera power balance) a un mandato ministerial que podría hacerla pasar a la historia de la infamia jurídica junto con la ministra Sinde. El acoso a lo poco que queda ya de Estado de derecho garantista en España por parte de un gobierno de Rodríguez Zapatero en agonía política, se une así a derribo de los derechos, pensiones y salarios de los trabajadores que ha caracterizado su mandato en esta legislatura bajo los dictados del poder financiero o embajadas extranjeras.

Un par de reflexiones finales: Quienes defienden esta Ley están planteando que es «progresista» defender la igualdad de trato y la no discriminación y que ése es el espíritu del texto. El problema es su letra. El cúmulo de generalidades y contradicciones del anteproyecto de Pajín (muy en consonancia con los insondables esquemas de pensamiento del personaje), así como la designación de una Autoridad a la que se deja a su albedrío qué es políticamente correcto y qué no en los textos, imágenes o comentarios de un blog o de una web, lo convierte en coartada para la censura en función de la lectura que haga de él el gobierno o la mayoría parlamentaria de turno.

Algunas voces de la derecha han criticado el anteproyecto porque podría suponer el cierre o denegación de ayudas a colegios que disgregan a los alumnos por sexo (un caballo de batalla tradicional de la ultraderecha religiosa más rancia). El problema es que, visto lo visto, tenemos razonables y serias dudas de que un Gobierno del PSOE o del PP, las dos facciones del partido de este sistema, utilizara esta Ley para tal fin, aunque bien es verdad que su ambiguo articulado casi podría valer para cualquier cosa imaginable. Más bien los tiros apuntan hacia otro lado: el control de los contenidos y de la libre expresión de la Red, algo que hasta ahora no estaba en sus manos.

Nota: Para saber más acerca de los contenidos de esta denominada ‘Ley Mordaza’ o #leymordazapajin, recomendamos la lectura del artículo «Así afectará a los blogs la Ley Mordaza que prepara Leire Pajín», publicado hoy mismo (según fecha de esta entrada) en Rebelión.org. También nos parece esclarecedor el texto: «Ley Mordaza o cómo el Gobierno podría censurar la red», publicado el 29 de mayo en Nación Red. El texto completo del anteproyecto de Ley está disponible en la web del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad que encabeza Leire Pajín; aquí tenéis el enlace directo al PDF.

Las semillas, en los barrios. En los jardines de Sol se queman

Si bien es cierto que las revoluciones las hacen los pueblos o no son tales, tambien es verdad que no es posible hacer una revolución —si entendemos por ello un giro político radical que dé un vuelco a las relaciones de poder en una sociedad determinada— si no existe una parte consciente de ese pueblo que disponga de una organización y de una estrategia transformadora clara. «Sin organización no viven las ideas» decía nuestro filósofo de cabecera Antonio Gramsci. La historia de las revoluciones que en el mundo han sido así nos lo enseña. Y la historia de las rebeliones y amotinamientos populares fracasados, también nos lo demuestra.

Hace tiempo decíamos aquí que denominar “revoluciones árabes” a los levantamientos populares contra las tiranías en Túnez o Egipto nos parecía erróneo porque no se correspondía con lo que estaba pasando en realidad. De hecho, ni en Túnez ni en Egipto han cambiado sustancialmente las relaciones de poder y, en el caso de Egipto, la Junta Militar que gobierna no hace más que implantar nuevas leyes contra los trabajadores y sus derechos (precisamente el detonante de las protestas). Más erróneo aún nos parecía denominar “revolución” a una rebelión reaccionaria como la de Libia, cuyos rebeldes (con dirigentes entrenados y financiados por los servicios secretos de EEUU) están sirviendo de criminal coartada a los bombardeos de la OTAN al servicio de intereses económicos imperiales.

Bomba de relojería

El 40% de desempleo juvenil en España es una bomba de relojería. En 2010 destacados dirigentes del establishment económico y financiero mundial ya advertían de que en nuestro país existía el caldo de cultivo apropiado para una revuelta social. Tras una movilización obrera cuyos principales sindicatos convocantes no pudieron, quisieron o supieron mantener, algo se empezó a mover en el subsuelo, por donde pasan también las redes de Internet. La llamada Ley Sinde —impuesta por una Embajada extranjera con la complicidad necesaria del partido del gobierno— y las sucesivas medidas de recorte de derechos sociales a los trabajadores tras la Huelga General, dictadas por los grandes empresarios y banqueros al gobierno de Zapatero en contra no sólo de la opinión, sino también de los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad española, fueron los principales argumentos de una rebelión larvada desde hacía ya tiempo. Todo ello en un país como España, en el que llevamos décadas sufriendo una cruenta lucha de clases con un solo contendiente debido a que toda política gubernamental desde 1982 (inicio del régimen PSOE-PP) se ha centrado en debilitar a un movimiento obrero que hoy aparece cautivo o desarmado.

En estas circunstancias, todo esto vino a desembocar en la convocatoria de unas elecciones autonómicas y municipales en mayo de 2011. Una campaña que los partidos de turno que defienden el sistema preveían como un simple trámite para el traspaso del poder de uno a otro, que todo cambiara para que todo siguiera igual, acabó convirtiéndose en una movilización social que ha puesto a prueba y ha agitado los cimientos del propio sistema bipartidista y las mentes adormecidas de la mayoría.

¿#spanishrevolution?

Con Madrid a la cabeza, grandes movilizaciones cívicas han puesto en cuestión el modelo político en todo el país. Lo han puesto en cuestión pero no han conseguido removerlo, sólo agitarlo. Por una parte (y por mucho que algunos hablaran de #spanishrevolution), las reivindicaciones planteadas, si bien justas, se caracterizaban por una carencia de partida: una valoración parcial del origen de los problemas causantes de las propias movilizaciones por parte de sus convocantes. Al margen de los buenos deseos, que nadie pone en duda, la realidad que ha trascendido a la opinión pública ha sido una crítica genérica e indiscriminada a la política y a los políticos que, como han escrito algunos analistas de izquierdas estos días, recuerda mensajes populistas (cuando no de ultraderecha) y olvida el factor principal: la lucha de clases. Quienes hablan de “clase política” olvidan (o no saben) que el origen de las clases sociales está en la economía, en quiénes controlan —y quiénes no— los medios de producción. Y que es la economía la que define la política y no viceversa. La base de la corrupción del régimen político autodenominado “democracia española”, y de su propio proceso de degeneración e insostenibilidad más allá de la parodia mediática actual en que se ha convertido, es que el poder económico, ya sin caretas, ejerce su dictadura a través los partidos que tienen responsabilidades gubernamentales, PSOE y PP, convirtiendo a éstos en el brazo ejecutor o puño de hierro de la dictadura de “los mercados” sobre la política. Las fotos de Botín y cía. reunidos en el Palacio de la Moncloa para dictar sus políticas al presidente del Gobierno y a la ministra de Economía es suficientemente ilustrativa y no vamos a abundar en ello.

Ha quedado claro además, y en ello coinciden la inmensa mayoría de los analistas independientes del poder, que en el origen de esta crisis está la aplicación de políticas económicas de derecha extrema o neoliberales que no han hecho otra cosa que empobrecer a amplias capas de los trabajadores y de los pequeños empresarios para aumentar la concentración del capital; es decir, el poder real en cada vez menos manos. Como decía el profesor José Luis Sampedro, no le demos más vueltas: “el debate sigue estando entre ricos y pobres. Nada más”… y nada menos.

Todo esto parece que se está olvidando por parte aquéllos que ejercen el papel de “portavoces” de facto del movimiento de indignados en España. Un movimiento que dice no tener portavoces, pero que en relidad sí los tiene: son aquéllos que hablan en los medios de comunicación y controlan las webs y redes sociales en última instancia. Y ésta es quizá la causa de que el propio movimiento esté derivando a algo que es difícil calificar, a no se sabe muy bien qué.

La fecha clave del día de las votaciones, el 22 de mayo, hemos visto síntomas de que algo fallaba de forma estrepitosa. Mientras los medios de derecha y extrema derecha (la gran mayoría en España) propalaban la falsedad de que el movimiento #nolesvotes pedía la abstención; algo que, sin duda beneficiaba sobre todo al PP (cuyos votantes nunca se abstienen), nadie en las acampadas, empezando por la de Sol, puso el acento en llamar a la movilización de los indignados para que fueran a votar. La febril batería de diversas actividades y asambleas propuestas para ese día y el anterior de reflexión (incluyendo la plantación de hortalizas en la Puerta del Sol) no incluía un solo llamamiento al voto responsable de los ciudadanos para frenar el poder municipal y autonómico de PP-PSOE y de CiU en Cataluña, el #nolesvotes originario que aglutinó a cientos de miles de ciudadanos en torno a este movimiento plural. El supuesto “apartidismo” ha devenido así en simple apoliticismo, confundiendo no inclinar la balanza a favor de la/s fuerzas políticas defensoras del movimiento con no tomar partido. En torno al día 22 de mayo, los que tenían en sus manos los teclados de la Puerta del Sol “aclararon” que “ellos” no pedían el voto para nadie ni no votar a nadie ni votar en blanco ni votar nulo ni abstenerse. O sea, nada.

Este “ecosistema autosuficiente”, con plantaciones incluídas, ha sido muy propicio para que en él surjan y arraiguen espiritualistas, conspiranoicos, izquierdistas (en el sentido leninista del término, como enfermedad infantil de la izquierda), místicos trasnochados y toda una panoplia de gentes que literalmente se representan a sí mismos y no hacen otra cosa que desprestigiar y hacer desaparecer todo atisbo de seriedad al movimiento ante la mayoría de lo que podría ser su base social.

A pesar de todo lo anterior, la respuesta del pueblo de Madrid en las urnas no se puede calificar como descorazonadora. PSOE y PP ha perdido decenas de miles de votos tanto en la capital como en la Asamblea autonómica y el mapa bipartidista se ha debilitado en favor de opciones diferentes a éstos tanto a la derecha como en la izquierda. A escala nacional el voto bipartidista también ha retrocedido. Si en estas condiciones tan precarias ha sido así, no podemos evitar pensar qué hubiera ocurrido si los que pudieron dar un pequeño empujón y no lo hicieron, hubieran hecho o dicho algo con relación a las urnas… La historia sólo la escriben los valientes y los audaces.

El énfasis que desde el principio se ha puesto por parte de los que manejan la megafonía y los teclados de que aquí no hay banderas (especialmente si son tricolores) no se corresponde con el cobijo que se ha dado desde un principio a sectas política y científicamente irracionales que no sirven para otra cosa que desprestigiar y disolver el movimiento.

Si la gente consciente y realmente organizada y transformadora, lo que se ha dado en llamar la izquierda real y que sí representa a cientos de miles, no es capaz de reconducir esta situación, mucho me temo que la deriva actual continuará y el viaje a ninguna parte emprendido finalizará cuando los medios de comunicación dejen de soplar las velas.

‘Un hombre, una mujer, un voto’

Consideramos imprescindible que las acampadas se disuelvan cuanto antes, que se haga desaparecer todo rastro de elementos irracionales infiltrados en el movimiento y que la estructura organizativa piramidal desde el vértice que impera hasta ahora sea invertida. Debería desaparecer también toda esa panoplia de comisiones espiritualistas e irracionales, así como todos esos talleres donde nada se fabrica; todo eso sólo sirve para perder el tiempo y como excelentes maniobras de distracción al servicio, por acción u omisión, de los adversarios del movimiento. Deberían ser, a partir de ahora, las asambleas y estructuras organizativas que se creen en los barrios las que tendrían que redefinirlo todo de abajo arriba y no de arriba abajo, como hasta ahora. Y son estas asambleas territoriales, mediante consultas verdaderamente democráticas, las que deberían establecer una serie de propuestas de cambio ligadas a la realidad política y económica del país y no al margen de ella. Esa caricatura de soviet supremo que algunos han montado en la Puerta del Sol —y que nadie ha elegido— debe ser disuelto y dar paso a asambleas locales que generen una verdadera estructura participativa y democrática desde abajo. A partir de ahí, que nadie dude que podrían surgir verdaderos líderes populares —que ahora no hay, por cierto—, como así ocurrió durante los años de lucha contra el franquismo en las fábricas, en los campos y en los barrios.

La dura batalla por imponer un sistema electoral basado en el principio “un hombre, una mujer, un voto”, que sustituya al actual fraudulento, y recuperar el impulso de las reivindicaciones laborales y sociales frente a los recortes habidos —y por haber— y contra quienes los dictan y los imponen (banqueros y grandes empresarios y sus partidos, respectivamente) deben ser, según nuestra modesta opinión, los dos principales argumentos de un amplio y plural pero unitario movimiento cívico y popular que no debería morir antes de nacer, porque es necesario.

Texto: Paco Arnau / Ciudad futura

Esta foto es ‘ilegal’: Homenaje a Madrid, el kilómetro cero de la democracia en España

«Madrid, Madrid, ¡qué bien tu nombre suena
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas»

(«Madrid», Antonio Machado, 7 de noviembre de 1936)

Dedicamos esta entrada a la Delegación del Gobierno en Madrid , que ordenó desalojar a los concentrados tras la manifestación del 15 de mayo y a los cuatro ¿incontrolados? que quemaron cuatro contenedores esa noche; a las juntas electorales Provincial y Central, que «prohibieron» esta gran movilización ciudadana, y a las fuerzas políticas del sistema que apoyaron ese «brindis al Sol«; y por último, pero no menos importante, al Tribunal Supremo, por declarar que la realidad es «ilegal».

Mañana nos vemos en las urnas. Pasado mañana, más.

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7 de noviembre: la Defensa de Madrid

La imagen del 15 de mayo: En Madrid, por la democracia

Manifestación por la democracia. Madrid, calle de Alcalá, 15 de mayo de 2011. [Clic en la imagen para ampliar • Foto: edans’ photostream en Flickr]