El pasado 15 de enero un reactor bimotor de pasajeros cruzaba La Luna y el Sol (en ese orden) en el mismo instante en que se producía un eclipse parcial anular sobre Bangkok (Tailandia). Con la de vueltas que le damos los diseñadores gráficos y el tiempo que invertimos en eso de inventar un logo identitario —a pesar de que muchos digan aquello de «eso se hace en diez minutos»—, he aquí que el Sol, la Luna y un avión crean uno en cuestión de segundos; se puede reproducir a una tinta y hasta resulta armonioso… «¡funciona!», como dirían algunos. [Foto: Chaiwat Subprasom • Vía: National Geographic]