El arte del californiano Jim Denevan sorprende, en primera instancia, por el soporte y el formato: el lienzo es la propia tierra y sus dimensiones, por tanto, colosales. Pero además sus obras son resultado de una meticulosa planificación previa, maestría en la ejecución y —a la vista está— grandes (nunca mejor dicho) resultados estéticos.
La mala noticia es que se trata de un arte temporal, con fecha de caducidad: los factores de erosión a corto plazo sobre el propio soporte (el viento, la lluvia, las mareas) convierten las obras de Denevan en un arte que no puede perdurar si no es por medio de la fotografía digital, a la que —afortunadamente— no afectan esos elementos.
A continuación os presentamos siete muestras de su galería de «terratransformaciones» temporales en lienzos como las playas de California o el desierto de Nevada…
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