Dice el dicho que «no se pueden poner puertas al campo», aunque el Muro del Apartheid levantado por el Estado racista de Israel en los territorios palestinos de Cisjordania lo desmienta. También contradice este aserto otro gran muro, el mayor construído hasta la fecha en la historia de la humanidad, el que separa Estados Unidos de México y atraviesa buena parte del subcontinente norteamericano a lo largo de una de las más largas fronteras del planeta. Un muro «impermeable» para las personas pero muy permeable para el tráfico de armas de EEUU a México y de drogas en sentido inverso. Lo que vemos en esta espectacular fotografía no sólo plasma con nitidez la huella del hombre en el paisaje terrestre, simboliza la diferencia entre dos mundos: el llamado Occidental, encabezado por el Imperio americano y en muchos de sus países con una demografía en retroceso y un sistema económico agónico, y el denominado Tercer Mundo, depauperado, explotado por el Norte y con problemas de superpoblación.
A la izquierda vemos un sector fronterizo próximo a la californiana ciudad de San Diego, con nuevas vallas en construcción que llegarán hasta la costa del Océano Pacífico; y a la derecha, Tijuana, una ciudad mexicana cuyos arrabales se ven comprimidos por una rectilínea frontera trazada tras una guerra de agresión decimonónica en la que los gringos arrebataron varios millones de kilómetros cuadrados a la naciente república mexicana. México es un país grande, pero lo podría ser más si no hubiera perdido una gran parte de su territorio, despedazado por el ejército de EEUU —un enorme trozo de la que fuera la inmensa Nueva España en la época de la colonización hispánica. Esa frontera bélica dividió el país azteca desde poco después de su independencia hasta hoy. Y ahora es la gran causa de los grandes males que aquejan a una república hermana siempre al borde del precipicio, al borde de una frontera que le asfixia. Se dice en el país azteca una frase que podría parecer un reclamo publicitario pero que en realidad es una metáfora que significa algo bien diferente y muy fácil de entender… incluso para los que no tenemos fe en seres imaginarios y sólo analizamos imágenes reales como esta foto: «México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos».
Texto: Paco Arnau / Ciudad futura
Foto: pbh-network.com < Vía @Reven333; clic en la imagen para ampliar]
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