El círculo de tiza de Koroliov

Representación gráfica del volumen habitable comparado con la masa de los seis tipos de naves orbitales tripuladas de la carrera espacial entre la URSS y EEUU (1961-1975). [Infografía de Paco Arnau / ciudad-futura.net para Amazings.es]

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en las afueras de Moscú, el gran Serguéi Koroliov fue preguntado por los cosmonautas acerca del espacio disponible dentro de una nave de nuevo diseño… El ingeniero jefe respondió que cuando le mostraron los planos del anteproyecto su primera reacción fue dibujar con una tiza en el suelo el contorno de lo que habían previsto los ingenieros como habitáculo para los cosmonautas a escala real (el camarada Seguéi Pávlovich tenía muy buen ojo y era bien conocida su rapidez a la hora de hacer cálculos mentales)… Acto seguido, le dijo a uno de los de los proyectistas que intentara introducirse dentro del círculo de tiza. En ese mismo instante se acabó el debate, los ingenieros recogieron sus planos para reelaborarlos y así ampliar las cotas del espacio interior de la nave a una escala más humana… Es lo que conocemos como volumen presurizado habitable.

Yuri Gagarin, primer hombre en el espacio, junto a Serguéi Koroliov, el ingeniero jefe del programa espacial soviético.

La anécdota, dramatizada en la serie documental de la BBC Space Race, ilustra perfectamente un hecho: en los comienzos de la carrera espacial tripulada —cuyo primer objetivo era ser los primeros en poner un hombre en el espacio— un aspecto de la ergonomía tan importante como disponer de espacio suficiente para que sus ocupantes estuvieran cómodos dentro de una nave no era la principal preocupación de los estudios de diseño espacial y sus ingenieros, más preocupados por el correcto funcionamiento de la máquina y por la masa a poner en órbita, el “eterno problema” de los costosos lanzamientos espaciales.

Los cosmonautas y astronautas pasaban exigentes pruebas psicológicas y habría sido prácticamente imposible que las superara alguien que padeciera claustrofobia, pero con todo y con eso también eran humanos y toda persona necesita un espacio vital en su entorno… En el caso de la URSS este asunto sí preocupaba también a su gran ingeniero jefe, un cerebro privilegiado desde el punto vista técnico y científico pero al que nada humano le era ajeno. Y ésta es una de las razones, aunque seguramente no la decisiva, de porqué los soviéticos siempre aventajaron a los estadounidenses durante la carrera espacial en la otra carrera por el espacio… en este caso por el espacio habitable en el interior de las naves. Sigue leyendo