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English version: ‘Map of the ISS’ (1339 x 4000 px, 1.1 MB)
En 2014 se han cumplido 5.000 días de presencia humana ininterrumpida en la Estación Espacial Internacional (International Space Station, ISS por sus siglas en inglés), batiendo el registro de 4.592 días de su predecesora soviética, la Estación orbital Mir. Al igual que en el caso del complejo multimodular puesto en órbita por la Unión Soviética en 1986, la principal función de la ISS es la observación, experimentación e investigación tecnocientíficas.
La infografía de gran formato que presentamos pretende cartografiar de manera comprensible la ISS, aportando más de 500 datos explicativos a través de cuatro ilustraciones (módulos presurizados con instalaciones exteriores, estructura, naves y lanzadores). Los diferentes módulos habitables están diferenciados según el criterio de los países donde fueron fabricados. Más allá de este criterio y como también se muestra en la infografía, la ISS se divide básicamente en dos sectores que recuerdan la división geopolítica del mundo durante los años de la Guerra Fría: USOS (U.S. Orbital Segment), a cargo de la NASA —donde se ubican los elementos made in USA y de sus satélites europeos y japoneses— y ROS (Russian Orbital Segment, a cargo de Roscosmos, la agencia espacial rusa), donde están acoplados los módulos de fabricación rusa.
Si tenemos en cuenta su masa de alrededor de 420 toneladas y sus dimensiones, la ISS es una gran obra de ingeniería. Los 109 por 73 metros que ocupa en nuestra órbita son comparables al área de un campo de fútbol, la “unidad de medida” de moda en los medios. La longitud acumulada de sus módulos habitables supera los 110 metros, con un volumen presurizado de más de 900 m³. En ellos, además de multitud de racks de investigación y experimentación científica en las zonas presurizadas, la ISS dispone para sus tripulantes —tres permanentes, seis entre relevos de expediciones— de zonas de ejercicio, dos aseos, seis cabinas individuales de descanso e incluso una “habitación con vistas” a la Tierra, el módulo acristalado Cupola. Poner en órbita un complejo de tal magnitud ha sido posible gracias a su concepción modular y a la construcción progresiva mediante múltiples vuelos entre 1998 y 2011 de lanzadores rusos y —en mayor medida— por las misiones de los retirados transbordadores estadounidenses (Space Shuttle o Space Transport System, STS), como podemos comprobar en la siguiente cronología de lanzamientos de los principales elementos estructurales y módulos.
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