Ficha de vuelo de la Soyuz ‘Gagarin’

Con motivo de la celebración del medio siglo del hombre en el espacio, la agencia cosmonáutica rusa Roscosmos ha decidido nombrar ‘Gagarin’ a la próxima nave tripulada que partirá hacia la Estación espacial Internacional (ISS). La Soyuz TMA-21 Gagarin transportará a tres nuevos tripulantes de la Expedición 27 de la ISS hacia el complejo orbital el 4 de abril (en hora de Baikonur, fecha prevista para su lanzamiento en la cofia superior de un cohete Soyuz): los cosmonautas rusos Aleksandr Samokutyayev (comandante de la nave) y Andrei Borisenko (ingeniero de vuelo); y el astronauta estadounidense Ronald J. Garan (ingeniero de vuelo).

Los tripulantes de la Soyuz ‘Gagarin’ posan delante del módulo orbital de su nave.
[Foto: RSC Energía]

Los primeros días de la misión de esta Soyuz TMA coincidirán con la efemérides del 50º aniversario del primer vuelo tripulado al espacio el próximo 12 de abril, fecha en la que se cumple medio siglo del lanzamiento de la nave de la Unión Soviética Vostok 1 con Yuri Alexéievich Gagarin a bordo. En la imagen superior podemos ver a los tripulantes de la Soyuz TMA-21 Gagarin (de izquierda a derecha): Garan (NASA), Samokutyayev (Roscosmos) y Borisenko (Roscosmos); de fondo, el módulo orbital de su nave con una bien visible insignia circular con la inscripción «50 años del vuelo de Gagarin al espacio (cosmos)» en ruso rodeando a una representación del primer cosmonauta con las siglas «CCCP» (SSSR, «URSS» en ruso) en su casco espacial, lo que la distinguirá de todas cuantas decenas de Soyuz han sido lanzadas desde su primer vuelo allá por 1967.

A continuación os presentamos nuestra tradicional ficha de vuelo del próximo lanzamiento Soyuz…

En esta próxima misión concurre además otra coincidencia: el cosmoastronauta estadounidense Ronald J. Garan —el más veterano de los tres tripulantes de la Soyuz— nació en 1961, el mismo año en el que Yuri Gagarin protagonizó la hazaña soviética del primer hombre en el espacio. Garan es también el más veterano en cuanto a vuelos espaciales: este será su segundo viaje a la órbita terrestre y a la ISS, dado que formó parte en 2008 de la misión STS-124 del retirado shuttle Discovery. En el caso de los dos cosmonautas rusos, Samokutyayev y Borisenko, la de la Soyuz TMA-21 Gagarin será su primera misión.

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‘La Foto’ de la ISS

En el año 2001 la ISS se encontraba aún «en pañales»: sólo cuatro módulos la conformaban (Zvezda, Zaryá, Nodo 1 y US Lab) con alguna Soyuz y carguero Progress acoplados de forma habitual y, eventualmente, algún transbordador espacial estadounidense. En aquellos tiempos de hace una década la Estación Espacial Internacional poco tenía que ver en cuanto a masa, dimensiones y módulos acoplados con la gran estación orbital soviética Mir y mucho menos con la situación actual de la propia ISS, con 13 módulos internacionales presurizados (rusos, estadounidenses, europeos y japoneses), múltiples naves acopladas de forma permanente (de forma habitual dos Soyuz y uno o dos cargueros Progress) y «visitada» por otras eventualmente; como los cargueros automáticos europeos o japoneses ATV y HTV, respectivamente, y los shuttle de EEUU en sus «horas finales» de misiones STS previas a su retirada definitiva.

La ISS en abril de 2001 (izquierda) y en su configuración actual (derecha). [Clic en la imagen para ampliar. Fotos: NASA]

La foto que no pudo ser: Naves acopladas a los diferentes módulos de la ISS durante la visita del transbordador ‘Discovery’ en días pasados. [Infografía: Paco Arnau / Ciudad futura 2011]

La reciente llegada del shuttle Discovery a la ISS habría sido una gran oportunidad para haber captado en órbita la «foto de familia» de una concurrida estación en días pasados (como se puede observar en la infografía superior). No fue así, hubo suspense previo pero al final no hubo foto. La instantánea hubiera requerido el desacoplamiento, sobrevuelo y posterior reacoplamiento de una Soyuz tripulada por «cosmonautas fotógrafos» y la agencia cosmonáutica rusa (Roscosmos) no estuvo por la labor de efectuar esa compleja maniobra para captar una instantánea familiar con el shuttle en sus horas finales como protagonista. Los rusos, en ésta y otras cosas, tienen la última palabra en el complejo orbital internacional y su mentalidad (más ligada a la eficiencia que al efectismo simbólico) poco tiene que ver con la de los estadounidenses, que querían —y hasta necesitaban para «consumo interno» en estos duros tiempos para la NASA— una imagen así…

Ironías de la historia

Nos tendremos —se tendrán— que conformar con las infografías y los powerpoints, tan en boga últimamente en el programa espacial norteamericano a falta de realidades tangibles… tan tangibles como las decenas de millones de dólares que le costará a la NASA el pasaje de cada uno de sus astronautas en una Soyuz si quieren que éstos sigan ejerciendo su oficio gracias a la tecnología espacial soviética en una nave con el nombre de la Unión… Soviética (Союз es «Unión» en ruso). Ciertamente son otros tiempos para la NASA, tiempos que además nos sugieren «ironías de la historia», con ecos cada vez más lejanos de la carrera espacial entre las dos superpotencias, la URSS y los Estados Unidos, ecos lejanos sobre todo para éstos si nos remitimos a la realidad actual.

Era un ‘McGuffin’…

En realidad, todo lo anterior era simplemente un «McGuffin» (término acuñado por el genial cineasta norteamericano Alfred Hitchcock), un elemento de suspense en una trama que capta la atención del espectador (el lector en este caso) pero que nada tiene que ver con el desenlace… aunque sí mucho con el título de esta «película», La foto de la ISS

En abril de 2001, hace ya una década, en la «pequeña» ISS de cuatro módulos que veíamos en la primera imagen de esta entrada se celebraba el 40º Aniversario de la hazaña del cosmonauta soviético Yuri Gagarin —el primer vuelo espacial tripulado de la historia—. Los tripulantes de la ISS de principios de este siglo XXI quisieron rendir su particular homenaje a su admirado Yura. Desde entonces, una foto de Gagarin protagoniza el «mamparo de popa» del módulo Zvezda, el centro neurálgico actual del segmento ruso y de la propia estación.

El cosmonauta ruso Yuri Lonchakov posa orgulloso con ‘La Foto’ de Yuri Gagarin en el módulo Zvezda de la ISS en abril de 2001.

Yuri Lonchakov —es importante llamarse Yuri— y sus camaradas de tripulación conmemoraron en 2001 con esta modesta ceremonia el 40º aniversario del vuelo de Gagarin en aquella «pequeña ISS» de apenas un año y que hoy ya «se ha hecho mayor». Como hemos podido observar en imágenes recientes del interior de la ISS, la foto de Gagarin está acompañada de otras dos: una del pionero de la cosmonáutica Konstantin Tsiolkovski y otra del gran Serguéi Koroliov, el ingeniero jefe del programa espacial de la URSS y principal responsable de los brillantes logros del país de los soviets en la conquista de nuestra última frontera.

Ahora que celebramos el medio siglo de la hazaña pionera de Gagarin, la próxima nave tripulada que arribará a la ISS (la Soyuz TMA-21) ha sido nombrada Yuri Gagarin en su honor; así, esta nave unirá en su denominación al hombre y al país que protagonizan este 50º Aniversario. Ya acoplada la Soyuz Gagarin se celebrará el mismo 12 de abril que empezó todo —pero 50 años después— otra ceremonia de conmemoración del vuelo de la Vostok 1 en nuestra órbita. Una celebración que presidirá, como no podría ser de otro modo, la foto de Gagarin, «La foto de la ISS» que ha inspirado, McGuffins aparte, esta entrada.

Texto: Paco Arnau / Ciudad futura

La foto de Gagarin en la ISS

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Con la llegada a la ISS del ‘shuttle’ Discovery en próximas horas, transportando el nuevo Módulo Multiuso Permanente Leonardo para su unión al Nodo 1 del complejo orbital, el transbordador estadounidense se sumará en éste su último vuelo a varias naves más acopladas a la Estación: los cargueros orbitales ATV-2 y HTV2 (europeo y japonés, respectivamente), dos naves rusas Soyuz y un carguero ruso Progress. De esta forma, se bate un récord de naves atracadas de forma simultánea a la ISS, cuyo volumen presurizado pasa a ser de más de 1.000 metros cúbicos y supera las 500 toneladas de masa total… y además, 12+1 tripulantes alojados en el complejo orbital —ó 12+1/2 si tenemos en cuenta que Robonaut, una especie de androide espacial de la NASA que «vivirá» en la ISS, carece de extremidades inferiores. Todo un hito en la historia del medio siglo de presencia humana en el espacio que conmemoramos este 2011, año del 50º Aniversario del histórico vuelo de Yuri Gagarin en la nave soviética Vostok 1.

El carguero orbital de la ESA ATV-2 ‘Johannes Kepler’ en los momentos finales de su aproximación al módulo ruso Zvezda (a la derecha) para su posterior acoplamiento automático mediante su sonda de atraque activa. [Foto: ESA]

El 24 de febrero ha sido un día para recordar en la ya dilatada historia de la Estación Espacial Internacional (ISS) por varios motivos: en primer lugar un vehículo automático de reabastecimiento de gran capacidad, el carguero orbital europeo ATV-2 Johannes Kepler se ha acoplado con éxito al puerto posterior del módulo Zvezda («estrella», el corazón de la Estación) del segmento ruso de la ISS a las 17:08 (CET, hora de París). La maniobra automática final de acercamiento y acople de la nave europea, realizada gracias al sofisticado y a la vez fiable sistema automático de cita espacial KURS (de diseño soviético), ha sido perfecta y libre de problemas o imprevistos, según lo programado y como viene siendo una rutina que dura ya muchos años en el caso de las naves tripuladas Soyuz o los cargueros Progress, dotados también del mismo sistema de acoplamiento en órbita.

A partir de ahí, la tripulación de la ISS abre las escotillas del módulo Zvezda y del ATV y descargan los contenedores de su sección presurizada y accesible trasladando su contenido a través del túnel de transferencia del módulo ruso, una carga de suministros muy importantes (comida, ropa, correo, equipos, etc.).

‘No failure’. El sistema KURS del ATV-2 en acción, tal y como se veía el 24 de febrero en el Centro de Control de la ESA cuando la distancia entre el carguero europeo y el módulo Zvezda de la ISS era de 42, 1 m

El ATV transferirá además a los depósitos del Zvezda 860 kg de combustible y 100 kg de oxígeno. El resto de su carga es más combustible, que servira para que los motores principales de impulsión del propio carguero europeo efectúen varias maniobras periódicas de elevación de la órbita de la ISS para «compensar la resistencia aerodinámica del complejo», según informa la Agencia Espacial Europea (ESA) en comunicado oficial con fecha de publicación de la presente entrada, 25/02/2011.

Infografía del carguero orbital europeo ATV. [Paco Arnau / Ciudad futura • 2010]

Shuttle ‘Discovery’: A la sexta va la vencida… con algún sobresalto

Por otra parte, por fin podemos decir que el transbordador espacial de la NASA Discovery ha despegado de Cabo Cañaveral con destino a la ISS en su última misión antes de su retirada definitiva y ha coincidido en fecha, 24 de febrero de 2011, con el acoplamiento del carguero europeo ATV-2 al que nos hemos referido anteriormente. Decimos «por fin» ha despegado debido al hecho de que este vuelo estaba programado en principio para una fecha ya tan lejana como los primeros días de noviembre del pasado año 2010.

Espectacular fumarola alrededor de una de las plataformas de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy en los primeros instantes del despegue del shuttle Discovery STS-133 el 24/02/2011 (Cabo Cañaveral, La Florida). [Foto: NASA]

El transbordador norteamericano sufrió toda una serie de demoras consecutivas o despegues aplazados (hasta cinco) por muy diversas causas: aparición de grietas en el tanque externo (ET), problemas informáticos, escapes de combustible… hasta llegar a incidentes tan curiosos (uno de los más recientes) como que a un operario se le cayera una herramienta (calibrador) que hubo que buscar y encontrar en el interior del tanque del Launch Vehicle. Todo un calvario de problemas que afortunadamente se fueron sorteando y parcheando (literalmente en el caso de las grietas) para llegar al final al lanzamiento de ayer 24 de febrero, que tampoco estuvo exento de algunas imágenes a bote pronto inquietantes para aquéllos que vimos la retransmisión en directo y nos percatamos de ello (fotogramas del vídeo de apenas 1 seg de duración poco antes de la llegada del Discovery a la órbita terrestre). Os mostramos el incidente a que nos referimos a continuación, ilustrado partiendo del análisis (nuestro análisis) de uno de los fotogramas de la señal de vídeo en streaming de la propia NASA)…

A falta de más informaciones en el momento de escribir esta entrada, si se trata (como lo que vemos en la imagen superior parece indicar) de un desprendimiento de material ligero de la cobertura aislante del ET, una especie de espuma de poliuretano, no parece que este «incidente» revista gravedad en la medida de que sólo afectaría a la cobertura de este tanque, eyectado antes de alcanzar la órbita, y no las placas cerámicas o de carbono reforzado (en las zonas de ataque) de alta resistencia al calor que recubren la nave tripulada durante el reingreso en las capas altas de la atmósfera, piezas cuya integridad es fundamental para una reentrada segura del Discovery (y de sus tripulantes a bordo) una vez que finalice su misión en órbita.

Suspense ‘versus’ aburrimiento

El despegue propiamente dicho del shuttle (salida de la rampa de lanzamiento) tampoco ha estado exento de suspense a causa de varias paradas de la cuenta atrás debidas a alertas del control de seguridad del lanzamiento y a algún que otro problema en los ordenadores de la misión. Nada que ver con los «aburridos» despegues a que nos tienen acostumbrados las misiones rusas Soyuz o Progress, carentes de suspense o sorpresas de última hora y con un funcionamiento tan rutinario como el de un reloj suizo; por la fiabilidad de su tecnología y también, claro está, por su puntualidad.

Rescatamos una infografía inédita en la Red del transbordador de la NASA (los datos que expresa corresponden al año 2000, fecha de su realización). [Paco Arnau / Ciudad futura • 2000; clic en la imagen para ampliar]

No obstante lo anterior reconocemos, como afirman aquéllos que son admiradores del que fuera en otros tiempos exitoso y bien cubierto de fondos programa espacial de EEUU (ahora ya en plena retirada de los vuelos tripulados y con una NASA sometida a enormes recortes gubernamentales de la Administración Obama en su presupuesto), los shuttle han sido «la máquina más compleja jamás diseñada», con dos millones y medio de piezas. Desgraciadamente también se podría afirmar que las más caras (si excluímos el programa Apolo) y a la vez menos «rentables» en cuanto a resultados. Por no hablar de su más que dudosa fiabilidad; no ya por esta última larga y problemática odisea del Discovery en su último vuelo y otros casos similares sino, sobre todo, por las terribles consecuencias de pérdida de vidas humanas en las misiones de la flota de transbordadores (dos perdidos de un total de cinco), que han elevado de forma brutal la estadística global de hombres y mujeres muertos en expediciones espaciales. Vaya por todos ellos, verdaderos héroes americanos de la exploración del espacio, nuestro recuerdo y homenaje.

«Foto de familia» internacional de la ISS —basada en una ilustración 3D de la NASA— con seis naves acopladas y un nuevo módulo permanente una vez que el transbordador estadounidense ‘Discovery’ esté unido a la Estación acompañando a una nave europea, una japonesa y tres de la Federación Rusa. [Infografía: Paco Arnau / Ciudad futura • 2011]

Gagarin ‘vuelve’ a la órbita en una Soyuz

Para finalizar añadiremos que el tráfico intenso que en estos tiempos está recibiendo la ISS no acabará con las llegadas de naves de Japón, Europa y EEUU. La Federación Rusa, que sigue batiendo el registro de naves en el complejo orbital internacional (1-1-1-3 una vez acoplado el Discovery, como vemos en la infografía superior), lanzará con destino a la ISS una nueva Soyuz, la designada TMA-21 (Expedición 27-28 de la ISS), con dos nuevos cosmonautas rusos y un astronauta estadounidense el próximo 30 de marzo. Probablemente su lanzamiento carecerá de suspense, retrasos, sobresaltos y no será el último de una Soyuz, pero se recordará por otro motivo… Como la misión de la Soyuz TMA-21 estará operativa el 12 de abril de 2011, la efemérides del 50º Aniversario del primer vuelo tripulado al espacio (Vostok 1, URSS, 1961), esta próxima Soyuz tendrá el nombre de Yuri Gagarin, tal y como ha decidido Roscosmos, la agencia cosmonáutica rusa. Así —aunque sea de forma simbólica— el valiente piloto y cosmonauta soviético Yura «volverá» a nuestra órbita medio siglo después de su histórica hazaña solitaria de principios de la década prodigiosa, un gran salto adelante que supuso el primer gran paso de la Humanidad en el Cosmos y en nuestro espacio orbital, ahora tan concurrido.

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Yuri en la Luna

La Unión Soviética fue el país pionero en lanzar el primer ingenio humano al espacio (el Sputnik 1 en 1957), la primera misión espacial tripulada (la nave Vostok 1 de Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961) —de la que conmemoramos en 2011 el 50º Aniversario—, la primera nave que aterrizó en otro planeta (la nave Venera 7 en Venus en 1970), el primer aterrizaje en Marte (la misión Mars 3 en 1971) y además —aparte de otros muchos primeros registros que sería realmente prolijo detallar— las primeras naves en llegar a la Luna (Luna 2 en 1959) o que consiguieron fotografiar la llamada cara oculta de nuestro satélite (Luna 3 en 1959).

Este es el motivo por el que los miembros de la Academia de Ciencias de la URSS (suponemos que geógrafos y cartógrafos asesorados por otros científicos) tuvieron el honor y el privilegio de ser el primer colectivo humano que inició la tarea de cartografiar la hasta entonces desconocida cara oculta de la Luna. Éste es también el origen de los nombres de sus principales cráteres, mares (planicies lunares), cordilleras, regiones y otros accidentes «geo»gráficos de su superficie y relieve, como podemos ver en los siguientes hemisferio topográfico y planisferio cartográfico lunares…

Topografía de la cara oculta de la Luna (los colores cálidos, hasta el rojo, indican mayor elevación sobre la altitud superficial media). [Clic en la imagen para ampliar en alta resolución: JPG, 2,1 MB]

Excelente cartografía de la cara oculta (‘farside’) de la Luna elaborada para la NASA en 1976 • Escala original: 1:5.000.000 • Proyección: Mercator • Visualizar o descargar en alta resolución (válido para impresión, 6.100 x 4.274 píxeles): Archivo JPG (calidad alta) de 5 MB

Gracias a las imágenes y a los datos enviados por las sondas automáticas Luna (Луна, «Luna» tal y como suena en ruso, aunque en Occidente mal denominadas Lunik por analogía con «Sputnik»), la URSS sembró el mapa físico de la cara oculta de nuestro satélite con nombres de destacados científicos rusos, soviéticos e internacionales (éstos últimos la gran mayoría) e igualmente con sugerentes evocaciones universales de la mitología, la era de los descubrimientos y la literatura; nombres que independientemente del país de origen o de las diferencias étnicas, políticas o culturales son patrimonio de toda la Humanidad y así lo entendieron (y aplicaron) los responsables soviéticos de esta honorable tarea… toda una ejemplar lección para las generaciones futuras sobre cómo ha de escribirse la historia y que permanecerá por siempre «impresa» en la Luna. —[Una pregunta que hemos visto en foros sobre esta entrada es la siguiente: ¿Habrían hecho otros lo mismo? N. de CF].

He aquí una pequeña selección de algunos de los nombres de cráteres y mares, todo un compendio enciclopédico evocador de miles de años de cultura, civilización y conocimiento humano que puede impresionar a cualquiera:

Einstein, Lomonosov, H.G. Wells, D’Alembert, Landau, Wegener, Avicena, Lavoisier, Lorentz, Röntgen, Gauss, Bell, Morse, Dante, Hubble, Edison, Séneca, Ibn Yunus, Hertz, Fleming, Goddard, Nobel, Balboa, Vasco de Gama, Kuo Shou Ching, Mendeliev, Neper, Hirayama, Dædalus, Icarus, Montes Cordillera, Mare Moscoviense, Pasteur, Fermi, Doppler, Galois, Lacus Autumni y Veris, Wright, Oppenheimer, Apolo, Jules Verne, Lebedev, Leibnitz, Mare Ingenii y un largo etcétera…

Fotografía del hemisferio oculto de la Luna enviada por la misión Selene de la agencia espacial japonesa (JAXA) el 1º de Mayo de 2009. Obsérvese que, a diferencia del hemisferio lunar visible desde la Tierra, la cara oculta nos resulta visualmente poco familiar porque está mucho más poblada de cráteres de impacto y en ella hay menos planicies de diferente tono (‘mares’). Esto se debe a que la cara oculta ‘mira’ hacia el exterior del sistema Tierra-Luna y, por tanto, ha recibido durante miles de millones de años muchos más impactos de cuerpos del Sistema Solar libres de la interposición de nuestro planeta. [Foto: © JAXA]

La tarea de cartografiar el hasta entonces desconocido hemisferio oculto de nuestro satélite comenzó con la primera imagen de la sonda Luna 3 en 1959 [a la derecha, la cámara fotográfica Yenisei de la sonda soviética Luna 3] pero continuó hasta ya entrada la década de 1960. Entre 1959 y 1976 la URSS lanzó un total de 24 sondas automáticas (Luna 1 a Luna 24); las más modernas y sofisticadas dotadas de vehículos lunajod, grandes rovers automáticos y autopropulsados de recogida de muestras lunares. Como estas muestras podían ser enviadas a la Tierra en cápsulas de retorno para su posterior análisis, las misiones Luna soviéticas cumplieron una función similar en la práctica, aunque no en cuanto a su valor simbólico, a la de los módulos lunares tripulados del programa Apolo de la NASA.

Mosaico obtenido a partir del procesamiento de las imágenes 26, 28, 29, 31, 32 y 35 captadas por la sonda soviética Luna 3 (a la derecha en la imagen) el 7 de octubre de 1959. [Autor: Ricardo Nunes • +info y fotografías: «Processed images from the Luna 3 mission»]

Semisección esquemática de la sonda Luna 3 (1959) con sus principales componentes y equipos. El objetivo de la cámara Yenisei, que captó las primeras imágenes de la cara oculta de la Luna, está ubicado en la parte frontal de la nave (en el extremo izquierdo en la ilustración)

A los nombres anteriormente mencionados la URSS sumó a la cartografía lunar topónimos de los pioneros de la exploración del Cosmos en esos años, la mayoría soviéticos —no por chauvinismo, sino como reflejo de la realidad histórica— como Popov, Komarov, Tereshkova (primera mujer en el espacio), Titov (el segundo hombre en el espacio) o Tsiolkovski (científico precursor de la cosmonautica soviética), sin olvidar a varios de los primeros astronautas estadounidenses de programa Mercury. Es destacable así mismo que el gran Serguéi Koroliov, el oculto (por motivos de seguridad en plena Guerra Fría) ingeniero-jefe del programa espacial de la URSS y cuya verdadera identidad fue un enigma fuera del país de los soviets hasta la fecha de su muerte, cuenta con un cráter a su nombre en esta igualmente oculta cara de la Luna.

Yuri Gagarin en la Luna

Volviendo al motivo que da título a esta entrada, la Luna tiene un gran cráter en su Hemisferio Sur (20,2ºS;  149,2ºE) de 265 kilómetros de diámetro cuyo nombre es debido —como no podía ser menos— al protagonista del aniversario histórico más importante de este año 2011: el Cráter Gagarin; dentro de éste cabría una metrópolis como Londres y aún sobraría mucho espacio libre de campiña inglesa. Dadas sus dimensiones el Gagarin cuenta además con multitud de cráteres de impacto menores; los más grandes de éstos (hasta casi 30 km de diámetro el llamado Isaev) son identificados convencionalmente como G, M, T y Z. El borde occidental del Cráter Gagarin está situado a unos 370 km de distancia del borde oriental del Tsiolkovski, otro gran cráter selenita ubicado al Oeste del Gagarin, como podemos ver en la siguiente imagen de detalle extraída de uno de nuestros mapas de cabecera…

Región Tsiolkovski-Gagarin en el Hemisferio Sur oculto de la Luna (centro aproximado de la imagen: 19ºS-141ºE)

1971: Un homenaje a Gagarin de la misión Apolo 15

La misión y la tripulación de la expedición Apolo 15 de la NASA (compuesta por los astronautas estadounidenses Scott, Irwin y Worden) rindieron homenaje al primer hombre en el espacio en el 10º Aniversario de su vuelo captando desde el módulo de mando Endeavour una serie de magníficas y detalladas instantáneas del Cráter Gagarin a finales de julio de 1971 (hasta un  total de 20 con una cámara de formato medio de la prestigiosa firma sueca Hasselblad), mientras el Endeavour orbitaba la Luna (Apollo 15 Solo Orbital Operations) de forma simultánea a la misión del módulo lunar Falcon abajo en la superficie. A continuación, y para finalizar este pequeño homenaje a Yuri Gagarin, os mostramos imágenes de la Hasselblad de la misión Apolo 15…

Mosaico de varias de las fotografías de la serie ‘Gagarin’ captadas por el astronauta Alfred M. Worden durante el sobrevuelo lunar del módulo de mando ‘Endeavour’ de la misión Apolo 15 en 1971 (‘Apollo 15 Solo Orbital Operations’) para conmemorar el 10º Aniversario del vuelo de la nave Vostok 1. Podemos ver con buen detalle una amplia zona del interior del Cráter Gagarin y la gran profusión de cráteres de impacto menores en su seno. [Clic en la imagen para ampliar • Fuente: «Apollo Flight Journal» en history.nasa.gov]

Actualización: Comparándolo con la cartografía que hemos publicado en esta entrada [véase el gráfico anterior con el detalle de la ‘region Tsolkovski-Gagarin’] este mosaico de imágenes de la misión Apolo 15 parece estar centrado aproximadamente en las coordenadas 20,5ºS-149,5ºE (con el Norte en la parte inferior), en plena región central del Cráter Gagarin.

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El carguero espacial europeo ATV-2 ya está en el Ariane 5 ES

La segunda misión de la nave automática europea no tripulada ATV, el carguero orbital ATV-2 Johannes Kepler, cuyo lanzamiento está previsto el próximo 15 de febrero desde el Centro Espacial de Kourou —a las 23:08, hora de París (19:08 en la Guayana francesa)— con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS), prosigue con los preparativos previos al despegue. El 4 de febrero pasado este carguero espacial de alrededor de 20 toneladas y cerca de 10 metros de altura ha sido colocado en la parte superior del lanzador más potente de la Agencia Espacial Europea (ESA), el cohete Ariane 5 ES.

Infografía del ATV [CC Paco Arnau, 2010-2011 / Ciudad futuraAmazings.es]

Tras su lanzamiento desde el Centro espacial franco-europeo de Kouru (Guayana francesa, Sudamérica), este segundo ATV («Automated Transfer Vehicle» por sus siglas en inglés), nombrado Johannes Kepler (el anterior fue el ATV-1 Jules Verne), alcanzará nuestra órbita y se acoplará al módulo de servicio y control Zvezda, el componente principal del Segmento de la Federación Rusa de la ISS. Esto es así porque el sistema automático de cita espacial y acoplamiento en órbita de esta nave europea es el KURS, de diseño soviético, y su sonda de atraque está diseñada para acoplarse, por tanto, al puerto posterior del módulo ruso Zvezda («estrella») del complejo orbital internacional.

El mecanismo automatizado de cita espacial y atraque del ATV, el KURS, es muy similar al de los cargueros rusos Progress o al de las naves tripuladas Soyuz y poco tiene que ver con el sistema adoptado por la agencia espacial japonesa (JAXA), cuyo carguero orbital HTV-2 Kounotori ha sido unido recientemente al sector estadounidense de la ISS (Nodo 2) tras su captura a corta distancia mediante un brazo robótico articulado de la ISS de factura canadiense.

Suministros y maniobra de corrección de altitud

El ATV-2 llevará a la ISS alrededor de siete toneladas de carga útil, incluyendo 4.534 kg de combustible o propelente que servirán para que —con este nuevo suministro— se aseguren las rutinarias pero no por ello prescindibles maniobras de control y elevación de altitud de la ISS (habitualmente posibles gracias a los cargueros rusos Progress); algo necesario para que la ISS no acabe frenándose y, por tanto, reentrando de forma incontrolada tras perder altitud debido al rozamiento con las trazas de atmósfera terrestre que aún se encuentran a la altura de su órbita baja.

Fotografía superior: El ATV-1 Jules Verne acoplado al módulo Zvezda del Segmento ruso de la ISS en 2009. [Foto: NASA; clic en la imagen para ampliar]

Derecha: Ilustración del lanzador Ariane 5 ES con el carguero automático ATV inserto en la cofia superior del cohete europeo en su configuración en el lanzamiento. [Ilustración: ESA]

Qué podemos ver en esta fotografía…

En la imagen podemos ver una de las secuencias finales de introducción del ATV-2 Johannes Kepler en la fase superior del cohete Ariane 5 ES en las instalaciones del edificio de ensamblaje final de este lanzador en el Centro Espacial de Kourou. Lo que se divisa en la fotografía es sólo una parte de la nave: su mitad inferior o posterior no presurizada, con la Sección de Aviónica y el Módulo de Propulsión (el cilindro inferior).

Los paneles rectangulares blancos que se ven en la parte superior (sobre la cobertura de la Sección de Aviónica) son radiadores de control térmico de la nave, cuya cobertura externa es de material textil de alta resistencia (nextel/kévlar), a fin de protegerla frente a impactos de basura espacial con poca masa o de micrometeoritos.

Bajo las placas metálicas de protección que se ven en primer plano en el Módulo de Propulsión están dos de los cuatro juegos de paneles solares fotovoltaicos desplegables del ATV-2. Debajo se observan las toberas de los motores principales de propulsión (cuatro unidades). Con coberturas de protección rojas (a la izquierda, junto al trabajador de la ESA) destacan también las toberas de uno de los conjuntos de pequeños motores de control de actitud (28 en total) con los que está dotado el carguero orbital europeo.

Las «aparentemente enigmáticas» cintas de color rojo que se observan fijadas a algunos de los elementos descritos de la nave no son otra cosa que una indicación o alerta, sencilla y bien visible, cuya única función es advertir a los técnicos y operarios de la ESA que se trata de protecciones para evitar daños durante el ensamblaje y que, obviamente, éstas deben ser retiradas antes del lanzamiento. [Fotografía superior: arianespace.com]

15 de febrero: Lanzamiento número 200 de los cohetes Ariane

Para finalizar añadiremos que el vuelo del ATV-2 en el Ariane 5 del próximo 15 de febrero es considerado «histórico» por la ESA, al tratarse de la misión número 200 de esta familia de lanzadores desde el despegue en diciembre de 1979 de su primer cohete —un Ariane en su versión 1— hace ya más de 32 años.

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Cómo atrapar un carguero espacial de más de 16 toneladas con un brazo mecánico

El astronauta italiano de la ESA (Agencia Espacial Europea por sus siglas en inglés) Paolo Nespoli nos ofrece en su página Flickr magisstra’s photostream una serie de magníficas fotografías en las que podemos observar cómo un brazo robótico canadiense de la Estación Espacial Internacional (ISS) captura el carguero orbital japonés HTV2 Kounotori para su acoplamiento al Nodo 2 (contiguo al módulo-laboratorio Kibo de la agencia espacial japonesa JAXA y al laboratorio europeo Columbus); todo un ejemplo de lo que significa en la práctica la cooperación internacional en el espacio. Las imágenes de esta operación en órbita fueron captadas los pasados días 27 y 28 de enero por el propio Paolo Nespoli con su cámara. El sistema de acoplamiento de los cargueros japoneses HTV parece un tanto rudimentario si lo comparamos con el sistema automático activo de cita espacial KURS de los cargueros rusos Progress o del vehículo de carga automático europeo ATV, que son capaces de acoplarse al Segmento ruso de la ISS con medios propios gracias a ese sofisticado sistema de diseño soviético del que también están dotadas las naves tripuladas Soyuz. En cualquier caso, el procedimiento no deja de ser sencillo pero efectivo si nos remitimos a los resultados: atrapar un cuerpo en óbita de 16 toneladas y media con un brazo mecánico y acoplarlo a la ISS mientras ambos orbitan la Tierra a más de 28.000 km/h…

Paolo Nespoli (Milán, Italia, 1957), de la Agencia Espacial Europea (ESA), y Catherine Coleman (Charleston, Carolina del Sur, EEUU, 1960), de la NASA, inician la operación de acoplamiento del HTV2 desde el módulo acristalado Cupola de la ISS.

El brazo robótico, fijado al Nodo 2 de la ISS, se aproxima al carguero HTV2 (arriba en la imagen) momentos antes de capturarlo. A la derecha, el laboratorio japonés ‘Kibo’. La foto fue captada a través de una de las ventanas del módulo Cupola de la ISS.

El HTV2 ya ha sido capturado por el brazo robótico de la ISS. Acto seguido éste acoplará el carguero japonés al Nodo 2 del complejo orbital internacional para que la tripulación de la ISS (Expedición 26) pueda acceder a su carga.

Tres de los seis tripulantes actuales de la ISS —Paolo Nespoli (ESA), Catherine Coleman (NASA) y el comandante de la Expedición 26 Scott Kelly (NASA), de izquierda a derecha— descargan paquetes de víveres y equipos desde el interior del módulo presurizado del HTV2 una vez que éste fuera acoplado horas antes al Nodo 2 de la Estación.

A continuación, un par de infografías y unos cuantos enlaces relacionados en Ciudad futura…  Sigue leyendo

[Infografía] El carguero orbital japonés HTV2 ‘Kounotori’

A las 14:37:57 del sábado 22 de enero (JST, hora de Japón), el cohete nipón H-IIB ha despegado con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS) con el carguero automático HTV2 ‘Kounotori’ (“Cigüeña blanca” en japonés) en su cofia superior desde el Centro Espacial de Tanegashima. El vehículo de lanzamiento despegó sin problemas; 15 minutos y 13 segundos después del despegue la separación del carguero fue confirmada, por lo que el Kounotori ya se dirige a la ISS, a la que tiene previsto llegar el 28 de enero (viernes, JST). Como informábamos en nuestra entrada del pasado 18 de diciembre, el Kounotori es «el segundo carguero orbital no tripulado HTV (siglas de H-II Transfer Vehicle), cuyo primer vuelo (HTV-1) se realizó en 2009″. El HTV2 efectuará una misión de avituallamiento de la ISS y del módulo-laboratorio japonés Kibo del complejo orbital internacional.

A continuación os presentamos una infografía del sistema japonés H-IIB/HTV con la que podréis haceros una idea de sus componentes, dimensiones y otros datos…

Infografía: (CC) Paco Arnau, 2011 / Ciudad futura [Fuente ppal.: JAXA]

+info sobre la misión:H-II Transfer Vehicle Kounotori (JAXA, English)
Lanzamiento del ‘Kounotori’ rumbo a la ISS (en Goefry en la Luna)
Lanzamiento H-IIB / HTV2 (en Eureka)
Entradas relacionadas en Ciudad futura:
La cigüeña pronto llegará a la ISS
[Infografía] Los cargueros de la ISS
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La nave secreta de la Unión Soviética

Clic en la imagen para ampliar [infografía de gran formato: 1.769×1.080px]

La Unión Soviética llegó a fabricar y lanzar cuatro tipos de naves capaces de transportar seres humanos al espacio. Las primeras fueron las míticas Vostok y sus variantes, las Vosjod. Después llegarían las robustas Soyuz, aún en servicio. En los años 80 se introdujo el sistema Burán, un gran transbordador espacial que sólo llegaría a volar en una ocasión y sin tripulación. Sin embargo, la cuarta nave sigue siendo una desconocida para la mayoría del público. Esta es la historia de la nave de Cheloméi.

Esta entrada ha sido realizada conjuntamente por Daniel Marín (Eureka) y Paco Arnau (Ciudad Futura). Vuestros comentarios serán bienvenidos en ambos sitios. Este trabajo común parte de nuestra convicción de que la Red debe servir para colaborar y compartir ideas, conocimientos e iniciativas.
[Nota de los autores: En el mismo día de su publicación (11/01/2011) esta entrada —publicada simultáneamente en Eureka y en Ciudad futura con el mismo título e iguales contenidos— ha recibido el prestigioso Premio ED (‘Experientia docet’) a la excelencia en la divulgación científica. Nos congratulamos por ello y agradecemos a ED esta magnífica recompensa a nuestro trabajo].

La estrella de Cheloméi

En 1960, Vladímir Nikoláievich Cheloméi entraría a formar parte del selecto grupo de ingenieros responsables del programa espacial soviético de la mano de Nikita Jruschov. Su oficina de diseño, la OKB-52, pronto dejaría de ser un oscuro instituto de investigación especializado en la construcción de misiles de crucero para convertirse en todo un imperio aeroespacial a golpe de decreto. Puede que la intención del líder soviético fuese romper el monopolio en temas espaciales que ejercía la oficina OKB-1 del gran Serguéi Koroliov. O quizás sólo quería echarle una mano a su hijo, por entonces ingeniero de la OKB-52. Quién sabe. En cualquier caso, Cheloméi pronto pasaría a la acción proponiendo todo un programa espacial paralelo al de Koroliov. Cohetes gigantes, estaciones espaciales, raketoplanos… cualquier cosa parecía posible para el ambicioso Cheloméi.

LK-1 y LK-700

El 3 de agosto de 1964 Cheloméi lograría su primera gran victoria frente a Koroliov. Ese día, Jruschov decidió entregar sin previo aviso el programa de sobrevuelo lunar L1 de la OKB-1 para entregárselo a la OKB-52. Cierto es que el programa L1 de Koroliov preveía hasta seis lanzamientos de cohetes derivados del R-7 Semyorka para mandar una nave Soyuz alrededor de nuestro satélite, mientras que la propuesta de Cheloméi sólo necesitaba un lanzamiento de su nuevo y flamante lanzador pesado, el Protón (UR-500K / 8K82K). El proyecto se denominaría LK-1 (Lunni Korabl/Лунный Корабль, «nave lunar») y tendría como objetivo enviar un cosmonauta a la Luna antes de 1967, a tiempo para celebrar así el 50º aniversario de la Revolución Socialista de Octubre.

Maqueta de la nave lunar LK-1. [Clic en la imagen para ampliar]

El diseño de la LK-1 era muy similar a la Apolo norteamericana, consistente en una pequeña cápsula cónica y un módulo de servicio. La cápsula, denominada simplemente «aparato de retorno», VA (Vozvraschaemi Apparat / Возвращаемый Аппарат), sería la primera incursión de la OKB-52 en el diseño de un vehículo de este tipo. La masa de la LK-1 no superaría las cuatro toneladas, mientras que su diámetro máximo sería de 2,511 metros. La OKB-52 llevó a cabo innumerables pruebas para encontrar la forma óptima para la VA y que fuese capaz de soportar las temperaturas de una reentrada atmosférica a velocidades superiores a los 11 km/s, la «velocidad de escape» terrestre. Las características aerodinámicas de la VA serían superiores a las de la cápsula de la Soyuz (SA), cuya forma de campana estaba dictada por la necesidad de maximizar su volumen interno.

Pero la LK-1 no llegaría muy lejos. A finales de 1964 Jruschov es apartado del poder y Cheloméi pierde su principal apoyo político. Aunque se mantendrá como una de las grandes oficinas del programa espacial, ya nada volverá a ser lo mismo para la OKB-52. De entrada, el programa LK-1 es cancelado y devuelto a la oficina de Koroliov. La OKB-1 decidirá mantener el Protón como lanzador principal del proyecto, pero sustituyendo la LK-1 por una nave Soyuz modificada (7K-L1), conocida en Occidente bajo el sobrenombre de Zond.

Cheloméi no tira la toalla y propone en 1964 un programa de vuelo tripulado a la superficie lunar usando el cohete gigante UR-700. El proyecto sería una competencia directa al programa de alunizaje N1-L3 de Koroliov, en teoría el único que contaba con la autorización del gobierno soviético. Según los planes de la OKB-52 (por entonces renombrada TsKBM), el UR-700 mandaría a la Luna una nave LK-3 en una trayectoria directa, sin necesidad de pasar por la órbita terrestre o la lunar. La LK-3 pronto daría paso a la LK-700, más masiva. Ambos vehículos emplearían el mismo diseño de cápsula VA ideado para la LK-1, pero ampliado para soportar una tripulación de dos cosmonautas. La masa de la nave en la superficie lunar superaría las 17 toneladas (frente a las 15 toneladas del módulo lunar del Apolo), aunque la VA tendría una masa de sólo 3,1 toneladas al aterrizar (el módulo de mando del Apolo pesaba 5,3 toneladas una vez finalizada la misión). Lamentablemente, el programa UR-700/LK-700 jamás pasó de la fase de diseño previo y Cheloméi se quedó, una vez más, sin la posibilidad de mandar un hombre al espacio.

Proyecto Almaz: OPS, TKS y VA

A mediados de los años 60, mientras trabajaba en los programas LK-1 y LK-700, Cheloméi propuso otro proyecto no menos ambicioso: una estación espacial militar que pudiese espiar a los Estados Unidos. El proyecto recibió el nombre en código de Almaz («diamante»), siguiendo la tradición de la OKB-52 de nombrar sus proyectos con nombres de piedras preciosas. A diferencia de los «fantasiosos» planes lunares, Almaz recibió muy pronto el apoyo incondicional de los militares soviéticos, temerosos de las capacidades del programa MOL de la Fuerza Aérea norteamericana.

Almaz era un proyecto ambicioso. La estación espacial (11F71) se denominaría OPS (Orbitalnaia Pilotiruemaia Stantsia / Орбитальная Пилотируемая Станция, ОПС, «Estación orbital tripulada») y estaría equipada con un enorme telescopio Agat-1 («ágate»). El Agat no era cualquier cosa. Con un espejo de dos metros de diámetro y 7,2 metros de focal, era una especie de Hubble de los años 60. Eso sí, apuntando en la dirección «equivocada». Las OPS contarían también con pequeñas cápsulas automáticas (11F76) para enviar a la Tierra la película fotográfica con las preciadas imágenes captadas por la cámara ASA-43R del Agat. La estación debía tener un radar de apertura sintética para labores de espionaje en condiciones climatológicas o de iluminación poco favorables. Un cañón de 30 mm construido por la oficina de Alxánder Núdelman se encargaría de mantener alejados a los posibles satélites enemigos que quisieran inspeccionar la «fortaleza» espacial soviética.  Sigue leyendo

Salyut 1: La primera estación espacial de la historia

Publicamos en Ciudad futura la que fuera, ya el año pasado, nuestra primera colaboración en Amazings.es; una infografía acompañada de un texto (o viceversa) sobre la primera estación espacial de la historia, la estación orbital Salyut 1, lanzada por el país de los soviets en 1971…

En abril de 1971 la URSS sumó un nuevo registro pionero en la carrera espacial a los muchos que ya tenía: el lanzamiento y puesta en órbita de la Estación Salyut 1, (Салют 1, «saludo» en ruso) la primera estación espacial digna de tal nombre, capaz de alcanzar la órbita de forma automática sin necesidad de tripulación y con capacidad para ser habitada en períodos prolongados así como para recibir naves tripuladas Soyuz mediante un sistema de cita espacial eficiente y un puerto de atraque. Hasta ese momento los registros de permanencia en el espacio se habían batido dentro del estrecho entorno de las cápsulas espaciales. [Clic en la imagen para ampliar]

Paco Arnau / ciudad-futura.net Amazings.es

La Estación Salyut 1 significó un gran salto adelante en la conquista del Cosmos allá por 1971. No obstante lo anterior el país y el pueblo soviéticos tuvieron que pagar un precio enorme e inasumible por ese vanguardista avance que supuso disponer por primera vez de un lugar para vivir, investigar y trabajar en espacio… Los primeros tripulantes del Salyut 1 (y los primeros de la historia en habitar una estación espacial), los cosmonautas y héroes de la Unión Soviética Georgi Dobrovolski, Vladislav Vólkov y Viktor Patsayev, tras cumplir su misión permaneciendo en la Estación Salyut 1 durante más de 23 días —batiendo el récord de permanencia en el espacio de la época— aterrizaron suavemente pero sin vida a bordo de su nave Soyuz 11 a causa de un escape en una válvula del Módulo de Descenso, lo que provocó su despresurización y fatales consecuencias en el que fuera el accidente espacial de mayor gravedad que ha sufrido hasta nuestros días el programa espacial soviético-ruso.

A partir de ese trágico evento, que enturbió el éxito pionero de elevar la primera estación espacial de la historia y provocó un aplazamiento momentáneo en los vuelos tripulados de la URSS, el programa Soyuz-Salyut continuó después de ese aciago 1971 hasta 1986, años en los que nuevas estaciones y naves (cinco Salyut más y casi una treintena de naves Soyuz con decenas de cosmonautas soviéticos y de otros países) emprendieron el camino de nuestra órbita batiendo uno tras otro nuevos registros y demostrando que son viables largos períodos de permanencia humana en microgravedad; consolidándose así la base sobre la que se asienta en la actualidad la presencia humana permanente en la ISS.  La última de esta serie de estaciones —el Salyut 7— estuvo habitada hasta 1986, el año en el que algo nuevo tomaría su relevo…  Sigue leyendo

Urano, el ‘discreto gigante’ del Sistema Solar

Urano, ‘dios de los cielos’ en la mitología griega, es en la realidad un planeta gigante gaseoso azul situado a más de 3.200 millones de kilómetros de la Tierra. En esta ilustración, basada en fotos reales, lo vemos rodeado de sus principales lunas; de mayor a menor (tal como aparecen en la imagen aunque no son esas sus proporciones reales): Ariel, Miranda, Titania, Oberón y Umbriel. Estas cinco lunas eran los únicos satélites conocidos de Urano hasta la llegada de la sonda interplanetaria Voyager 2 en 1986. Los satélites más grandes son Titania y Oberón, ambos con poco más de 1.500 km de diámetro, aproximadamente la mitad del tamaño de nuestra Luna. Al contrario que en el caso de otros cuerpos del Sistema Solar los nombres de las lunas de Urano no están tomados de la mitología greco-romana, sino de personajes de obras literarias del gran William Shakespeare y del poeta, también británico, Alexander Pope. [Ilustración: NASA/JPL, basada en fotos captadas en 1986 por el Voyager 2]

Con un diámetro (51.118 km) que casi exactamente cuadruplica el de la Tierra (12.757 km) y similar al de Neptuno (49.575 km), Urano es uno de los cuatro planetas gigantes del Sistema Solar junto con Júpiter, Saturno y el citado Neptuno. Al igual que ellos Urano dispone de un sistema de satélites propio de los que conocemos al menos 27. A pesar de todos estos datos se podría decir que Urano y sus satélites son quizá los «grandes desconocidos» de nuestro entorno cósmico más cercano (en magnitudes astronómicas). Para paliar tal impresión os hemos mostrado este montaje gráfico, basado en fotografías reales enviadas por la sonda interplanetaria (ahora interestelar) Voyager 2 en 1986, única sonda terrestre que ha llegado hasta Urano y sus lunas…

Trayectoria interplanetaria de las naves Voyager 1 y 2 (1977-1989).
[Clic en la imagen para ampliar. Infografía: Paco Arnau (2000) / Ciudad futura]

El Voyager 2, lanzado desde Cabo Cañaveral por la NASA en sus «buenos tiempos» (1977), alcanzó Urano hace ya prácticamente 15 años, en 1986, y posteriormente Neptuno en 1989; todo ello gracias a una maniobra de aceleración y corrección de trayectoria que, aprovechando el campo gravitatorio de Saturno, fue efectuada en 1981 [véase al respecto nuestra infografía sobre su trayectoria interplanetaria].

En el espectro cromático que pueden captar nuestros ojos Urano muestra un color azul verdoso más uniforme y menos saturado que el intenso azul de Neptuno o el de la propia Tierra. Urano tiene además un sistema de anillos orbitales, aunque éste es mucho más tenue que el de Saturno; razón por la que no es visible en nuestro espectro visual desde la lejanía. Pero eso tiene remedio gracias a la ciencia y a la tecnología…

La imagen inferior en falso color —captada en 1998 por el telescopio orbital Hubble— nos «descubre» esos anillos así como las nubes y dinámicas atmosféricas de Urano gracias a una cámara espectrométrica (Near Infrared Camera and Multi-Object Spectrometer). Otra de las peculiaridades de Urano es la gran inclinación de su eje de rotación en relación con el plano de su órbita: da vueltas al Sol (una órbita cada 84 años terrestres) prácticamente «tumbado», tal y como se puede apreciar en la imagen. Aparte de los anillos en esta imagen se pueden observar sistemas nubosos, alguno más grande que nuestra Luna, desplazándose a una velocidad aproximada de 500 km/h (las áreas de tono más rojizo), así como nueve de los satélites de este «discreto» gigante del Sistema Solar. [Créditos de la imagen inferior: Erich Karkoschka (Universidad de Arizona) y NASA]

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