Campanadas de muerte

Presentamos un documental rodado clandestinamente en 1976 en la ciudad de Vitoria, actual capital del País Vasco. Una manifestacion de obreros que pedía aumento de sueldo fue tiroteada por la policía siendo ministro de Gobernación Manuel Fraga Iribarne. Mundo Obrero, a la sazón el órgano clandestino de la principal fuerza opositora al franquismo, el PCE, titulaba a toda plana en su edición de esas fechas: «Asesinados en la calle por fuerzas del ministro Fraga». Claro, conciso, negro sobre blanco el titular de Mundo Obrero que reproduce este documental. Sirva este documento histórico para rendir tributo a la memoria de los obreros asesinados en Vitoria y también al dirigente comunista Julián Grimau, torturado y fusilado años atrás de la masacre de Vitoria, en 1963, siendo ministro de Franco el mismo prócer fascista al que hoy homenajean por su «contribución a la democracia» la mayoría de los medios así como los dirigentes de los principales partidos del actual régimen, el PP y el PSOE. Unos y otros mienten como si les fuera la vida en ello.

Autores: Colectivo de Cine de Madrid (Adolfo Garijo, Tino Calabuig y Andres Linares)

¿Sueñan los robots con ovejas eléctricas?: «La ‘democracia 4.0’ frente a la realidad»

Nuestro amigo Iván Rivera [@brucknerite] ha publicado recientemente en su magnífico blog un texto cuya lectura recomendamos vivamente: «La ‘democracia 4.0’ frente a la realidad». Es extenso (3.000 palabras) pero sin duda merece una atenta lectura. En estos tiempos oscuros existe una tendencia por parte de algunos a la ocurrencia espontaneísta, a inventar «cosas nuevas» frente a la dura realidad sociopolítica y económica del capitalismo absoluto actual que casi nunca se concretan en qué son, en qué consisten o cómo se aplican… Y que tampoco llegan siquiera a arañar el barniz del poder establecido. Palabrería hueca habitualmente o súbitos «descubrimientos» —producto de un serio déficit del cultura política y de rigor— de propuestas y/o realidades históricas incluso recientes; eso sí, convenientemente despolitizadas y edulcoradas (pensamiento blando). Pero cuando se concretan algunas de esas propuestas «innovadoras», como la de la llamada «Democracia 4.0» (o «cibervoto»), puede ser peor aún si cabe. Los sueños «innovadores» a veces producen monstruos.

Venimos criticando tal propuesta, promovida en las redes por un par de abogados sevillanos, apoyada por alguna entidad y difundida por ciertos medios como el diario madrileño de tirada nacional El Mundo, desde el mismo momento de su aparición. No tanto por una declaración de intenciones que parcialmente podríamos compartir (más participación ciudadana en la toma de decisiones políticas), sino más bien por las nefastas consecuencias que supondría para el ejercicio de derechos democráticos desde el compromiso con la lucha colectiva por una verdadera democracia real, valga la redundancia. Es decir, perversión de la Política transformadora con mayúsculas disfrazada de propuesta rompedora, vanguardista y novedosa.

¿Sueñan los robots con ovejas eléctricas?

La propuesta de «Democracia 4.0» ignora las relaciones económicas y de poder existentes asi como sus poderosos y casi omnipresentes medios de falsificación de la realidad o mass media (punto de partida erróneo para llegar a conclusiones falsas), privatizaría el ejercicio de derechos democráticos en manos de oligopolios privados o monopolios en manos del Estado (teleoperadoras), favorecería la aparición de «cibermandarinatos» o lobbys digitales, obvia la brecha digital de la mitad de los ciudadanos (que se convertirían en un nuevo lumpen sin medios o conexiones digitales de calidad accesibles), generaría más desmovilización social (justo lo que faltaba) al individualizar el proceso democrático (jugar a la política «desde el sofá» de cada uno y aislados del resto, con su receptor individual de propaganda del poder y emisor de voto en un mismo aparato tecnológico controlado por los mismos intereses privados o estatales que detentan el poder económico, pantallas orwelianas de la novela 1984)… y además es impracticable técnicamente de forma rigurosa por la ausencia de soluciones técnicas y operativas verosímiles para implementar tal propuesta. Todo ello sin olvidar un principio básico de la democracia y que olvida esa propuesta de «democracia 4.0»: O es el pueblo soberano quien protagoniza los procesos de votación, referéndum y elección (mesas, presidencia, firma y elevación de actas, interventores) o el proceso democrático propiamente dicho simplemente no existe porque es pervertido [véase atentamente la ilustración de cabecera, es muy sugerente].

Podríamos decir muchas más cosas pero nos extenderemos más. Rondaba por aquí la idea de escribir una crítica extensa —más razonada y fundamentada— a la llamada «Democracia 4.0» pero no ha lugar… Recomendamos el texto de Iván Rivera (experto en redes y tecnologías digitales), porque seguramente no se puede hacer mejor. ‘Voilà’…

La ‘democracia 4.0’ frente a la realidad

Ilustración: «New capitalism pyramid» (Vía: brothersoft.com)
Texto en ‘Ciudad futura’: Paco Arnau

El Golpe

La ministra de Economía Elena Salgado ha declarado con motivo de la reforma constitucional en ciernes que apoyan PSOE y PP que se trata, fundamentalmente, de un mensaje claro a los inversores en el sentido de que las reformas económicas en España van en serio y de que el déficit público no aumentará en el futuro. La reforma constitucional (propuesta por un agónico gobierno del PSOE cuyo presidente ni siquiera se presenta a la reelección) es la primera de gran calado desde la aprobación de la vigente Constitución Española en 1978 (en 1992 se modificó el artículo 13.2 para otorgar derecho a voto a los residentes extranjeros en elecciones locales a propuesta de todos los grupos parlamentarios y en votación unánime) y pretende introducir en su texto un techo de endeudamiento para el conjunto de las administraciones públicas del Estado español… 

Precisamente un precepto legal similar, el llamado «techo de la deuda», ha sido una de las causas por la que Estados Unidos ha estado recientemente al borde del colapso económico con un Estado federal en el límite de la suspensión de pagos durante varias semanas del mes de agosto de este año en un país, EEUU, con una mortalidad infantil muy superior a la de Cuba y con decenas de millones de súbditos sobreviviendo gracias a los cupones alimenticios. La ministra de Economía ha añadido que limitando el techo del déficit del Estado español, los inversores (léase los “socios capitalistas” que compran deuda estatal) son situados en un rango legal de primer nivel, el constitucional.

Esta reforma, cuyos defensores en la derecha del espectro político —ya sea desde el gobierno o desde su “oposición”— nos venden también como una especie de designio fatal del los tiempos que corren (una imposición de la Unión Europea o de su eje franco-alemán), confirma algo que ya venían avanzando lo más destacados economistas de izquierdas desde el estallido de la burbuja financiera-especulativa en EEUU en 2008: que esta crisis implica en realidad un golpe del poder económico capitalista en Occidente cuyo fin es eliminar los últimos restos del Estado del bienestar surgido en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial, para así dar rienda suelta a un capitalismo especulativo desbocado desde el momento histórico que dio inicio a la actual etapa: la disolución de la URSS hace dos décadas. Un acontecimiento que —de seguir así las cosas, esperemos que no— podría ser definido por los historiadores del futuro como el principio del fin de la Edad de los derechos del hombre y del ciudadano que se inició en 1789 con la Toma de la Bastilla de París. 

El golpe constitucional

Si algo define esta segunda legislatura del PSOE con gobiernos formados en torno a Zapatero es el desmantelamiento de las últimas bases del Estado del bienestar en España: drástica disminución de la renta de la clase trabajadora en forma de recortes de salarios y pensiones, ataque a la negociación colectiva con una reforma tendente a su supresión en la práctica (la “línea de flotación” del movimento obrero organizado en las empresas y sectores productivos) y la eliminación de todo rastro garantista para los trabajadores en la legislación laboral española (ya de por sí una de las menos garantistas de Europa) bajo la coartada de una mayor “flexibilidad” en la contratación y en los despidos para los empresarios (en un país con una de las legislaciones ya de por sí más flexibles en su entorno). Todo ello ha venido siendo acompañado con una serie de medidas económicas cuyos fines no han sido otros que inyectar dinero público a la banca privada y proseguir un proceso de concentración del capital (capitalismo monopolista privado) en beneficio de la Gran Patronal representada por la CEOE y en detrimento de las pequeñas y medianas empresas.

La reforma constitucional —hurtando la posibilidad de refrendo popular— que se anuncia por parte de un gobierno que ha promovido a su vez la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, es más importante de lo que a simple vista pudiera parecer. Algunos ya han comparado este “golpe constitucional” con el intento de Golpe de Estado de utraderecha de 1981. El objetivo es el mismo: acabar con preceptos básicos que establece una Constitución que fue fruto de un pacto que establecía cesiones tanto por parte de la derecha como de la izquierda. Algunos de quienes aún consideran de izquierdas al PSOE —lo que es mucho considerar a estas alturas del partido— han definido esta reforma constitucional como “un suicidio político de la izquierda”. 

Volviendo a las declaraciones de la señora Salgado, principal valedora y fuerza de choque de las políticas de derecha extrema que viene aplicando el gobierno de ZP, efectivamente esta reforma sitúa al capital especulativo en el primer rango legal, el constitucional, y ataría de pies y manos cualquier iniciativa parlamentaria tendente a asegurar el llamado “gasto social” (inversiones públicas redistributivas de la riqueza y el bienestar) ya sea en tiempos de crecimento o de crisis, poniendo en primer plano la estabilidad de los mercados especulativos sobre las necesidades inversoras estatales (centrales o autonómicas) en Sanidad, Educación o infraestructuras… e incluso la posibilidad de renacionalizar sectores estratégicos como la banca, la energía o las telecomunicaciones de forma constitucional, por mucho que en su articulado y espíritu la Constitución actual establezca la primacía del interés público sobre el privado.

No se trata, por tanto, sólo de una cesión de soberanía nacional bajo el diktat de Alemania o Francia. En el plano interno esta reforma supone en la práctica ceder la soberanía del pueblo al capital especulativo y a los oligopolios privados locales, que son quienes —en última instancia— marcan los ritmos de las reformas y las decisiones de los gobiernos y oposiciones de turno desde los inicios del régimen bipartidista actual en 1982. La llegada al gobierno del PSOE poco tiempo después del Golpe de 1981 tuvo su letra pequeña y ahora la estamos leyendo con trazos muy gruesos. Tan gruesos que ese mismo partido, con el apoyo de su alter ego bipartidista, está proponiendo ahora culminar su legislatura con la ruptura del pacto constitucional de 1978, la base de la llamada “paz social” durante más de tres décadas.

‘Negras tormentas agitan los aires’… 

En estas condiciones, indignarse soñando con rebeliones de clases medias que ni lo fueron ni lo serán (la clase media es un concepto tan metafísico como el centro político) o jugar a ser diana de la represión policial con repetitivas convocatorias minoritarias e insuficientemente preparadas o con debates paralizantes en los que nos dedicamos a “descubrir el Mediterráneo” de forma sucesiva ya no basta. Hay que pasar de la indignación a la acción masiva, consciente y organizada por todos los medios al alcance de la mayoría social. En justicia algunos podrían proponer que rueden cabezas, depurar responsabilidades políticas, pero eso sería irreal sin capacidad para llevarlo a cabo. En realidad tenemos ante nosotros un horizonte de sucesos mucho más amplio frente al poder real, que no es otro que el económico: reconstruir el movimiento obrero (cautivo y desarmado en la actualidad), transformar el clamor popular contra las políticas de derecha extrema en voto útil, consciente y organizado y, al mismo tiempo (sólo votando no se alcanzan objetivos plenos), proseguir en la construcción de un movimiento de oposición real por medio de asambleas de base territorial realmente representativas de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, único camino para asegurar la continuidad del movimiento y su incidencia real en los acontecimientos para detener el avance del único contendiente —hasta ahora— en esta lucha de clases que nos arrastra porque todos estamos inmersos en ella.

Sólo un 10% de diputados de izquierdas podría haber impuesto la celebración de un referéndum sobre esta reforma constitucional que muy posiblemente hubiera sido rechazada en tal caso. No ha sido así porque no hay un 10% de diputados de izquierdas en el Parlamento español. Llegados a este punto, la izquierda no debe seguir considerándose comprometida con el pacto social que dio lugar al régimen actual por el sencillo motivo de que lo han roto sus dos principales facciones políticas; de la misma forma que quienes voten al PSOE o al PP o aseguren sus hasta ahora amplias mayorías absteniéndose, blanqueando o anulando su voto forman parte del problema, no de su solución.

Texto: Paco Arnau / Ciudad futura

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#15M y #20N: Sigamos atentos

Esta semana que llega a su fin ha sido intensa para quienes somos ciudadanos indignados, también llamado #15M para abreviar. El ministro del Interior de un agónico gobierno del PSOE (Camacho) y su delegada en Madrid (Carrión) ordenaron la ocupación ilegal del simbólico espacio público de la madrileña Puerta del Sol por parte de fuerzas policiales haciendo uso de medios represivos. La quiebra del Estado del Bienestar que defienden con recortes sociales los adalides de la «modernidad» del partido único del capitalismo (PPSOE) y su fondo de reptiles mediático, nos está llevando de cabeza a un Estado policial que se asemeja de facto a épocas pasadas aún frescas en nuestra memoria histórica. La respuesta ciudadana en Madrid, de nuevo, ha dado al traste con los planes gubernamentales que pretendían «resolver el asunto» con los contundentes «argumentos» de las porras y la Puerta del Sol es de nuevo un espacio de todos donde se puede ejercer el derecho a la libre circulación de las personas. Extraño reino éste en el que han de ser sus súbditos quienes aseguren el cumplimiento de las leyes básicas mientras su rey regatea favores en el litoral Mediterráneo y su Gobierno, una y otra vez, incumple de forma ostensible y alevosa derechos fundamentales.

Culminadas las reformas laborales y de la negociación colectiva y el recorte de las pensiones para rematar la agresión a los salarios y derechos de los trabajadores y los pensionistas al albur de una crisis que está sirviendo para que los más millonarios sean más millonarios y la todopoderosa banca privada española siga acumulando beneficios, el gobierno actual ya no da más de sí. Su amo Botín ha decidido adelantar la convocatoria de elecciones generales. Con esta decisión el poder económico no pretende ningún cambio, sino un recambio, como cuando se agota una batería. Los candidatos en liza del poder económico, con una ley electoral que distorsiona el voto ciudadano en detrimento de la izquierda parlamentaria actual o de otras fuerzas políticas más pequeñas, tienen apellidos que empiezan por «R» y no se afeitan por las mañanas… pero hay una «gran diferencia» entre ellos: uno de los dos tiene menos pelo sobre su cabeza. Hasta ahí las diferencias…

#nolesvotes en versión original

Ellos son iguales pero no todos son iguales. De cara al 20 de noviembre seguiremos insistiendo en que #nolesvotes —en su versión original, no la inventada por el ínclito Pedro Jota y sus tontos útiles voluntarios o involuntarios en las redes sociales— no significa abstenerse o votar nulo o en blanco, sino votar a otros que no sean PP, PSOE o sus eventuales socios de la derecha nacionalista. Ese «supremo esfuerzo» de ir a las urnas es más importante de lo que algunos creen. Al recambio que representa el PP, cuyos votantes sí son disciplinados y no se andan por las ramas, le interesa una fuerte abstención de posibles votantes teóricamente adversarios.

En España y en cualquier otro país de nuestro entorno tan válidas son unas elecciones con un 20% de abstención como unas con un 60% de abstencionistas; eso no pone en cuestión ningún sistema electoral (EEUU es un buen ejemplo de ello desde hace décadas). Que no nos engañen: a medida que se acerque la fecha del 20 de noviembre la campaña abstencionista «desde dentro» y desde fuera del movimiento #15M se va a recrudecer. En todo movimiento amplio y unitario hay de todo (y así debe ser), incluso personas que por acción u omisión le hacen el caldo gordo al bipartidismo y al PP promoviendo un abstencionismo supuestamente «apolítico» (lo llaman apartidismo y no lo es) con trasnochados mensajes populistas o místicos, ahora en versión 2.0 travestidos de «neuropolítica» new age o espiritualismo lamaísta. Sigamos atentos.

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El Imperio quema su última nave

El Atlantis, el último transbordador espacial de EEUU (y por extensión su última nave espacial tripulada) ya ha partido de Cabo Cañaveral con cuatro astronautas con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS). Quedan atrás tres décadas de historia de los shuttle y casi cinco décadas de presencia estadounidense en el espacio con medios propios…

Cofia del minitransbordador no tripulado del Pentágono X-37B (AV-012 OTV) en la rampa de lanzamiento. [Foto: Pat Corkery/United Launch Alliance]

A partir de aquí, es inevitable recurrir al tópico de que estamos en el inicio de una nueva era de la llamada carrera espacial en su conjunto histórico, en el borde de una línea roja que traza un antes y un después en la presencia humana en el espacio que se inició hace medio siglo con la hazaña soviética del vuelo de Yuri Gagarin. La Federación de Rusia, heredera tecnológica de la URSS, y la República Popular China, con tecnología también heredada de la URSS, son a partir de ahora las dos únicas potencias con capacidad real para enviar personas a nuestra órbita. Y la Federación de Rusia, la única con capacidad de enviar tripulaciones a la ISS, el único complejo orbital que asegura la presencia humana permanente en el espacio.

La denominada “carrera espacial” tripulada comenzó en 1961 y el pistoletazo de  salida lo dio la Unión Soviética. Durante prácticamente toda esa década, la otra superpotencia intentó responder a los retos pioneros de la URSS con mayor o menor fortuna (menor en la gran mayoría de los casos) hasta que EEUU emprendió el compromiso nacional de poner hombres en la Luna con el programa Apolo. Incluso antes de que terminaran los vuelos de las misiones Apolo, el interés en Estados Unidos por las misiones tripuladas al espacio empezó a languidecer. Aún en el supuesto de que no fuera así del todo, parecería que una vez cumplido el objetivo mediático de “adelantar” a los rivales de la superpotencia socialista en la carrera lunar, el interés de Washington y de sus poderosos medios de comunicación por la presencia humana en el espacio decayó de forma visible. Si a los hechos posteriores nos remitimos, esto fue así. El programa lunar Apolo languideció sin ni siquiera ser completado y estas naves de EEUU realizaron su última misión en 1975, la primera y única misión conjunta entre la URSS y EEUU, la ASTP (Apolo-Soyuz Test Project).

La URSS volvió a tomar la delantera en cuanto a la presencia humana permanente en el espacio durante tres lustros con programas de estaciones orbitales (Salyut, Mir) que no tuvieron rival. Se dibujaba desde mediados de la década de 1970 de nuevo un paisaje espacial parecido al de la década de 1960 tras un paréntesis excepcional de un lustro (1969-1974). Solo que esa vez no había respuesta temprana, ni mediático-propagandística ni real, por parte estadounidense en cuanto a estaciones orbitales (si exceptuamos la breve y fallida experiencia de la estación Skylab)… ni tampoco en cuanto a nuevas cápsulas tripuladas tras la cancelación de las Apolo (algo de lo que aún se deben arrepentir en la NASA). Desde mediados de los años 70, tanto EEUU como la URSS comenzaron a desarrollar sendos programas de transbordadores espaciales, un nuevo concepto de nave híbrida (carguero espacial y vehículo tripulado) con la vista puesta, en principio, en programas de defensa espacial al albur de uno de los momentos más calientes de la Guerra Fría: la década de 1980.

Guerra Fría y transbordadores espaciales

La llegada de los transbordadores coincidió con la toma del poder en Washington del sector más ultraconservador y anticomunista de la política estadounidense (Reagan y sucesores) y con un declive económico en la URSS que provocó a su vez una crisis política culminada a a finales de los 80 (Muro de Berlín) y principios de los 90 con la disolución del país y el empobrecimiento y la guerra en la que fuera antes su área de influencia continental europea. Ello tuvo como consecuencia la cancelación del programa Burán-Energía, un sistema de transporte tecnológicamente más avanzado que los shuttle y que posiblemente, de haber continuado, habría llegado hasta nuestros días sin los sobresaltos de los transbordadores estadounidenses, un sistema cuya fiabilidad pusieron en tela de juicio aterradoras cifras de astronautas muertos que han disparado esta triste estadística hasta la fecha.

Como antes avanzábamos, tras la cancelación del programa Apolo, la presencia humana en el espacio estuvo durante unos años prácticamente monopolizada por las estaciones espaciales de la URSS y sus naves Soyuz hasta que se lanzaron los primeros transbordadores espaciales de la NASA… Pero éstos, al margen de otras misiones como la puesta en órbita desde su bodega de satélites, no tenían adónde ir o dónde acoplarse… Así, tras la disolución de la URSS a finales de 1991 y el caos surgido de sus cenizas en una espectral imagen de la antigua superpotencia (una Rusia en la década de 1990 con una economía que no llegaba ni a la mitad del PIB de la Unión Soviética), los estadounidenses acuerdan con Rusia el programa de colaboración internacional Mir-Shuttle e inyectan dólares para mantener la gran estación orbital de diseño soviético. De hecho, la Mir, y antes las Salyut con el programa Intercosmos, fueron las primeras estaciones espaciales “internacionales” en cuanto a los programas científicos y a sus propias expediciones, con cosmonautas y astronautas procedentes de multitud de países de varios continentes.

El legado de las estaciones espaciales soviéticas fue la base firme sobre la que se asentó la presencia humana en el espacio hasta nuestros días. La ISS, el mayor complejo orbital construído por el hombre, es digna sucesora de la estación orbital Mir. La construcción de la ISS tal y como hoy la conocemos, iniciada en los albores del nuevo milenio con módulos rusos con una tecnología más sofistica que los de EEUU (los módulos rusos habitables son capaces de alcanzar la órbita y acoplarse de forma automática, sin necesidad de tripulación), no hubiera sido posible sin el concurso de los shuttle (que trasladaron en su bodega varios de sus módulos y su estructura central). Ése ha sido, junto con la puesta en órbita y mantenimiento de satélites como el telescopio espacial Hubble y algún que otro programa militar secreto, el principal papel jugado por los transbordadores estadounidenses en tres décadas: ser grandes cargueros que posibilitaron la construcción del segmento estadounidense (incluyendo los módulos europeo y japonés) del mecano de la ISS.

Y llegamos por fin a nuestros días. La presencia humana en el espacio, a pesar de sus muchos detractores, sigue siendo igual de importante o más que en anteriores décadas porque revierte en avances científicos y en progresos para la sociedad que no serían posibles de otra forma en el balbuceante estadio actual de la robótica. Así lo han demostrado los miles de experimentos y programas científicos, de tecnología de materiales, de investigación biológica y hasta médica que se han desarrollado con éxito a lo largo de décadas en las Salyut, la Mir o la ISS. Pero la diferencia sustancial en la actualidad es que la primera potencia económica del mundo tiene otras prioridades.

Cañones o mantequilla

Aunque la crisis política aún no ha llegado, EEUU está sumido en una profunda crisis económica que ha arrastrado a la mayoría de sus satélites, el llamado occidente capitalista desarrollado. Esta crisis, que algunos economistas independientes caracterizan como estructural y sistémica, está suponiendo tanto en EEUU como en sus satélites la destrucción de los últimos restos del Estado del bienestar, un holocausto iniciado a finales de la década de 1980 como consecuencia de la crisis del área socialista euroasiática y que se ha cobrado ya millones de vidas (más si sumamos muertos y no nacidos a causa de la desaparición del sistema económico socialista en varios países). Estado del bienestar no sólo es escuelas y hospitales, salarios dignos y seguridad social (lo que caracterizó en buena medida a Europa Occidental y Japón y en menor medida a EEUU tras la Segunda Guerra Mundial para frenar el avance del comunismo). Estado del bienestar también es investigación y ciencia para el progreso humano. Esta época que podríamos definir como retrofuturo es consecuencia del cambio en el orden de prioridades del capitalismo mundial dictado e impuesto manu militari por Wall Street por medio de sus gobernantes globales de Washington y el Pentágono. Entre cañones y matequilla, el imperio en crisis ha optado por los cañones.

Hace unos días un medio estadounidense publicaba un dato «estremecedor» que no ha sido desmentido: Estados Unidos gasta al año en aire acondicionado para sus acuartelamientos en las guerras que tiene abiertas actualmente con tropas de ocupación, una cantidad de dólares superior a todo el presupuesto de la NASA. Este argumento tiene sus “ventajas”: cuando dices que un tanque cuesta más que construir una escuela te llaman demagogo… el dato del aire acondicionado remueve mejor las conciencias de esa masa acrítica que padece serios déficit de conciencia.

Así es, cuestión de prioridades. Emulando al conquistador español Cortés, el imperio decadente prefiere quemar sus últimas naves que recortar recursos para una guerra eterna que no hace más que prolongar su agonía: la aventura de la conquista y control de las regiones con recursos energéticos fungibles del planeta (a la Guerra de Afganistán se sumó la de Iraq y ahora se suma la de Libia). La retirada del espacio tripulado no es lo único ni lo más grave, claro está. El estado de abandono en que se encuentran las infraestructuras en una metrópolis imperial en guerra eterna contra el resto del mundo, es más que procupante: la red de ferrocarril está desapareciendo, las carreteras públicas no son reparadas, las infraestructuras eléctricas (redes y subestaciones) son las mismas que en los años 50, las personas sin recursos mueren por enfermedades curables ante la ausencia de una sanidad pública, en un país del Tercer Mundo como Cuba hay menos mortalidad infantil que en EEUU…

Espacio privado y espacio militarizado

Y no es sólo que a partir de ahora EEUU se vea obligado a pagar pasaje para ocupar un asiento en naves de diseño soviético si quieren desafiar las leyes de Newton y que —como el Cid Campeador— la URSS siga ganando carreras y batallas, de momento tecnológicas, después de “muerta”… es también que la agencia pública NASA se va a ver enfrentada —se está viendo enfrentada— a un recorte de fondos que pone en peligro también la que fuera joya de la corona del programa espacial de EEUU: las sondas no tripuladas (interplanetarias o no) de investigación científica. Lo que supondrá, sin duda y si alguien no lo remedia, otro freno más al desarrollo de la ciencia —la base de todo progreso humano— en esta época retrofuturista, en este futuro arcaico que se viene dibujando desde finales de 1991. La apuesta de la administración imperial de Obama por el espacio privado significa, en la práctica, más bien una apuesta del Estado federal por el espacio militarizado…

Drones (aviones robóticos para matar personas a distancia en Afganistán o Paquistán); X-37B (minitransbordadores orbitales secretos no tripulados con capacidad ofensiva global y patrocinados por el Pentágono); no hay fondos para investigación y exploración de nuestra última frontera; no hay fondos para escuelas u hospitales públicos, ni para carreteras, líneas eléctricas o ferrocarriles… En un avance de cómo piensa un Imperio desbocado dar una “solución final” a sus acuciantes problemas, el último soberano de la dinastía Rockefeller ha afirmado ante las Naciones Unidas que “la sanidad pública ha generado el problema de la superpoblación”. Por tanto, no nos engañemos —ni engañemos—, sí hay fondos para bombardeos “humanitarios” para controlar nuevos yacimientos de crudo y, de paso, empezar a atacar el problema demográfico con criminales bloqueos económicos a países adversarios que causan, a la larga, muchos más muertos que esas bombas «liberadoras» de los goebbelsianos mass media y sus palmeros.

Conclusión: La NASA —¿sólo la NASA?— lo tiene muy crudo.

Texto: Paco Arnau / Ciudad futura
Publicado en Rebelión.org: «El Imperio quema su última nave»

‘Dos Solanas’ o cómo tropezar veinte veces en la misma piedra

El déficit —cuando no la ausencia— de memoria histórica siempre ha sido algo habitual en España. Puede que algunos crean que el doble discurso de los «socialistas» españoles (y europeos) es algo de ahora. Que el candidato Rubalcaba, una vez aprobadas cuantas ayudas fueran necesarias para la banca privada así como cuantas medidas y recortes contra los trabajadores fuera menester, recurra a un discurso de izquierda «contra los banqueros» para captar apoyos de incautos no es nada nuevo… Las dos imágenes superiores quizá expresen la cuadratura del círculo de este viejo doble discurso que tan buenos réditos dio en tiempos pasados al PSOE. A la izquierda vemos a Javier Solana durante un acto contra la OTAN celebrado en 1981 en el pub Hebe del popular distrito madrileño de Vallecas. Mientras habla el prócer socialdemócrata, un ciudadano elabora un «cigarrillo» de forma artesanal. El ambiente no puede ser más distendido y pacifista. En la imagen de la derecha vemos al mismo Javier Solana años después en un concilio de la OTAN, ya siendo secretario general de esta organización militar de EEUU y sus satélites. Ya no hay discursos contra la OTAN ni ciudadanos elaborando «cigarrillos» artesanales en un ambiente distendido. Solana y los suyos están aprobando el «doble discurso» por antonomasia: bombardeos contra ciudades de Yugoslavia «para proteger a la población civil» (¿de qué nos suena esto?). En los bombardeos sobre Belgrado, Prístina y otras ciudades yugoslavas murió población civil en ataques contra zonas residenciales, escuelas u hospitales que fueron calificados cínicamente como «daños colaterales». La ausencia de memoria histórica puede causar estragos: no tropecemos veinte veces en la misma piedra.

Venezuela: Sean Penn y ‘perspectivas distintas’ (vídeo)

En un conocido programa de la cadena de TV estadounidense CBS, el Late Show de Letterman (una especie de Buenafuente local) el invitado es Sean Penn, también conocido actor por sus posicionamientos y acciones concretas críticas con el gobierno y la política exterior de su país. Recordamos que Penn encabezó durante la presidencia de Bush II una campaña mediática contra la invasión de Iraq que le salió muy cara: la pagó de su propio bolsillo, única forma de hacer frente al mensaje único imperante en los medios de EEUU (quizá deberían tomar nota de una iniciativa así algunos afamados intelectuales y artistas abajofirmantes en España). Como se trata de un entrevistador progre, Letterman interroga a Penn sobre su reciente visita a Venezuela atacando a este país con «sentido del humor». Nótese, lo podemos ver aquí en España también, que la diferencia entre progres partidarios del sistema y ultras partidarios del mismo sistema no suele ser otra que detalles formales; en el fondo, defienden —y atacan— lo mismo y a los mismos a la hora de la verdad. Venezuela celebra estos días los 200 años de su independencia en los inicios de un proceso de construcción del socialismo con el apoyo mayoritario y democrático del pueblo, algo que no pueden perdonar a esta república hermana ni los autodenominados «socialistas» europeos ni sus próceres «demócratas» de EEUU ni, por supuesto, tampoco medios como CBS o la Fox, ya sean progres o no, respectivamente. Pero su discurso es fácil de desmontar, basta con decirles cuatro verdades (sin perder el sentido del humor, claro está). Veamos…

[youtube http://youtu.be/rWmJ6_vaNxE&rel=0]
Vídeo vía @ggohom y @NikoneCons en Twitter

Sáhara Occidental: Un país y su bandera

A instancias de activistas solidarios con la causa del Sáhara Occidental, uno de los últimos territorios por descolonizar del planeta, y de la oficina en Madrid de la República Árabe Saharaui Democrática, se nos encargó a finales del pasado año elaborar y unificar la representación gráfica del principal símbolo de toda nación: su bandera. Algunas incursiones habíamos hecho ya en este campo del diseño gráfico —la vexilología— así como en la heráldica.

Pero en este caso ha supuesto un verdadero honor trabajar desinteresadamente en la realización de un Manual de Identidad Nacional Básica que fijara gráficamente la bandera de un pueblo, que si bien ocupa en la actualidad una parte de su territorio reivindicado, aspira a obtener la independencia tras una larga y digna lucha iniciada durante la colonización española y proseguida frente a la ocupación actual por parte de Marruecos de sus regiones de mayor importancia económica. Esperamos que más temprano que tarde la bandera de este pueblo hermano unido a nosotros por la historia ondee junto a las de los demás países del mundo en la sede de Naciones Unidas.

La bandera de la República Árabe Saharaui Democrática es la misma que utilizó a partir de 1973 el Frente Polisario. Su diseño y colores están inspirados en la bandera —creada en 1916— de la Gran Rebelión Árabe durante la I Guerra Mundial, de ahí su evidente similitud con otras como la enseña de Palestina. A continuación os presentamos los aspectos básicos del diseño de la bandera de la RASD así como de los elementos que la componen. El propósito básico, que podemos ver ilustrado en este proceso, era establecer unas bases visuales —geométricas y cromáticas— unificadas que dieran coherencia a un diseño inicial que con el paso del tiempo se había visto sometido a un proceso de progresiva dispersión e incoherencias en cuanto a la distribución de los elementos y hasta de las proporciones. Veremos también hasta qué punto el diseño gráfico está íntimamente relacionado con disciplinas como la geometría y cómo diseños aparentemente sencillos no están exentos de cierta complejidad en su ejecución sin que ello signifique que a su vez puedan ser comprensibles y reproducibles…

LA BANDERA

Descripción de la bandera: La bandera de la RASD es rectangular y sus proporciones genéricas son 3:2, siendo 3 la anchura y 2 la altura. Está formada por tres franjas horizontales con igual grosor de colores negro, blanco y verde (arriba, en el centro y abajo, respectivamente), unidas por un triángulo rojo que se superpone a ellas y cuya base está situada en el lado del mástil o asta. La altura del triángulo desde su base hasta el vértice interior, situado sobre el eje horizontal de la bandera, equivale a un tercio de la anchura total de ésta. Sobre la franja blanca central se inserta un cuarto de Luna de color rojo cuyo borde interior está centrado a los ejes horizontal y vertical de la bandera. Al lado derecho del cuarto de Luna y centrada al eje horizontal está situada una estrella roja de cinco puntas girada 18º en sentido antihorario.

CONSTRUCCIÓN DEL SÍMBOLO Y LA BANDERA

A continuación, la construcción y proporciones geométricas del símbolo y la bandera de la RASD. Las cotas son independientes del tamaño de reproducción; por ello se parte del valores genéricos a partir de los cuales se establecen las proporciones correctas: la proporción 3:2 de la bandera o una cuadrícula imaginaria (16x y 12x) para el símbolo central…

COLORES NACIONALES DE LA RASD

Por último, los colores utilizados (negro, rojo, blanco y verde) en gama Pantone para impresión con tintas planas y otros códigos (cuatricomía para impresión —proporciones de cián, magenta, amarillo y negro, CMAN—, modo RGB —combinación de rojo, verde y azul en monitores— y código HTML para diseño web)…

Autoría: Trabajo solidario del estudio de diseño gráfico Paco Arnau, 2010-2011, para libre disposición de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), el Frente Polisario y entidades e iniciativas de solidaridad con el pueblo saharaui
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La palabra elegida el Día-E de 2011 es «vergüenza»

Lo único bueno del actual régimen español es que se ha quitado las caretas y ya sólo puede engañar a los que únicamente tienen a la televisión (ya sea pública o privada) como único medio de «información». El año pasado, tras una rocambolesca historia protagonizada por Carmen Caffarel (directora del Instituto Cervantes) a cuenta de la votación libre y abierta de los internautas, que decidieron «república» fuera la palabra ganadora del Día del Español 2010, en 2011 han optado por una «ingeniosa» solución para evitar a toda costa subversivos veredictos inesperados del pueblo soberano que den al traste con sus verdaderas intenciones.

Este año han preseleccionado una serie de términos para que sean votados (una votación «precocinada» o patrocinada), utilizando como sponsors de las palabras propuestas a figuras del famoseo, el artisteo, el fútbol y hasta de la gran banca. Emilio Botín, presidente del gobierno español de facto (recientemente imputado por la Fiscalía por delitos contra la Hacienda pública y evasión fiscal), acumula ahora también el cargo de «spammer» honorífico del peculiar concurso, proponiendo la palabra «Santander». La intelectual cantante colombiana Shakira propone la autorreferente palabra «meliflua» (dulzura y amabilidad falsa e impostada en una de sus acepciones). El conocido «prócer» de la lengua de Cervantes Alejandro Sanz ha propuesto «flamenco» (dudamos si en referencia a su música o a los oriundos de los Países Bajos o del Flandes belga). Vicente del Bosque, míster de la Selección Nacional de Fútbol propuso —suponemos que después de una larga reflexión— «fútbol». Uno de los pocos que se desmarcan por la banda es el jugador uruguayo del Atlético de Madrid Diego Forlán, que propone «solidaridad». Nada que ver con el ínclito representante de la crema (o espuma) de la intelectualidad española deconstruída, el globalmente laureado cocinero catalán Ferrán Adrià, que presentó la candidatura de «alma». El tuitero @argnzalezcal nos propuso una muy plausible interpretación al respecto de esta propuesta: Adrià propone «alma» porque ésta tiene un peso equivalente a la «comida» que pone en sus platos. Por su parte, un Raphael muy en línea consigo mismo y con el histrionismo que lo caracteriza, dice simplemente «gracias» a su querido público. Y así sucesivamente…

Lo que queda meridianamente claro es que el «incidente» lingüístico republicano de 2010, provocado por el voto libre, no se podía repetir en 2011. El vergonzoso espectáculo con tongo incluído del año pasado ha sido ampliamente superado con un peripatético certamen de palabras preseleccionadas el Día E de 2011. El poder y sus medios siguen abusando de una anodadante «creatividad» a la hora de utilizar el lenguaje, dejando al Propagandaleiter Goebbels a la altura de un principiante; por ejemplo, «intervención humanitaria» por bombardeos de la OTAN que matan civiles a diario o el más recientemente anunciado despliegue sin precedentes de antidisturbios en Madrid para el 19 de junio al objeto «proteger y asegurar el derecho de manifestación» [¡?]. Pero ya pueden decir misa; lo único que vemos al final es la pura y dura realidad, sin caretas: el careto de su amo...

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