Poyéjali, Valentina!, pionera del cosmos

En este año que conmemoramos el 50º aniversario de la hazaña de Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, no olvidamos tampoco que tal día como ayer, el 16 de junio de 1963, la también ciudadana soviética Valentina Vladimirovna Tereshkova fue la primera mujer en alcanzar la órbita de nuestro planeta a bordo de la nave Vostok 6. Sirva como modesto homenaje a Valentina Tereshkova, a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y a las mujeres pioneras del cosmos este vídeo, cuya banda sonora es «La varsoviana» [conocido en su versión española como «A las barricadas»], la versión rusa de un sonoro, evocador y bello himno revolucionario europeo a cargo de los Coros del Ejército Rojo. Poyéjali, Valentina!

[youtube http://youtu.be/tOgh3H2aLb4&rel=0]

Vídeo: Roscosmos (Agencia Cosmonáutica Federal de Rusia) • Vía: @gabriel_hgs

Las semillas, en los barrios. En los jardines de Sol se queman

Si bien es cierto que las revoluciones las hacen los pueblos o no son tales, tambien es verdad que no es posible hacer una revolución —si entendemos por ello un giro político radical que dé un vuelco a las relaciones de poder en una sociedad determinada— si no existe una parte consciente de ese pueblo que disponga de una organización y de una estrategia transformadora clara. «Sin organización no viven las ideas» decía nuestro filósofo de cabecera Antonio Gramsci. La historia de las revoluciones que en el mundo han sido así nos lo enseña. Y la historia de las rebeliones y amotinamientos populares fracasados, también nos lo demuestra.

Hace tiempo decíamos aquí que denominar “revoluciones árabes” a los levantamientos populares contra las tiranías en Túnez o Egipto nos parecía erróneo porque no se correspondía con lo que estaba pasando en realidad. De hecho, ni en Túnez ni en Egipto han cambiado sustancialmente las relaciones de poder y, en el caso de Egipto, la Junta Militar que gobierna no hace más que implantar nuevas leyes contra los trabajadores y sus derechos (precisamente el detonante de las protestas). Más erróneo aún nos parecía denominar “revolución” a una rebelión reaccionaria como la de Libia, cuyos rebeldes (con dirigentes entrenados y financiados por los servicios secretos de EEUU) están sirviendo de criminal coartada a los bombardeos de la OTAN al servicio de intereses económicos imperiales.

Bomba de relojería

El 40% de desempleo juvenil en España es una bomba de relojería. En 2010 destacados dirigentes del establishment económico y financiero mundial ya advertían de que en nuestro país existía el caldo de cultivo apropiado para una revuelta social. Tras una movilización obrera cuyos principales sindicatos convocantes no pudieron, quisieron o supieron mantener, algo se empezó a mover en el subsuelo, por donde pasan también las redes de Internet. La llamada Ley Sinde —impuesta por una Embajada extranjera con la complicidad necesaria del partido del gobierno— y las sucesivas medidas de recorte de derechos sociales a los trabajadores tras la Huelga General, dictadas por los grandes empresarios y banqueros al gobierno de Zapatero en contra no sólo de la opinión, sino también de los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad española, fueron los principales argumentos de una rebelión larvada desde hacía ya tiempo. Todo ello en un país como España, en el que llevamos décadas sufriendo una cruenta lucha de clases con un solo contendiente debido a que toda política gubernamental desde 1982 (inicio del régimen PSOE-PP) se ha centrado en debilitar a un movimiento obrero que hoy aparece cautivo o desarmado.

En estas circunstancias, todo esto vino a desembocar en la convocatoria de unas elecciones autonómicas y municipales en mayo de 2011. Una campaña que los partidos de turno que defienden el sistema preveían como un simple trámite para el traspaso del poder de uno a otro, que todo cambiara para que todo siguiera igual, acabó convirtiéndose en una movilización social que ha puesto a prueba y ha agitado los cimientos del propio sistema bipartidista y las mentes adormecidas de la mayoría.

¿#spanishrevolution?

Con Madrid a la cabeza, grandes movilizaciones cívicas han puesto en cuestión el modelo político en todo el país. Lo han puesto en cuestión pero no han conseguido removerlo, sólo agitarlo. Por una parte (y por mucho que algunos hablaran de #spanishrevolution), las reivindicaciones planteadas, si bien justas, se caracterizaban por una carencia de partida: una valoración parcial del origen de los problemas causantes de las propias movilizaciones por parte de sus convocantes. Al margen de los buenos deseos, que nadie pone en duda, la realidad que ha trascendido a la opinión pública ha sido una crítica genérica e indiscriminada a la política y a los políticos que, como han escrito algunos analistas de izquierdas estos días, recuerda mensajes populistas (cuando no de ultraderecha) y olvida el factor principal: la lucha de clases. Quienes hablan de “clase política” olvidan (o no saben) que el origen de las clases sociales está en la economía, en quiénes controlan —y quiénes no— los medios de producción. Y que es la economía la que define la política y no viceversa. La base de la corrupción del régimen político autodenominado “democracia española”, y de su propio proceso de degeneración e insostenibilidad más allá de la parodia mediática actual en que se ha convertido, es que el poder económico, ya sin caretas, ejerce su dictadura a través los partidos que tienen responsabilidades gubernamentales, PSOE y PP, convirtiendo a éstos en el brazo ejecutor o puño de hierro de la dictadura de “los mercados” sobre la política. Las fotos de Botín y cía. reunidos en el Palacio de la Moncloa para dictar sus políticas al presidente del Gobierno y a la ministra de Economía es suficientemente ilustrativa y no vamos a abundar en ello.

Ha quedado claro además, y en ello coinciden la inmensa mayoría de los analistas independientes del poder, que en el origen de esta crisis está la aplicación de políticas económicas de derecha extrema o neoliberales que no han hecho otra cosa que empobrecer a amplias capas de los trabajadores y de los pequeños empresarios para aumentar la concentración del capital; es decir, el poder real en cada vez menos manos. Como decía el profesor José Luis Sampedro, no le demos más vueltas: “el debate sigue estando entre ricos y pobres. Nada más”… y nada menos.

Todo esto parece que se está olvidando por parte aquéllos que ejercen el papel de “portavoces” de facto del movimiento de indignados en España. Un movimiento que dice no tener portavoces, pero que en relidad sí los tiene: son aquéllos que hablan en los medios de comunicación y controlan las webs y redes sociales en última instancia. Y ésta es quizá la causa de que el propio movimiento esté derivando a algo que es difícil calificar, a no se sabe muy bien qué.

La fecha clave del día de las votaciones, el 22 de mayo, hemos visto síntomas de que algo fallaba de forma estrepitosa. Mientras los medios de derecha y extrema derecha (la gran mayoría en España) propalaban la falsedad de que el movimiento #nolesvotes pedía la abstención; algo que, sin duda beneficiaba sobre todo al PP (cuyos votantes nunca se abstienen), nadie en las acampadas, empezando por la de Sol, puso el acento en llamar a la movilización de los indignados para que fueran a votar. La febril batería de diversas actividades y asambleas propuestas para ese día y el anterior de reflexión (incluyendo la plantación de hortalizas en la Puerta del Sol) no incluía un solo llamamiento al voto responsable de los ciudadanos para frenar el poder municipal y autonómico de PP-PSOE y de CiU en Cataluña, el #nolesvotes originario que aglutinó a cientos de miles de ciudadanos en torno a este movimiento plural. El supuesto “apartidismo” ha devenido así en simple apoliticismo, confundiendo no inclinar la balanza a favor de la/s fuerzas políticas defensoras del movimiento con no tomar partido. En torno al día 22 de mayo, los que tenían en sus manos los teclados de la Puerta del Sol “aclararon” que “ellos” no pedían el voto para nadie ni no votar a nadie ni votar en blanco ni votar nulo ni abstenerse. O sea, nada.

Este “ecosistema autosuficiente”, con plantaciones incluídas, ha sido muy propicio para que en él surjan y arraiguen espiritualistas, conspiranoicos, izquierdistas (en el sentido leninista del término, como enfermedad infantil de la izquierda), místicos trasnochados y toda una panoplia de gentes que literalmente se representan a sí mismos y no hacen otra cosa que desprestigiar y hacer desaparecer todo atisbo de seriedad al movimiento ante la mayoría de lo que podría ser su base social.

A pesar de todo lo anterior, la respuesta del pueblo de Madrid en las urnas no se puede calificar como descorazonadora. PSOE y PP ha perdido decenas de miles de votos tanto en la capital como en la Asamblea autonómica y el mapa bipartidista se ha debilitado en favor de opciones diferentes a éstos tanto a la derecha como en la izquierda. A escala nacional el voto bipartidista también ha retrocedido. Si en estas condiciones tan precarias ha sido así, no podemos evitar pensar qué hubiera ocurrido si los que pudieron dar un pequeño empujón y no lo hicieron, hubieran hecho o dicho algo con relación a las urnas… La historia sólo la escriben los valientes y los audaces.

El énfasis que desde el principio se ha puesto por parte de los que manejan la megafonía y los teclados de que aquí no hay banderas (especialmente si son tricolores) no se corresponde con el cobijo que se ha dado desde un principio a sectas política y científicamente irracionales que no sirven para otra cosa que desprestigiar y disolver el movimiento.

Si la gente consciente y realmente organizada y transformadora, lo que se ha dado en llamar la izquierda real y que sí representa a cientos de miles, no es capaz de reconducir esta situación, mucho me temo que la deriva actual continuará y el viaje a ninguna parte emprendido finalizará cuando los medios de comunicación dejen de soplar las velas.

‘Un hombre, una mujer, un voto’

Consideramos imprescindible que las acampadas se disuelvan cuanto antes, que se haga desaparecer todo rastro de elementos irracionales infiltrados en el movimiento y que la estructura organizativa piramidal desde el vértice que impera hasta ahora sea invertida. Debería desaparecer también toda esa panoplia de comisiones espiritualistas e irracionales, así como todos esos talleres donde nada se fabrica; todo eso sólo sirve para perder el tiempo y como excelentes maniobras de distracción al servicio, por acción u omisión, de los adversarios del movimiento. Deberían ser, a partir de ahora, las asambleas y estructuras organizativas que se creen en los barrios las que tendrían que redefinirlo todo de abajo arriba y no de arriba abajo, como hasta ahora. Y son estas asambleas territoriales, mediante consultas verdaderamente democráticas, las que deberían establecer una serie de propuestas de cambio ligadas a la realidad política y económica del país y no al margen de ella. Esa caricatura de soviet supremo que algunos han montado en la Puerta del Sol —y que nadie ha elegido— debe ser disuelto y dar paso a asambleas locales que generen una verdadera estructura participativa y democrática desde abajo. A partir de ahí, que nadie dude que podrían surgir verdaderos líderes populares —que ahora no hay, por cierto—, como así ocurrió durante los años de lucha contra el franquismo en las fábricas, en los campos y en los barrios.

La dura batalla por imponer un sistema electoral basado en el principio “un hombre, una mujer, un voto”, que sustituya al actual fraudulento, y recuperar el impulso de las reivindicaciones laborales y sociales frente a los recortes habidos —y por haber— y contra quienes los dictan y los imponen (banqueros y grandes empresarios y sus partidos, respectivamente) deben ser, según nuestra modesta opinión, los dos principales argumentos de un amplio y plural pero unitario movimiento cívico y popular que no debería morir antes de nacer, porque es necesario.

Texto: Paco Arnau / Ciudad futura

[Puño y letra] «¡A la calle! que ya es hora…

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.


Del poema España en marcha, de Gabriel Celaya

En 2011, el año de las grandes efemérides, conmemoramos también el centenario del nacimiento de Gabriel Celaya, el poeta de la calle. Gabriel Múgica Celaya, guipuzcoano de la industriosa Hernani, nació en nuestra querida tierra vasca en 1911 y falleció en Madrid en 1991. A lo largo de nueve décadas de intensa vida llegó a compartir con otros grandes de la poesía de memoria imperecedera como Federico García Lorca o Pablo Neruda la causa de la democracia frente al fascismo en defensa de la República Española. Capitán del Ejército republicano durante la Guerra de España, fue hecho prisionero al caer Bilbao en manos de los rebeldes en 1937.

Comunista, como tantos otros de los más destacados personajes de la cultura universal del siglo XX, Celaya luchó contra la dictadura franquista durante décadas al tiempo que regaba el campo literario ibérico con su obra poética; una obra literaria que ha dado argumentos y palabras cargadas de futuro a la lucha democrática de varias generaciones y a las letras —como los versos que encabezan esta entrada— de cantautores como Paco Ibáñez. La constancia política de Celaya nunca le apartó de su constancia poética: en 1977, el mismo año que se presentó como candidato en las primeras elecciones legislativas tras la dictadura en su Guipúzcoa natal, publica tres libros (El hilo rojo, Parte de guerra y Poesía). Premio Nacional de la Letras Españolas en 1986, Gabriel Múgica Celaya falleció en Madrid hace justo dos décadas, el 18 de abril de 1991. Sus cenizas fueron aventadas en Hernani y San Sebastián en cumplimiento de sus últimos deseos.

Celaya, como tantos otros luchadores durante toda su vida, bien sabía que cambiar las cosas de verdad en nuestro país no es cosa de un día ni de dos, sino de décadas de lucha en las que han ido tomando el relevo sucesivas generaciones siguiendo el ejemplo de las anteriores. Aquéllos que han luchado y han sufrido la represión y la censura durante muchos años lo saben bien. Las generaciones actuales tenemos el deber de mantener la llama de esa antorcha que dé luz en la oscuridad. Como afirmábamos en una entrada anterior inspirada en unas sabias palabras del científico estadounidense Carl Sagan, no podemos —ni debemos— dejar como legado a las futuras generaciones el amargo cóctel de fanatismo, ignorancia, injusticia, alienación y servidumbre de estos oscuros tiempos y en este país en el que los mismos banqueros que antes gobernaban por téléfono ahora se reúnen en la sede de la Presidencia del Gobierno para dictar sus políticas en beneficio de un puñado de enemigos del pueblo.

15 y 22 de mayo: la calle, la voz y la palabra

No somos súbditos, somos ciudadanos y, como decía Blas de Otero, «pedimos la voz y la palabra» para luchar —una vez más— por la democracia. Nada más y nada menos. Decía el otro día el admirable profesor José Luis Sampedro en declaraciones a un medio de comunicación que «la libertad de expresión con las mentes colonizadas, sin libertad de pensamiento, no sirve para nada». A diferencia de otros tiempos ahora tenemos la posiblidad de expresarnos libremente (como aquí ahora), pero eso no basta mientras sigamos sumidos en la ignorancia de la realidad para acatar el interesado canon establecido en las «mentes colonizadas»; que estamos condenados fatalmente a elegir siempre entre «lo mismo y lo mismo», como expresa con lúcida sencillez el escritor uruguayo Eduardo Galeano.

Por eso el 22 de mayo tenemos una cita ineludible: debemos ejercer nuestro derecho a decir basta en las urnas, votando a quienes más les duela a esos banqueros que detentan el poder (y sus intermediarios políticos del bipartito de este Estado de derecha travestido de Estado de derecho). No insistiremos en nombres o siglas de unos y de otros porque sabemos muy bien quiénes son: en ambos casos, los de siempre. Los que siempre han usurpado el poder (e intermediarios de turno) gracias a la resignación de la mayoría —»no hay que cambiar el mundo», difunden como mensaje central los spots electorales del partido gubernamental— y los que siempre han luchado para cambiar el mundo frente a una resignación fatal que a estas alturas se ha tornado suicida.

Mañana 15 de mayo estamos convocados en todas y cada una de las principales ciudades de nuestro país a salir a la calle para dar un paso adelante y tomar la palabra con las voces que no escuchan los que detentan el poder económico y de las que no se hacen eco sus medios de comunicación y sus testaferros del régimen político bipartidista de este sistema criminal, corrupto, ineficiente, incompetente y fracasado que ya sólo es la fuente amarga de más desigualdad, más injusticia y más pobreza para la inmensa mayoría.

El 15 de mayo todos a la calle… ¡que ya es hora!

Entradas relacionadas en Ciudad futura:
Puño y letra [página especial de citas y frases]
Carl Sagan (e historia de un ‘tweet’)
Enlace relacionado: Gabrielcelaya.com

[Vídeo] Historia del 1º de Mayo: Los mártires de Chicago

La historia del 1º de Mayo, actual día internacional de la clase trabajadora en casi todo el mundo (excepto en países como EEUU), hunde sus raíces en la proclamación de esta fecha como jornada de lucha de la clase obrera por parte del incipiente pero ya poderoso movimiento sindical unificado de Estados Unidos y Canadá a finales del siglo XIX. Posteriormente, la Internacional Obrera también hizo suya esta fecha. La dura y sangrienta represión al movimiento obrero —que ejercieron las autoridades estadounidenses como reacción a su creciente extensión e influencia en zonas industriales como Chicago o Nueva York— desembocó en la ejecución, tras un proceso amañado, de cuatro dirigentes obreros anarquistas y socialistas. El 11 de noviembre de 1886 fueron ahorcados Parsons, Spies, Fischer y Engel. El siguiente documental resume esta historia. El alegato de Engel antes de su ejecución (reproducido al final del vídeo) pasó a formar parte de los anhelos y de la lucha de millones de trabajadores del mundo en décadas posteriores y sigue vigente en la actualidad…

Un cartel para el 1º de Mayo

Hay mal tiempo pero la primavera es inexorable.
En el día internacional de la clase trabajadora ‘Ciudad futura’ reivindica y exige la paz y el trabajo digno para todos. Nuestros mejores deseos de unidad para nuestros ciudadanos y amigos en este 1º de Mayo de 2011. ¡Viva el 1º de Mayo!

Ilustración (Creative Commons):
Paco Arnau / Ciudad futura
[Clic en la imagen para ampliar]

Hace medio siglo, en Cuba…

Hace medio siglo, a las 23:45 horas del 16 de abril de 1961, los estadounidenses Grayston Lynch y William Robertson (ambos agentes de la CIA) fueron los primeros en desembarcar en tierra cubana en una operación militar contra la Revolución organizada por los servicios secretos de Estados Unidos y financiada, sostenida y armada por la administración de su presidente, a la sazón John F. Kennedy.

Linch desembarcó en Playa Girón y Robertson en Playa Larga —ambas en el litoral de Bahía Cochinos, en la costa sur de la isla de Cuba— al frente de sendos destacamentos formados en su mayor parte por autoexiliados cubanos procedentes de La Florida y partidarios de la dictadura de Batista, régimen derrocado por una revolución popular que triunfó poco más de dos años antes de este acontecimiento con la entrada de Fidel Castro en La Habana el día de Año Nuevo de 1959.

Una de las paradisíacas playas del litoral de Bahía Cochinos en la actualidad.

Antecedentes históricos… y económicos

La principal causa de esta intervención militar de EEUU contra Cuba hay que buscarla en la economía, principio y fin de casi todas las guerras modernas. Desde el triunfo de la revolución La Habana demostró que el afán del pueblo cubano de independizarse de la explotación económica colonial de la isla por parte de EEUU desde que se liberara del yugo español iba muy en serio.

Tras la guerra entre Estados Unidos y España en 1898, que se saldó con la derrota de la antigua potencia colonial europea en la última guerra declarada que ha mantenido España contra una potencia extranjera, los estadounidenses dispusieron a voluntad en la mayor isla del Golfo de México y el Caribe de un nuevo «Estado vasallo» en su patio trasero durante la mayor parte de la primera mitad del siglo XX, con tres invasiones directas de tropas de marines desde 1898 incluídas. A partir de ahí, Cuba paso de ser —en la práctica— colonia española a colonia estadounidense.

Si bien es cierto que la Revolución cubana no había declarado aún su carácter socialista en los dos primeros años (1959-1960), el nuevo gobierno de la isla había decretado la nacionalización de los principales recursos exportables del país —hasta ese momento en manos estadounidenses— a través de una profunda reforma agraria; así como la prohibición legal o la nacionalización de otros importantes intereses norteamericanos en Cuba que movían cientos millones de dólares, como era el caso del juego, el tráfico de drogas, la prostitución o el sector de la hostelería, monopolizados los tres primeros por la Mafia y en el caso del cuarto, en su mayor parte en manos de esta organización económica-delictiva que gozó de influyentes ramificaciones políticas durante las presidencias de Eisenhower y Kennedy (tal y como se refleja en algunas conocidas obras cinematográficas). Todas estas medidas del nuevo gobierno cubano surgido de la Revolución contaron con un apoyo popular masivo en la isla, como así reconocían informes de los propios servicios estadounidenses que operaban en el interior de Cuba.

Perder el gran pastel cubano, la mayor y más poblada de las Antillas con 1.000 kilómetros de punta a punta, no era por tanto —desde el punto de vista estrictamente económico— una opción asumible para un país que era una superpotencia militar global y que consideraba el Hemisferio Occidental, las Américas, como territorio bajo su soberanía de facto, como así demostraron con decenas de intervenciones y golpes de Estado en Latinoamérica para defender sus intereses económicos desde que derrotaran y expulsaran a España de esa parte del mundo en 1898 y que aún hoy continúan. El reciente golpe de ultraderecha en Honduras impulsado por la administración de Obama ha sido la última cuenta de este rosario.

‘Bay of Pigs’

La operación en Bay of Pigs en 1961, conocida en Cuba y Latinoamérica comúnmente como «Victoria de Playa Girón» y en España como «Invasión de Bahía Cochinos», tiene sus antecedentes en una orden del presidente Eisenhower a la CIA consistente en organizar un cuerpo paramilitar de contrarrevolucionarios cubanos residentes en EEUU el año anterior, en marzo de 1960; ello en el ámbito de una operación de acoso y derribo denominada «Operación Cuba» que incluía otros medios, como los atentados terroristas, el sabotaje de los recursos económicos de la isla o sucesivos intentos fracasados de magnicidio de Fidel Castro. La idea de la invasión de abril de 1961 consistía en establecer una avanzadilla en la isla mediante un desembarco nocturno efectuado en primera instancia por fuerzas cubanas de La Florida, pero que contara con el apoyo decisivo de la financiación y las fuerzas aeronavales estadounidenses. Pero éste, al parecer, era sólo el primer acto de la obra… El profesor Hernando Calvo afirma en un esclarecedor texto publicado recientemente en la edición en español de Le Monde Diplomatique:

«Según lo planificado en Washington, los mercenarios de la Brigada debían lograr rápidamente un territorio «liberado”. Ahí sería trasladado desde Estados Unidos el “gobierno provisional”, el cual estaría compuesto de exiliados seleccionados por la CIA. En ese momento Kennedy le daría “reconocimiento”, el “nuevo gobierno” pediría ayuda internacional y los Marines desembarcarían».

El 15 de abril de 1961 aviones de combate estadounidenses (ocho bombarderos B-26 con enseñas cubanas convenientemente pintadas para la ocasión en el fuselaje) bombardearon objetivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba al objeto de preparar el desembarco de la «Brigada de Asalto 2506», designación dada al cuerpo expedicionario contrarrevolucionario. Al mismo tiempo, cinco buques con mercenarios y armas escoltados por la US Navy navegaban hacia la isla.

Sonado fracaso y ‘obsesión cubana’

La operación en Bay of Pigs terminó convirtiéndose en un sonado fracaso. Debido a los arrecifes y a la nocturnidad del desembarco, en torno a la medianoche del 16 de abril sólo un puñado de mercenarios consiguió finalmente llegar a las playas o a cenagales de la bahía para ser repelidos en primera instancia por un pequeño destacamento cubano. La todopoderosa marina de guerra de EEUU, experta en esas lides, jamás había intentado un desembarco nocturno (ni siquiera en la Segunda Guerra Mundial) y el «experimento cubano» acabó siendo un fiasco… Ya alertado del intento de invasión, el gobierno revolucionario envió a la zona unidades dotadas con tanques, morteros y ametralladoras recientemente adquiridos a la URSS y a Checoslovaquia que aplastaron los últimos focos de resistencia. Las operaciones fueron dirigidas personalmente por Fidel Castro y los pocos aviones de combate de las fuerzas aéreas leales que se salvaron del ataque del 15 de abril abatieron el grueso de la fuerza aérea expedicionaria enemiga aunque algunos aviones consiguieron huir hacia Miami.

Tres secuencias que resumen los combates [clic en la imagen para ampliar]

En la mañana del 19 de abril, en apenas 72 horas, unas inexpertas Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas en este tipo de combates aeroterrestres a campo abierto (su gran habilidad, brillantemente demostrada hasta el momento, había sido la lucha guerrillera rural y urbana con excelentes resultados) derrotaba y capturaba los últimos focos de resistencia de una invasión planeada, armada y financiada por una de las dos superpotencias globales de la época.

Como colofón de lo anterior, prosigue nuestra fuente en Le Monde Diplomatique: 

«Ante el triunfo, el 23 de abril de 1961 Fidel Castro expresó: “El imperialismo yanqui sufrió en América Latina su primera gran derrota”. Al día siguiente, y con otro tipo de emoción, el presidente Kennedy reconoció la responsabilidad de Estados Unidos. […] ante tal “humillación”, Kennedy expresó encolerizado su deseo de “regar las cenizas de la CIA a los cuatro vientos”. Allen Dulles [jefe de la CIA entre 1953 y 1961] tuvo que renunciar unos meses después. / El 22 de diciembre de 1962 los prisioneros [se respetó la vida de todos ellos] fueron enviados a la Florida. Por su libertad, La Habana pidió unos 53 millones de dólares en alimentos, medicinas y equipos médicos».

A partir de ahí ya nada volvió a ser igual. Cuba declara el carácter socialista de la Revolución tras esta victoria en Playa Girón o Bahía de Cochinos hace justo medio siglo y se inicia un bloqueo económico y un asedio de EEUU a la isla rebelde que llega hasta nuestros días… Lo que algunos han dado en llamar «la obsesión cubana», desde Eisenhower hasta Obama.

Texto e ilustración de cabecera: Paco Arnau / Ciudad futura
Reproducido en Rebelión.org y Nodo50

Entrada relacionada en Ciudad futura: La CIA: teoría y práctica del caos

‘London calling’ al amo del Botín

Aspecto que presentaba el 26 de marzo de 2011 una sucursal del Banco Santander en la ‘city’ londinense. El Santander es también el principal grupo financiero en Gran Bretaña, además de en España.

Una gran manifestación contra los recortes sociales a la clase trabajadora ha reunido a medio millón de personas el sábado 26 de marzo en… ¿Madrid?. No, en Londres. Todo el centro de la capital británica, la mayor ciudad de Europa, ha sido el escenario de la manifestación más masiva que se haya realizado en el viejo continente desde que comenzara esta crisis, una recesión económica que está sirviendo para que un puñado de grandes empresarios y banqueros hayan incrementado su poder y sus fortunas en detrimento de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Mientras cientos de miles de londinenses tomaban las calles, Zapatero convocaba en el Palacio de la Moncloa la segunda reunión del verdadero Gobierno de España, una junta patronal-bancaria a la que asiste ZP como convidado de piedra y que hace tiempo que dejó de estar en la sombra: 40 banqueros y grandes empresarios encabezados por Botín y el jefe de la patronal CEOE, respectivamente… ¿El orden del día de la reunión?: tras el brutal recorte a las pensiones de los trabajadores dictado en el primera reunión a ZP por esos mismos Cuarenta del botín de Alí Babá, aplicar en España las directrices aprobadas el día anterior por la Unión Europea para recortar los salarios, ligándolos a la productividad y no a la evolución de los precios. En suma, una nueva reforma económica «modernizadora» que nos lleva de cabeza a las relaciones laborales del siglo XIX (el Londres de los carlos Marx y Dickens) y más beneficios para los más ricos en una España donde los parados y los pobres de solemnidad (inmigrantes o no) ya alcanzan cifras intolerables… O tolerables, según se mire y quién lo mire. Mientras tanto, seguimos con las llamadas internacionales. Al «siempre nos quedará París» sumaremos a partir de hoy Londres tras este ‘London calling’ a nuestro país… De momento, el amo del Botín —léase España— y su zapatero no reciben muchas «llamadas» de los españoles, si exceptuamos la manifestación que reunió (también ayer) a miles de personas en Madrid contra el nuevo intercambio de sangre por petróleo en Libia. O hay motín o seguimos con Botín; he ahí el dilema. [Foto: Eduardo Suárez en Yfrog < Vía: @victorsmadrid]

P.s.: Con los miles de millones de euros con los que el Estado español ha avalado el rescate de los banqueros desde 2009, se podría hacer frente a la reconstrucción de Japón tras el terremoto-tsunami de 2011. El ‘tsunami’ financiero provocado por el gobierno del PSOE para salvar a la banca privada también ha asolado y empobrecido el país y a los españoles. Sus devastadores efectos sobre la mayoría de los ciudadanos están a la vista.

Enlaces relacionados en Ciudad futura:
‘London calling’ (The Clash): 30 años y parece que fue ayer
Gobierno de España: la imagen que vale por mil palabras

Siempre nos quedará Reikiavik

En los últimos tiempos estamos asistiendo a una serie de revueltas populares en varios países árabes, especialmente en el Norte de África, que se iniciaron en Túnez con el derrocamiento y huída del socialdemócrata Ben Alí y se han extendido como un reguero de pólvora a otros países. El más importante de ellos —y de todo el mundo árabe—, Egipto…

La imagen que nunca veremos en los telediarios: manifestación popular en Reikiavik, capital de Islandia, un país donde a pesar de no estar limitado o prohibido el acceso a los medios de comunicación occidentales, éstos no envían corresponsales

Desde un tiempo atrás, previo a las revueltas árabes actuales, un verdadero proceso revolucionario —la correctamente denominada «Revolución silenciada»— está avanzando con paso firme en una isla remota del Atlántico Norte, Islandia, donde se ha forzado la dimisión del gobierno en pleno, se ha encarcelado a los banqueros y especuladores responsables de crisis y del empobrecimiento de la que hasta entonces fuera una de las naciones con mayor índice de bienestar social del mundo y además, por decisión democrática en referéndum, el pueblo de Islandia se ha negado a asumir la deuda contraída por un puñado de sujetos: sus banqueros y especuladores privados, cuya deuda multiplicaba varias veces el Producto Interno Bruto de toda la economía del país.

Actualmente el proceso islandés continúa con la redacción y tramitación de una nueva Constitución que puede suponer la confirmación de una ruptura con el sistema político y económico anterior (el mismo que hay en España y otros países occidentales desarrollados) que provocó la ruina del país. Analistas económicos confirman que la economía islandesa puede superar la recesión a pesar de —o gracias a— estos cambios revolucionarios y empezar a crecer de nuevo el próximo año.

Todo lo anterior se asemeja bastante a una revolución clásica en cuanto a los cambios sociales y sistémicos reales si exceptuamos el legítimo recurso a la violencia para la toma del poder frente a una minoría opresora o colonial, o la defensa de la revolución frente al acoso interno o la agresión externa de sus enemigos, como fue el caso de otros procesos revolucionarios históricos (la revolución americana, la francesa o la rusa, por ejemplo). No debe ser ajeno a esto el hecho de que Islandia sea una isla y además está poco poblada, por lo que posibles contagios revolucionarios a otros países de su entorno son fácilmente contrarrestados simplemente con el silencio informativo; algo que han cumplido al pie de la letra la inmensa mayoría de los medios occidentales, sobre todo en los países europeos satélites de EEUU, para cuyos fantoches gobernantes al servicio de los banqueros el «ejemplo islandés» sería especialmente demoledor.

Las «olas revolucionarias» se televisan mientras surfeamos en la Red

Cuando todo esto sucede en la silenciada Islandia sin que casi nadie lo sepa en Europa, una ola revolucionaria, denominada así por los medios, partidos del sistema y sus corifeos en Internet, dicen que está desarrollándose en varios países árabes del Magreb así como del Mashreq (Egipto y Oriente Próximo) y viene ocupando portadas, abriendo telediarios o protagonizando cientos de miles de mensajes cortos en la Red, redactados por miles de expertos en geopolítica que conseguimos resumir análisis muy profundos en 140 caracteres. Y todo ello al ritmo acompasado que va marcando cada telediario, como olas que van y vienen pero que nunca llegan a ninguna orilla: hoy toca Túnez, mañana te olvidas de Túnez porque toca Egipto; olvídate de Egipto, eso ya pasó, que hoy toca Libia…  Sigue leyendo

Y la foto del año 2010 es…

La verdad sea dicha, no teníamos muchas ganas de hacer la típica recopilación en estas fechas de las ‘X imágenes del año’ que acaba de terminar y cosas por el estilo. Así que, sin que sirva de precedente (o sí), os presentamos la que según nuestro punto de vista (opinable, cuestionable y subjetivo, como no podría ser de otra forma) ha sido «la foto del año 2010″…

En pie con el puño en alto. París (siempre París), el 14 de octubre de 2010: la foto de una joven estudiante francesa, en pie con el puño en alto, aupada por sus camaradas, orgullosa, desafiante y bien erguida, se convierte en símbolo de las huelgas y manifestaciones obreras y estudiantiles que el pasado año pararon fábricas, cerraron liceos y facultades y recorrieron las calles de Europa Occidental —la Europa americana— frente a unas medidas gubernamentales anticrisis que no han servido para otra cosa que no sea recortar brutalmente derechos y conquistas sociales históricas de la inmensa mayoría en beneficio de un puñado de sujetos: grandes empresarios, banqueros y especuladores. Grecia, en primer lugar, y Francia, sobre todo, se han situado a la vanguardia de una respuesta social que se ha dado también en Gran Bretaña, Italia, España, Portugal o Irlanda y que ha sido la protagonista indiscutible del segundo año de esta crisis del capitalismo en Europa; un sistema profundamente ineficiente e injusto que defienden a capa y espada, de forma unánime, los gobiernos nacionales correspondientes con medidas históricamente retrógradas para nuestras generaciones y las futuras. Los pueblos de Europa han empezado a abrir los ojos pero aún no se han levantado —como clamaba la famosa pancarta del Partenón ateniense, otra de las fotos del año— porque todavía no han despertado del todo, pero en 2010 se abrió un camino —el único camino nos atreveríamos a afirmar—, el de la movilización contundente y rebelde pero consciente y organizada, por el que hemos de continuar avanzando en 2011. Si no, cuando despertemos será ya tan tarde que la realidad se habrá convertido en un futuro perverso, en un mal sueño. [Foto: François Mori/AP]

Por último (a modo de bonus) añadiremos una imagen más, también reproducida en Ciudad futura en 2010 y también de Francia (qué se le va a hacer): una verdadera visión real y panorámica de la fuerza y la potencialidad de lo que se denominó con motivo de la movilización global contra la invasión de Iraq en 2003 —guerra y ocupación que aún continúan— «la gran superpotencia del siglo XXI»: la enorme fuerza de los trabajadores y los ciudadanos cuando son conscientes de ella y se ponen en marcha. La foto se captó —también en Octubre de 2010, igual que nuestra foto del añoen las inmediaciones del puerto de Marsella, pero el mar no tiene fronteras…

Huelga ‘a la marsellesa’: Vista aérea panorámica de las instalaciones, refinerías y depósitos de hidrocarburos de Martigues (cerca de Marsella), paralizados a primera hora de la mañana del 17 de octubre de 2010 por la CGT y otros sindicatos de la clase obrera francesa en huelga. «Varados» en el mar desde el día anterior, grandes petroleros copaban anclados las inmediaciones del puerto marsellés, uno de los principales de Europa, sin poder deshacerse de su carga. [Foto: Anne-Christine Poujolat/AFP]

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… y un par de enlaces a sendas galerías fotográficas en gran formato de las movilizaciones europeas:
«France on strike» (The Big Picture / Boston.com)
Anti-austerity protests sweep across Europe (The Frame / The Sacramento Bee)