Esta semana que llega a su fin ha sido intensa para quienes somos ciudadanos indignados, también llamado #15M para abreviar. El ministro del Interior de un agónico gobierno del PSOE (Camacho) y su delegada en Madrid (Carrión) ordenaron la ocupación ilegal del simbólico espacio público de la madrileña Puerta del Sol por parte de fuerzas policiales haciendo uso de medios represivos. La quiebra del Estado del Bienestar que defienden con recortes sociales los adalides de la «modernidad» del partido único del capitalismo (PPSOE) y su fondo de reptiles mediático, nos está llevando de cabeza a un Estado policial que se asemeja de facto a épocas pasadas aún frescas en nuestra memoria histórica. La respuesta ciudadana en Madrid, de nuevo, ha dado al traste con los planes gubernamentales que pretendían «resolver el asunto» con los contundentes «argumentos» de las porras y la Puerta del Sol es de nuevo un espacio de todos donde se puede ejercer el derecho a la libre circulación de las personas. Extraño reino éste en el que han de ser sus súbditos quienes aseguren el cumplimiento de las leyes básicas mientras su rey regatea favores en el litoral Mediterráneo y su Gobierno, una y otra vez, incumple de forma ostensible y alevosa derechos fundamentales.
Culminadas las reformas laborales y de la negociación colectiva y el recorte de las pensiones para rematar la agresión a los salarios y derechos de los trabajadores y los pensionistas al albur de una crisis que está sirviendo para que los más millonarios sean más millonarios y la todopoderosa banca privada española siga acumulando beneficios, el gobierno actual ya no da más de sí. Su amo Botín ha decidido adelantar la convocatoria de elecciones generales. Con esta decisión el poder económico no pretende ningún cambio, sino un recambio, como cuando se agota una batería. Los candidatos en liza del poder económico, con una ley electoral que distorsiona el voto ciudadano en detrimento de la izquierda parlamentaria actual o de otras fuerzas políticas más pequeñas, tienen apellidos que empiezan por «R» y no se afeitan por las mañanas… pero hay una «gran diferencia» entre ellos: uno de los dos tiene menos pelo sobre su cabeza. Hasta ahí las diferencias…
#nolesvotes en versión original
Ellos son iguales pero no todos son iguales. De cara al 20 de noviembre seguiremos insistiendo en que #nolesvotes —en su versión original, no la inventada por el ínclito Pedro Jota y sus tontos útiles voluntarios o involuntarios en las redes sociales— no significa abstenerse o votar nulo o en blanco, sino votar a otros que no sean PP, PSOE o sus eventuales socios de la derecha nacionalista. Ese «supremo esfuerzo» de ir a las urnas es más importante de lo que algunos creen. Al recambio que representa el PP, cuyos votantes sí son disciplinados y no se andan por las ramas, le interesa una fuerte abstención de posibles votantes teóricamente adversarios.
En España y en cualquier otro país de nuestro entorno tan válidas son unas elecciones con un 20% de abstención como unas con un 60% de abstencionistas; eso no pone en cuestión ningún sistema electoral (EEUU es un buen ejemplo de ello desde hace décadas). Que no nos engañen: a medida que se acerque la fecha del 20 de noviembre la campaña abstencionista «desde dentro» y desde fuera del movimiento #15M se va a recrudecer. En todo movimiento amplio y unitario hay de todo (y así debe ser), incluso personas que por acción u omisión le hacen el caldo gordo al bipartidismo y al PP promoviendo un abstencionismo supuestamente «apolítico» (lo llaman apartidismo y no lo es) con trasnochados mensajes populistas o místicos, ahora en versión 2.0 travestidos de «neuropolítica» new age o espiritualismo lamaísta. Sigamos atentos.