Burán: Cuando la Unión Soviética superó al transbordador espacial de EEUU

La presente entrada ha sido realizada conjuntamente para su publicación simultanea por Daniel Marín (Eureka) Iván Rivera (brucknerite) y Paco Arnau (Ciudad Futura). Vuestros comentarios serán bienvenidos en estos tres sitios adheridos a la Yuriesfera. Este trabajo común parte de nuestra convicción de que la Red debe servir para colaborar y compartir ideas, conocimientos e iniciativas.

Con el cadáver de la lanzadera espacial de EEUU todavía caliente y el inevitable retorno de los vuelos tripulados a los vehículos con forma de cápsula no reutilizables, se ha hablado mucho acerca de cómo el shuttle era «más complejo de lo humanamente tratable». Dicho de otra forma: el empeño de la NASA en hacer volar sus lanzaderas a pesar de lo dificultoso de asegurar su correcto funcionamiento ¡y del precio de cada vuelo! era una tarea en el límite de lo posible. Si esto fuera cierto, más nos valdría asumir como inevitable el «paso atrás» de confiar todos los vuelos tripulados a las venerables y eficaces Soyuz (y a sus hermanas chinas, las Shenzhou), y esperar al nuevo vehículo americano de entre todos los contendientes posibles, la MPCV (ex Orión), la Dragon de SpaceX o la CST-100 de Boeing. Que, naturalmente para estos tiempos de «regreso al pasado», serán cápsulas tradicionales en el caso de que lleguen a volar.

Muchos de vosotros habréis oído hablar de la lanzadera soviética Burán. Los que hayáis visto fotografías o vídeos de su única misión habréis podido pensar que «los rusos» consiguieron unos planos del shuttle en un despiste de la CIA, se construyeron uno igual, le pintaron «CCCP» en las alas y lo desecharon cuando la Unión Soviética dejó de tener el cuerpo para fiestas –o para cualquier otra cosa. Os equivocáis en casi todo: Burán era efectivamente una copia aerodinámica del shuttle americano, pero al mismo tiempo era un vehículo muy diferente.

«Copiar» un sistema tan complejo como el transbordador espacial no es tarea fácil. En realidad es imposible si no desarrollamos antes las miles de complejas técnicas y tecnologías asociadas a su fabricación. De hecho, el sistema Burán fue la cumbre de la tecnología aeroespacial soviética. Nunca antes en la historia de la URSS —ni siquiera durante la carrera lunar— tantas personas y organizaciones colaboraron para diseñar un vehículo espacial. El Burán fue el proyecto espacial tripulado más caro y complejo de la historia del país.

Ilustraciones del transbordador espacial de EEUU ‘Atlantis’ (izquierda) y de la lanzadera soviética Burán (derecha) en pleno despegue. [Clic en la imagen para ampliar]

Es cierto que el Burán era exteriormente muy parecido al transbordador de la NASA, pero lo que poca gente sabe es que estas similitudes se debieron a un «capricho» de los militares soviéticos. El alto mando de la URSS entró en pánico cuando se enteró de que las Fuerzas Aéreas estadounidenses participarían en el proyecto del shuttle. La USAF tenía pensado usar el transbordador para llevar a cabo decenas de misiones militares al año, algunas desde la base de Vandenberg, en California. Nadie sabía para qué querían los militares estadounidenses un vehículo de estas características, pero había que estar preparado por si acaso. Eran los años de la Guerra Fría y de la política de la respuesta simétrica, que venía a ser algo como «si tú haces algo, yo también lo hago, pero mejor». Los ingenieros soviéticos consideraban que el shuttle era innecesariamente complejo y sugirieron usar otros diseños en principio más eficientes —sin éxito. Los militares, con el ministro de Defensa Dmitri Ustínov a la cabeza, querían su transbordador. Y lo iban a tener costase lo que costase.

Desde el primer momento los ingenieros soviéticos se vieron obligados a replicar la forma de la lanzadera estadounidense. A regañadientes: muchos veían ya en aquel shuttle en proyecto una máquina excesivamente compleja en comparación con el proyecto, en el tablero de diseño desde 1965, de un sistema de lanzadera exclusiva para tripulaciones más pequeña y sencilla denominada Spiral. Sin embargo, los requisitos del ejército no eran algo para ser ignorado; y no existen muchas configuraciones posibles para un «camión espacial». Un ejemplo muestra hasta qué punto la cúpula militar soviética no estaba dispuesta a conformarse con menos que sus homólogos americanos: las famosas alas en doble delta de la lanzadera. Éstas vienen impuestas por un interesante requisito de la USAF: poder lanzar una misión en órbita polar desde la base de Vandenberg, lanzar alguna carga secreta desde la bodega de carga y volver tras una sola órbita, para aprovechar el factor sorpresa de cara al enemigo. Sin embargo, ¡la Tierra gira! Al iniciar su reentrada, la lanzadera se encontraría a alrededor de 2000 kilómetros al oeste de Vandenberg, distancia que tendría que ser cubierta virando y planeando, ya que el transbordador desciende sin motor alguno. La primera versión del transbordador americano tenía unas alas pequeñas, cortas y rectas. Los militares impusieron unas alas grandes con capacidad suficiente para ejecutar un tipo de misión que nunca se llevó a cabo, pero que obligó a reforzar la capacidad de los propulsores auxiliares para elevar todo ese peso muerto hasta la órbita.

Diferentes vistas 3D de la lanzadera orbital Burán y del cohete Energía con el emblema oficial de este programa espacial de la Unión Soviética. [Clic en la imagen para ampliar]

Otros sistemas debieron su configuración a una combinación del «y yo más» de los militares con las leyes de la Física: la distribución del escudo térmico, la forma del morro, las compuertas dorsales… Al final, los ingenieros soviéticos copiaron absolutamente todo lo que, de todas formas, tenía que ser así para obtener una nave con un perfil de misiones oponible punto por punto al del transbordador americano: más militar que civil, flexible en tipos de cargas secretas, maniobrable en órbita para sorprender al enemigo y con capacidad de aterrizaje en diferentes pistas. Eso —y no la pacífica nave científica que ha quedado para las hagiografías— era el shuttle. Hasta que los costes no previstos y la pérdida de dos tripulaciones completas hizo a la NASA entrar en razón. Eso, no lo olvidemos, era también Burán. Y sin embargo… Sigue leyendo

Un póster italiano de 1961, el año de Gagarin

Cartel editado por el PCI (Partito Comunista Italiano) en 1961 que no requiere ser traducido. Este póster —dotado de una contudente fuerza expresiva— conmemoraba el 44º aniversario de la Revolución Socialista de Octubre de 1917 en Rusia y al mismo tiempo celebraba la hazaña soviética de Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, en el mismo año en que fue impreso.

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La camiseta y el escudo de ‘la roja tricolor’ de fútbol

Activistas del Ateneo Republicano del castizo y cosmopolita barrio madrileño de Lavapiés encargaron a nuestro estudio de diseño gráfico la realización de la imagen para una camiseta de la «Selección republicana española de fútbol» con motivo de que este mismo año conmemoramos el 80º aniversario de la II República Española coincidiendo con que a su vez nuestro país es en 2011 Campeón Mundial de Fútbol. Ciertos medios como El Mundo y Libertad Digital han hecho eco de la noticia en sus secciones de deporte aunque no han perdido la oportunidad de ofrecer su peculiar visión política del asunto sin obviar nombres propios, como el de quien edita este blog y el de Fernando Ruiz, principal impulsor de la iniciativa. Otros que presumen de republicanos desde una cosmovisión «progre» no se han hecho eco, de momento. Como era de esperar, la información publicada ha sido un tanto tendenciosa. Sólo aclarar en este sentido que la iniciativa no tiene ánimo de lucro, las camisetas las promociona una entidad social republicana madrileña cuyo único fin es sufragar gastos; o sea, dicho con acento original de Lavapiés: «no palmar pasta». Como bien dice además nuestro amigo @daniconil en Twitter: «La contrainformacion moderna consiste [también] en contaminar las fuentes del enemigo». Pues enemigos no nos faltan a diestro y siniestro y —como los policías antidisturbios— siempre están ahí cuando se los «necesita».

Os presentamos el diseño original de la camiseta así como el del escudo, basado en un anterior trabajo de diseño heráldico que ya conoceréis los más asiduos a ‘Ciudad futura’, pero con algunos añadidos: básicamiente la inserción de una corona de laureles dorados (símbolo de victoria por antonomasia), las siglas «FEF» (Federación Española de Fútbol, sin la palabra «Real»), «1913» (año de la fundación de la institución balompédica) y una estrella de cinco puntas que simboliza tanto a la actual campeona de mundo en sus bordes dorados como el internacionalismo que caracterizó a nuestra República en el color rojo de la estrella, tradicionalmente de cinco puntas como símbolo de la unión de los trabajadores de los cinco continentes (Constitución Española de 1931 proclamaba que España es una «República de trabajadores…»). El diseño del escudo está en alta resolución, podéis hacer clic en él para ampliarlo. Por cierto, el logo del 80º aniversario de la II República Española (1931-2011) también es un guiño cómplice de nuestra parte al movimiento republicano, una de nuestras banderas; pues aquí sí tenemos banderas: 1931-2011: Un aniversario importante (y su logo).

Enlace relacionado y página del producto: 
Camiseta de la Selección Republicana
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1931-2011: Un aniversario importante (y su logo)
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Sáhara Occidental: Un país y su bandera

A instancias de activistas solidarios con la causa del Sáhara Occidental, uno de los últimos territorios por descolonizar del planeta, y de la oficina en Madrid de la República Árabe Saharaui Democrática, se nos encargó a finales del pasado año elaborar y unificar la representación gráfica del principal símbolo de toda nación: su bandera. Algunas incursiones habíamos hecho ya en este campo del diseño gráfico —la vexilología— así como en la heráldica.

Pero en este caso ha supuesto un verdadero honor trabajar desinteresadamente en la realización de un Manual de Identidad Nacional Básica que fijara gráficamente la bandera de un pueblo, que si bien ocupa en la actualidad una parte de su territorio reivindicado, aspira a obtener la independencia tras una larga y digna lucha iniciada durante la colonización española y proseguida frente a la ocupación actual por parte de Marruecos de sus regiones de mayor importancia económica. Esperamos que más temprano que tarde la bandera de este pueblo hermano unido a nosotros por la historia ondee junto a las de los demás países del mundo en la sede de Naciones Unidas.

La bandera de la República Árabe Saharaui Democrática es la misma que utilizó a partir de 1973 el Frente Polisario. Su diseño y colores están inspirados en la bandera —creada en 1916— de la Gran Rebelión Árabe durante la I Guerra Mundial, de ahí su evidente similitud con otras como la enseña de Palestina. A continuación os presentamos los aspectos básicos del diseño de la bandera de la RASD así como de los elementos que la componen. El propósito básico, que podemos ver ilustrado en este proceso, era establecer unas bases visuales —geométricas y cromáticas— unificadas que dieran coherencia a un diseño inicial que con el paso del tiempo se había visto sometido a un proceso de progresiva dispersión e incoherencias en cuanto a la distribución de los elementos y hasta de las proporciones. Veremos también hasta qué punto el diseño gráfico está íntimamente relacionado con disciplinas como la geometría y cómo diseños aparentemente sencillos no están exentos de cierta complejidad en su ejecución sin que ello signifique que a su vez puedan ser comprensibles y reproducibles…

LA BANDERA

Descripción de la bandera: La bandera de la RASD es rectangular y sus proporciones genéricas son 3:2, siendo 3 la anchura y 2 la altura. Está formada por tres franjas horizontales con igual grosor de colores negro, blanco y verde (arriba, en el centro y abajo, respectivamente), unidas por un triángulo rojo que se superpone a ellas y cuya base está situada en el lado del mástil o asta. La altura del triángulo desde su base hasta el vértice interior, situado sobre el eje horizontal de la bandera, equivale a un tercio de la anchura total de ésta. Sobre la franja blanca central se inserta un cuarto de Luna de color rojo cuyo borde interior está centrado a los ejes horizontal y vertical de la bandera. Al lado derecho del cuarto de Luna y centrada al eje horizontal está situada una estrella roja de cinco puntas girada 18º en sentido antihorario.

CONSTRUCCIÓN DEL SÍMBOLO Y LA BANDERA

A continuación, la construcción y proporciones geométricas del símbolo y la bandera de la RASD. Las cotas son independientes del tamaño de reproducción; por ello se parte del valores genéricos a partir de los cuales se establecen las proporciones correctas: la proporción 3:2 de la bandera o una cuadrícula imaginaria (16x y 12x) para el símbolo central…

COLORES NACIONALES DE LA RASD

Por último, los colores utilizados (negro, rojo, blanco y verde) en gama Pantone para impresión con tintas planas y otros códigos (cuatricomía para impresión —proporciones de cián, magenta, amarillo y negro, CMAN—, modo RGB —combinación de rojo, verde y azul en monitores— y código HTML para diseño web)…

Autoría: Trabajo solidario del estudio de diseño gráfico Paco Arnau, 2010-2011, para libre disposición de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), el Frente Polisario y entidades e iniciativas de solidaridad con el pueblo saharaui
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ISS: La nave Soyuz TMA-20 ya está en casa

Tras su desacoplamiento del módulo Rassvet del segmento ruso de la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) a las 21:35 GMT, la nave Soyuz TMA-20 ha aterrizado según lo previsto en la estepa de Kazajistán a las 02:27 GMT del martes 24 de mayo de 2011. En la imagen superior podemos ver el instante en el que el módulo de Descenso de la Soyuz toma tierra. La mayor parte de la nube de polvo que se observa alrededor de la Soyuz se debe a la acción de los retrocohetes de frenado de la velocidad de descenso de la nave, que se encienden de forma automática durante unos segundos para que el contacto final con tierra sea lo más suave posible para los tripulantes. La foto fue captada desde uno de los helicópteros del equipo de rescate. [Foto: Bill Ingalls/NASA]

En el mosaico de imágenes superior, de izquierda a derecha y de arriba abajo: (1) la Soyuz TMA-20 aún acoplada a la ISS momentos antes de su separación para iniciar su vuelo autónomo de regreso a la Tierra; (2) la nave, ya desacoplada del segmento ruso del complejo orbital, contrasta con el negro azabache del espacio exterior y el intenso azul del limbo terrestre; (3) imagen captada desde la ISS de la primera fase de separación de la Soyuz TMA-20 (en el extremo derecho de la imagen, el shuttle Endeavour acoplado a la Estación); (4) Vista general de la Estación sobre la Tierra, tal y como se veía en las pantallas del Centro de Control de Moscú mediante el sistema KURS (KYPC en la pantalla, sistema de cita espacial de diseño soviético) y fue retransmitido en directo por NASA TV. El astronauta italiano de la ESA Paolo Nespoli se trasladó al módulo orbital de la Soyuz para hacer el papel de pararazzo de la misión y fotografiar —desde la ventanilla circular frontal de la nave— por primera vez esta vista de la ISS al completo con el Endeavour y demás módulos y naves acoplados. Se espera que a lo largo de hoy o mañana (según fecha de esta entrada) estén disponibles estas imágenes a todo color y en alta resolución.

De izquierda a derecha los miembros de la tripulación de la Soyuz TMA-20 recién llegados a la Tierra y ya fuera del módulo de Descenso de la Soyuz: Dmtri Kondratyev (Irkutsk, RSFSR, URSS, 1969), comandante de la nave y de la expedición 27 de ISS, de la agencia cosmonáutica federal de Rusia Roscosmos; Catherine Coleman (Charleston, Carolina del Sur, EEUU, 1960), ingeniero de vuelo, de la NASA y Paolo Nespoli (Milán, Italia, 1957), ingeniero de vuelo, de la Agencia Espacial Europea (ESA) [foto: NASA; clic en la imagen para ampliar]. Abajo, cerrando esta entrada, nuestra tradicional ficha de vuelo de la Soyuz TMA-20, ahora completa con la fecha de retorno de la misión ya insertada.

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La vida da muchas vueltas, Cady
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El lanzador Soyuz hace las Américas

En días pasados (del 25 de abril al 9 de mayo de 2011) han culminado con éxito las operaciones de simulación del lanzamiento de un cohete Soyuz desde su nueva rampa en el Centro Espacial de Kourou en la Guayana Francesa (Sudamérica). El mítico cohete soviético R-7 Semiorka, que lanzó al primer hombre al espacio hace medio siglo y que sigue siendo la base principal de la presencia humana en nuestra órbita, atraviesa así el océano Atlántico para disponer de una flamante rampa de lanzamiento en Sudamérica, destinada en principio para el envío de satélites no tripulados en una etapa superior Soyuz-Fregat. La Agencia Espacial Europea (ESA) y Arianespace gestionarán esta nueva plataforma de lanzamiento después de que en febrero de 2007 comenzaran las obras de construcción de esta compleja instalación para los lanzadores R-7 Soyuz en Kourou. Su primer despegue está previsto para el último trimestre de 2011.

Homenaje a Yuri Gagarin

Así mismo, el pasado 7 de mayo se realizó en estas nuevas instalaciones del Centro Espacial de Kourou una ceremonia de homenaje al cosmonauta Yuri Gagarin a cargo de la ESA. El acto consistió en la colocación de una placa conmemorativa y una piedra de la Rampa de Gagarin del Cosmódromo de Baikonur (Área 1, Gagarinski Start) desde el que partió el héroe soviético a bordo de la nave Vostok 1 hace 50 años. En la imagen superior, representantes de la ESA, Roscosmos (Agencia cosmonáutica federal de Rusia), Arianespace y del CNES (Agencia espacial francesa) durante la ceremonia citada. [Foto: S. Corvaja/ESA)

Reportaje gráfico

Representación artística de un lanzamiento del cohete Soyuz con la etapa superior Fregat desde su nueva rampa en el Centro Espacial sudamericano de Kourou. [Ilustración: ESA • Clic en la imagen para ampliar]

El cohete Soyuz se dirige a la rampa de lanzamiento mediante una vía de ferrocarril de más de 600 metros de longitud.

El vehículo locomotor desplaza el lanzador con la torre de servicio de la rampa de lanzamiento al fondo.

Introducción del lanzador Soyuz en la torre de servicio para su colocación en posición vertical.

Integración de la cofia de una etapa superior Fregat sobre el lanzador Soyuz.

Final de las operaciones de simulación del lanzamiento. El vector Soyuz está «listo para el despegue». [Fotos: S. Corvaja/ESA • Vía: spaceflightnow.com]

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Luna roja

En los años 60 del siglo XX tuvo lugar un acontecimiento único en la historia de la humanidad. Espoleadas por su enfrentamiento mundial en plena Guerra Fría, las dos superpotencias decidieron llevar su rivalidad al espacio con el fin de intentar poner un hombre en la Luna. La competición finalizaría cuando Neil Armstrong puso un pie en el Mar de la Tranquilidad en julio de 1969. Durante años, la Unión Soviética negó que hubiese participado en la carrera lunar y muchos pensaron que Estados Unidos había competido en solitario. Pero estaban equivocados. La URSS se esforzó por adelantarse al programa Apolo de la NASA… aunque no se puede decir que lo intentara con todas sus fuerzas. Ésta es la historia del programa lunar soviético.

Esta entrada ha sido realizada conjuntamente por Daniel Marín (Eureka) y Paco Arnau (Ciudad Futura). Vuestros comentarios serán bienvenidos en ambos sitios. Este trabajo común parte de nuestra convicción de que la Red debe servir para colaborar y compartir ideas, conocimientos e iniciativas.

Viajar a la Luna

En 1960, la oficina de diseño OKB-1 del mítico ingeniero jefe Serguéi Pávlovich Koroliov había conseguido lo inimaginable. En el transcurso de sólo tres años fue capaz de poner en órbita el primer satélite artificial de la Tierra (el Sputnik), el primer ser vivo en el espacio (Laika) y las primeras sondas hacia la Luna, entre otros muchos logros. El siguiente objetivo era lanzar un hombre al espacio y para ello estaba diseñando un nuevo tipo de nave, la Vostok 3KA (Восток, «oriente»). Todos estos éxitos eran el resultado directo de la enorme potencia del cohete R-7 Semiorka, el primer misil intercontinental de la historia, también obra de Koroliov.

En realidad, en un principio el gobierno soviético no había mostrado ningún interés especial en explorar el espacio. El trabajo de Koroliov debía limitarse a diseñar misiles para los militares, que eran los que pagaban las costosas facturas del proyecto. Pero la impresionante repercusión mediática del Sputnik pronto hizo cambiar de opinión a Jruschov, quien vio en las hazañas espaciales una magnífica oportunidad para promocionar los triunfos del modelo soviético en el mundo entero. Al otro lado del Atlántico, los políticos estadounidenses llegaron a la misma conclusión, aunque quizás un poco más tarde. El espacio se había convertido en el nuevo campo de batalla mediático de la Guerra Fría.

Gagarin y el Apolo

El 12 de abril de 1961 despegaba la primera nave tripulada de la humanidad, la Vostok 1. El vuelo de Yuri Gagarin desataría una serie de acontecimientos que cambiarían la historia de la exploración del espacio para siempre. A veces se habla del «momento Sputnik» para definir la sensación de impotencia y humillación que sufrió EEUU cuando la URSS se les adelantó a la hora de poner en órbita el primer satélite artificial. Sin embargo, el «momento Gagarin» fue mucho peor. En esta ocasión, los estadounidenses no podían esgrimir la excusa de que el lanzamiento les había cogido por sorpresa.

El gobierno norteamericano había creado en 1958 una agencia espacial civil, la NASA, con el objetivo expreso de ganar a «los rusos» en la carrera por poner un hombre en órbita. La conmoción en todo el país fue mayúscula. Quizás, después de todo, la URSS era una nación mucho más avanzada tecnológicamente y no había nada que hacer al respecto.

Intentando refutar esta idea, el 25 de mayo de 1961 el presidente John F. Kennedy pronunció su famoso discurso ante el Congreso de EEUU, embarcando a toda la nación en una aventura increíble. “Antes de que termine la década”, anuncia Kennedy, “pondremos un hombre en la superficie lunar y lo traeremos de vuelta sano y salvo”. Un desafío simple a la vez que ambicioso. Visto desde la perspectiva actual, el discurso de Kennedy quizás no parezca demasiado revolucionario, pero hay que tener en cuenta que en el momento de pronunciarlo ningún ciudadano estadounidense había alcanzado la órbita terrestre. 

Kennedy había lanzado el reto y ahora había que llevarlo a cabo. Poco después, la NASA aprobaría el programa Apolo para poner un hombre en la Luna. Nadie sabía cuál sería la respuesta soviética… aunque estaba claro que aceptarían el desafío.  Sigue leyendo

El círculo de tiza de Koroliov

Representación gráfica del volumen habitable comparado con la masa de los seis tipos de naves orbitales tripuladas de la carrera espacial entre la URSS y EEUU (1961-1975). [Infografía de Paco Arnau / ciudad-futura.net para Amazings.es]

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en las afueras de Moscú, el gran Serguéi Koroliov fue preguntado por los cosmonautas acerca del espacio disponible dentro de una nave de nuevo diseño… El ingeniero jefe respondió que cuando le mostraron los planos del anteproyecto su primera reacción fue dibujar con una tiza en el suelo el contorno de lo que habían previsto los ingenieros como habitáculo para los cosmonautas a escala real (el camarada Seguéi Pávlovich tenía muy buen ojo y era bien conocida su rapidez a la hora de hacer cálculos mentales)… Acto seguido, le dijo a uno de los de los proyectistas que intentara introducirse dentro del círculo de tiza. En ese mismo instante se acabó el debate, los ingenieros recogieron sus planos para reelaborarlos y así ampliar las cotas del espacio interior de la nave a una escala más humana… Es lo que conocemos como volumen presurizado habitable.

Yuri Gagarin, primer hombre en el espacio, junto a Serguéi Koroliov, el ingeniero jefe del programa espacial soviético.

La anécdota, dramatizada en la serie documental de la BBC Space Race, ilustra perfectamente un hecho: en los comienzos de la carrera espacial tripulada —cuyo primer objetivo era ser los primeros en poner un hombre en el espacio— un aspecto de la ergonomía tan importante como disponer de espacio suficiente para que sus ocupantes estuvieran cómodos dentro de una nave no era la principal preocupación de los estudios de diseño espacial y sus ingenieros, más preocupados por el correcto funcionamiento de la máquina y por la masa a poner en órbita, el “eterno problema” de los costosos lanzamientos espaciales.

Los cosmonautas y astronautas pasaban exigentes pruebas psicológicas y habría sido prácticamente imposible que las superara alguien que padeciera claustrofobia, pero con todo y con eso también eran humanos y toda persona necesita un espacio vital en su entorno… En el caso de la URSS este asunto sí preocupaba también a su gran ingeniero jefe, un cerebro privilegiado desde el punto vista técnico y científico pero al que nada humano le era ajeno. Y ésta es una de las razones, aunque seguramente no la decisiva, de porqué los soviéticos siempre aventajaron a los estadounidenses durante la carrera espacial en la otra carrera por el espacio… en este caso por el espacio habitable en el interior de las naves. Sigue leyendo

[En Amazings] El círculo de tiza de Koroliov

Os presentamos nuestra última colaboración en Amazings.es. Recién salida de las rotativas, «aún huele a tinta». Se trata de una infografía de gran formato sobre la carrera espacial entre la URSS y EEUU que da pie a un extenso texto con un despliegue adicional de ilustraciones e imágenes. Si es de vuestro interés o queréis hacer algún comentario, aquí lo tenéis en el siguiente enlace:

El círculo de tiza de Koroliov

Un trabajo de Paco Arnau / Ciudad futura para Amazings

Un cartel para el 1º de Mayo

Hay mal tiempo pero la primavera es inexorable.
En el día internacional de la clase trabajadora ‘Ciudad futura’ reivindica y exige la paz y el trabajo digno para todos. Nuestros mejores deseos de unidad para nuestros ciudadanos y amigos en este 1º de Mayo de 2011. ¡Viva el 1º de Mayo!

Ilustración (Creative Commons):
Paco Arnau / Ciudad futura
[Clic en la imagen para ampliar]